¿Por qué el estómago
es el segundo cerebro?
ENE
23, 2014
Todos sabemos que somos animales con
un único cerebro… Ah, no, espera, parece que ese órgano que tan solo parece
encargarse de tareas básicas como la digestión contiene neuronas en su
interior. ¿Sabías que el estómago es el segundo
cerebro? Si no tienes ni idea de por qué dicen eso, puede que
necesites seguir leyendo.
¿Cómo funciona
el sistema digestivo como segundo cerebro?
El sistema nervioso entérico está
incrustado en la pared estomacal, y contiene alrededor de 500 millones de neuronas y nueve metros de largo
encargados de hacernos sentir deseos de comer chocolate cuando estamos en una
situación de estrés. Desde siempre se ha sabido que este sistema es el
encargado de controlar la digestión, pero hoy en día se lo considera importante
en nuestro bienestar físico y emocional.
Funciona de manera independiente o en
conjunto con nuestro cerebro mediante el llamado nervio vago, y aunque nosotros no somos conscientes de
sus “pensamientos”. ¿Cuáles son esos pensamientos? El sistema nervioso entérico
nos ayuda a sentir las amenazas exteriores y actuar sobre ello.
Más allá de los puntos básicos necesarios por los que es importante el
sistema nervioso entérico, seguramente alguna vez hayas notado cómo el mismo
estómago expresa a la perfección lo que sientes. Miedo, emoción y estrés se
sienten en el estómago, incluso las conocidas “mariposas” relacionadas al amor.
El sistema
nervioso entérico
Mientras que en el cerebro y a lo largo de la médula las conexiones
neuronales son claramente visibles, el sistema nervioso entérico está mucho más
escondido en los intestinos, por lo que no fue descubierto hasta el siglo XIX.
Es parte del sistema nervioso autónomo, la red de nervios
periféricos que controlan las funciones viscerales. Es el sistema nervioso
original que emergió en los primeros vertebrados hace más de 500 millones de
años y que se ha vuelto más complejo a medida que la evolución se llevó a cabo,
dando lugar al cerebro en sí.
Es muy parecido al cerebro: tiene
varios tipos de neuronas y las células gliales de apoyo, produce hormonas y
neurotransmisores –incluso generan más dopamina y serotonina que el cerebro–.
La digestión es algo bastante complicado, por lo que tiene sentido que
haya una red de nervios que controlen la mezcla de los alimentos, la
coordinación de las contracciones musculares y mantener el ambiente bioquímico
necesario para que las enzimas hagan su trabajo.
Además, necesita muchas neuronas ya que comer es algo tremendamente
peligroso: está lleno de invasores peligrosos. Si se detecta algo peligroso, el
sistema nervioso entérico provoca una diarrea o alerta al cerebro para provocar
vómitos.
Los
sentimientos y el estómago
Lógicamente, el sistema nervioso entérico no tiene emociones, pero
sí puede influir en la formación de las mismas en el cerebro. Si bien los neurotransmisores producidos en el estómago no
pueden entrar en el cerebro más que a pequeñas zonas que carecen de una barrera
de sangre como el hipotálamo; sin embargo, las señales enviadas sí pueden
influir.
Cuando sentimos “mariposas en el estómago” es porque la sangre se desvía
hacia los músculos ya que se activa el mecanismo de lucha o huida. El sistema
nervioso entérico hace que ante situaciones de estrés el estómago aumente la
producción de grelina, una hormona que hace que sintamos más hambre pero reduce
la ansiedad y la depresión. Esta a su vez estimula la liberación de dopamina en
el cerebro.
El vínculo entre el estómago y el estado mental se debe a que gran
cantidad sobre nuestro medio ambiente proviene del intestino. Sin el estómago
no habría energía para sostenernos, por lo que el funcionamiento adecuado es
tan necesario que el cerebro tiene que estar conectado al mismo.
¿Sabías que el estómago es conocido como el
segundo cerebro? ¿Eres de los que siente con el estómago?
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