En la víspera
de la Navidad católica Oklahoma fue sacudida por temblores de 4.5 puntos de
magnitud. El anterior sismo muy fuerte, de 5.6 puntos, tuvo lugar en ese estado
hace tan sólo dos años. Según dicen los geólogos, en los años 80-90, esta
región era considerada tranquila desde el punto de vista sísmico, pero en los últimos
cuatro años la actividad sísmica ha subido ahí aproximadamente treinta veces.
No se conocen las causas exactas que hayan provocado el aumento de los
desastres naturales en América del Norte. Los científicos no excluyen que los
temblores pueden ser consecuencia de la intromisión activa del hombre.
En Oklahoma
existen más de cuatro mil pozos de petróleo y gas, comenta Alexánder Gorshkov,
secretario académico del Instituto de la teoría de pronósticos de sismos y
geofísica matemática de la Academia rusa de las Ciencias:
–El hecho de
que la actividad sísmica haya crecido en los lugares donde se realizan
extracciones del gas de esquisto, no es contradictoria. En Estados Unidos, en
Denver, Colorado, se ha observado que en la medida en que aumentaba la extracción,
se hacía más frecuente la actividad sísmica.
Durante la
producción de petróleo y gas, que yacen en las rocas de esquisto del subsuelo,
se utiliza muy a menudo el llamado Fracking, abreviado del término
“fracturación hidráulica del estrato” (Hydraulic Fracturing, en inglés). En el
pozo se inyecta agua a enorme presión, las rocas no lo resisten y se fracturan
liberando hidrocarburos. En realidad, es un pequeño temblor artificial, que no
representa demasiado peligro. Pero, a escala industrial, esa clase de fracturas
pueden provocar alteraciones en la estructura de la corteza terrestre. Los
investigadores ya llevan años discutiendo acerca de los resultados a los eso
puede llevar. Alexánder Gorshkov comenta:
–El efecto
del aumento de la actividad sísmica se observa bastante a menudo en las
regiones, donde se lleva a cabo explotación industrial de yacimientos de
petróleo y gas, eso se debe a que en los pozos se inyecta agua, para subir su
rendimiento, lo que altera la presión interior en las capas. Eso provoca la
formación de nuevas grietas, y, como dicen, las rocas empiezan a quebrarse.
Pueden suceder temblores bastante fuertes.
Los
industriales y el gobierno estadounidenses insisten en que dicha tecnología es
segura. Los ambientalistas no están de acuerdo, relacionando la explotación de
yacimientos de esquisto con desastres naturales y contaminación del medio
ambiente. La población de muchos países se pronuncia en contra de la
utilización del método de hidrofractura, señala el ecólogo Alexei Yáblokov:
–Esas
tecnologías representan peligro para la naturaleza. Como habitualmente sucede a
la hora de implementar nuevas tecnologías, los ecólogos tienen muchos reclamos,
mientras que los defensores de las nuevas tecnologías afirman que no hay nada
grave. Creo que se necesita tomar todo tipo de medidas adicionales, para que no
se hunda la superficie terrestre, ni haya temblores, ni contaminación de las
aguas del subsuelo, aunque no entiendo bien cómo hacerlo.
Desde 2008 la
extracción de hidrocarburos en EEUU aumentó más del 50 %. Desde esa misma época
más o menos, los norteamericanos empezaron a observar sismos más frecuentes.
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