Deslinde con el Senderismo
Alberto Moreno Rojas
Para que entiendan algunos que nuestro deslinde con el
senderismo data desde los primeros años de su existencia (cuando poco a poco
empezamos a entender su real dimensión); en la década de los 80s, publicamos un
texto de deslinde teórico, que fue publicado en el vocero del Partido Comunista del Perú - Patria
Roja, sobre los pilares ideológicos que sustentan su mesiánico
proyecto político de violencia y muerte.
Este texto da cuenta de que nuestra batalla también era en el terreno
ideológico y que NADA nos vinculó a ellos en ninguna etapa de nuestra
existencia.
Tenemos el honor, los galardones y la autoridad suficiente para decirles a las
memorias olvidadizas de quienes no nos ven como aliados sino como competencia,
a la derecha que insiste en arrinconarnos argumentando que somos similares,
también a los que recién ingresan a la política les decimos: que fuimos una de
las pocas organizaciones políticas de izquierda que nos enfrentamos a las
hordas senderistas en todos los campos, producto de lo cual decenas de nuestros
militantes fueron asesinados por los seguidores de Guzmán.
SOBRE EL CAPITALISMO BUROCRÁTICO Y LA SEMIFEUDALIDAD
Por: Alberto Moreno Rojas
En la llamada “entrevista del siglo”, según Guzmán: ..”Es
partiendo del Presidente Mao Tse-tung que nosotros vamos entender bien la
sociedad peruana y las sociedades llamadas atrasadas”. Es decir de acuerdo al
“pensamiento guía” no se trata de entender al Perú partiendo de investigar y
conocer nuestra propia realidad, sino de encajonar la realidad dentro de
supuestas “leyes generales” formuladas también por Mao Zedong para todos los
países atrasados o del tercer mundo. Tales “leyes” no son mas que la
determinación dogmática de las enseñanzas que Mao extrae de la experiencia
histórica de la revolución China.
EL CAPITALISMO BUROCRÁTICO EN CHINA
Al producirse la revolución democrático-burguesa en 1911 y el derrumbamiento
del llamado “Imperio Celestial”, en el vasto territorio chino se generaliza y
acentúa el caos social y político. Adquieren entonces mayor presencia e
importancia los llamados “señores de la guerra”, caudillos y jefes militares
regionales provistos cada uno de su propio ejército y que se dedican, cada uno
por su lado, a imponer “su” ley y a medrar con el desorden existente. El
resultado es la fragmentación de la sociedad china, donde al lado de un débil estado
central coexisten poderes regionales ejercidos por los corruptos señores de la
guerra que tienen como base social fundamentalmente a los terratenientes y a
los campesino ricos.
Pero, además de los terratenientes, en China existía una
burguesía íntimamente ligado al imperialismo, sometido a este, que actúa como
su agente directo y que utiliza el aparato del estado como mecanismo
fundamentalmente de enriquecimiento y de promoción del desarrollo del
capitalismo. A esta burguesía, el Partido Comunista la denomina en un primer
momento compradora.
Por otro lado, China venia sufriendo la continua intromisión y agresión de las
potencias imperialistas desde 1840. Mao y el Partido Comunista constatan que la
presencia del capitalismo extranjero había contribuido a desintegrar el régimen
económico-social imperante hasta mediados del siglo XIX, es decir, el
feudalismo chino en la historia milenaria.
Esto trae como consecuencia la paulatina transformación de
China: de feudal en país semifeudal, y que por las continuas agresiones
imperialistas pierde su independencia y se convierte en semicolonial. Más aun,
luego de la invasión japonesa (1931), china queda convertida en un país
colonial, semicolonial y semifeudal, pues gran parte de su territorio, que era
semicolonial, queda reducido a colonia japonesa.
Luego del triunfo de la guerra de resistencia anti-japonesa en
1945, Chiang Kai-shek, entonces gobernante de China, representante de los
grandes terratenientes y la gran burguesía, hombre de confianza del
imperialismo norteamericano, en busca de consolidarse en el poder desata una
nueva guerra civil. El Partido Comunista, al analizar la situación china,
constata que durante la guerra de resistencia cuatro grandes familias (Chiang,
Song, Kung y Chen) han acumulado enorme fortuna monopolizando mas del 50% de
las arterias vitales de la economía, combinando el capital monopolista con el
poder del estado, convirtiéndose, de acuerdo a la afirmación de Mao, en
capitalismo monopolista del Estado. Este mismo, vinculado al imperialismo, los
terratenientes y campesinos ricos sería un capitalismo monopolista, estatal,
comprador y feudal; y constituía la base económica y social del régimen de
Chiang Kai-shek. Mao precisa aun más y señala: “Este capital se llama
corrientemente en China capital burocrático; y esta clase capitalista, conocida
con el nombre de clase capitalista burocrática, es la gran burguesía de China”.
Esta es la manera como los comunistas chinos, empleando
creadoramente el marxismo-leninismo, analizaron y analizan la situación
concreta de su país para precisar los blancos de su revolución. Nada mas ajeno
a ellos, y sobre todo a Mao Zedong, aquellos que buscan acomodar la realidad a
formulas dogmáticas preestablecidas.
¿CAPITALISMO BUROCRÁTICO EN EL PERÚ?
¿Qué hay de común entre la experiencia china de los años 40 y la
experiencia peruana de los 80? O es que ¿es idéntica la historia del Perú del
siglo XX con la historia de China del mismo período?
Si quisiéramos trazar un paralelo histórico, haciendo abstracción por un momento
de las especificidades nacionales, lo que mas semejanza podía tener con el caso
chino seria el accionar de Anastasio Somoza en Nicaragua, el cual aliado a
cuatro o cinco familias se apoderó de la mitad de la economía de ese país,
teniendo como instrumento su control absoluto del aparato estatal durante mas
de cuatro décadas.
El caso peruano no se asemeja a ninguna experiencia, sea china o
nicaragüense. ¿O acaso si? Guzmán y Sendero Luminoso persisten en encasillar la
realidad peruana dentro de los esquemas voluntaristas y dogmáticas. Es más,
pretendieron llevar la experiencia concreta china sintetizada por Mao a la
categoría de “ley”, al señalar: “Consideramos clave esta tesis del Presidente
Mao Tse-tung (respecto al capitalismo burocrático) por que sin comprenderla y
manejarla no es factible desarrollar una revolución democrática y menos
concebir la continuación ininterrumpida como revolución socialista…”
(Entrevista del siglo).
¿CAPITALISMO DE ESTADO EN EL PERÚ?
En el Perú, antes de hablar de “capitalismo burocrático”,
tenemos que hablar de Capitalismo de Estado.
Como es sabido, el Capitalismo de Estado es una de las formas que adquiere el
capitalismo en su desarrollo y que significa la participación directa del
Estado (que corresponde en el caso peruano a los intereses de la gran burguesía
intermediaria y al imperialismo) en la actividad productiva y que implica la
existencia de propiedad capitalista de estado (yacimientos minerales, tierras,
empresas de diversa índole, etc.).
De este modo participando directamente en la producción
capitalista y asumiendo propiedades en función de ella, el estado no solo
amplia su radio de acción, sino que además tiene necesariamente que
diversificar y jerarquizar mas sus funciones, autorizando en mayor medida una
existencia y un accionar ya de por si burocráticos y coercitivos. La
burocratización se incrementa mas en la medida en que la gran empresa privada
necesita efectivizar sus negocios utilizando al estado y sus mecanismos, y
viéndose obligada (para garantizarlos) a desplazar al aparato estatal a sus
propios cuadros especializados para que actúen como eficaces guardianes de sus
intereses y como nexo constante con el imperialismo a través del Estado
Semicolonial.
¿Cuál es el objetivo de la implantación del capitalismo de
Estado? Pues impulsar el desarrollo capitalista buscando salidas de
determinados entrampamientos sociales que entorpecen su desenvolvimiento, así
como a la incapacidad económica y a la renuencia de la burguesía o, en todo
caso, reforzar el sistema de explotación que presupone y poner ese sistema a
cubierto de los riesgos derivados del ascenso de masas y la lucha de clases.
En los países capitalistas desarrollados, el capitalismo de Estado desemboca,
en la época del imperialismo, en capitalismo monopolista de Estado (con
particularidades obviamente distintas a las del mencionado caso chino).
En esos países, particularmente los europeos, el capitalismo
tiene un desarrollo histórico por completo distinto al desarrollo del
capitalismo en el Perú. Allí antes de lanzarse a la captura del poder, la
burguesía desarrolló el nuevo modo de producción y el estilo productivo en el
seno de la sociedad feudal. Cuando ambos forman una alianza, encara la lucha
por el poder, triunfa, reestructura el Estado de acuerdo a sus intereses y lo
utiliza sin miramientos eliminar lo que queda de la sociedad feudal, los
elementos productivos que no resultan útiles a su dominación de clase. En este
sentido, la historia registra los ejemplos de las revolucione burguesas
clásicas de Inglaterra (siglo XVII) y Francia (siglo XVIII).
En el Perú, en cambio, al frustrarse una revolución burguesa, y
por el hecho de desarrollarse bajo la férula del imperialismo en forma
parasitaria, el capitalismo se desenvuelve de manera deformada, entrelazado y
conviviendo con los elementos feudales existentes, por lo que el régimen feudal
y la semifeudalidad no son eliminados, sino que experimentan un proceso de de
disgregación paulatina, subsistiendo hasta los 90 sus remanentes. Por otro
lado, el desenvolvimiento capitalista genera un desarrollo económico orientado
a cubrir las necesidades imperialistas; y no a crear, consolidar y ampliar un
mercado interno; es un desarrollo capitalista centrado en la actividad primaria
de extracción de materias primas (guano, salitre, algodón, caña de azúcar,
minerales) para su colocación en el mercado mundial. Por tanto se trata de un
capitalismo y una burguesía ajenos a la afirmación de la nación y a la
consecución de la independencia nacional. Es un capitalismo viciado en sus
orígenes.
A partir de los años 50, en el país empieza a desplegarse un
tímido proceso de industrialización y, a medida que el capitalismo se
desarrolla, también lo hace el capitalismo de Estado. Sin embargo, este no es
producto de la necesidad de liquidar los elementos feudales aun vigentes, ni mucho
menos de enfrentar al imperialismo para buscar vías de desarrollo propio. El
capitalismo de Estado emerge ante la necesidad de proteger a la burguesía,
muchas de cuyas empresas han colapsado o quebrado, siendo “transferidas” al
Estado que las asume y las rediseña para incorporarlas a la producción como
propiedad capitalista de Estado. Aparece, pues, no como una forma de impulsar
el desarrollo capitalista desembarcándose de las trabas feudales y
semifeudales, sino como el intento de preservación del sistema de explotación
imperante.
EL PROYECTO DE VELASCO
Con la irrupción de Velasco en la arena política en 1968, el
capitalismo de Estado experimenta una modificación importante. Se propone ya
romper los elementos feudales y semifeudales existentes; para promover con
vigor y audacia el desarrollo capitalista, no dudando incluso enfrentarse al
imperialismo, aún cuando fuere en el plano de las contradicciones secundarias y
no fundamentales. La reforma agraria, las estatizaciones de empresas
extranjeras y nacionales, el inicio de la creación de un sistema financiero
estatal en la perspectiva de desplazar a los grandes financistas privados, el
mayor impulso a la industrialización desde el estado, la cada vez mayor
importancia concedida a este en la producción (pesca, harina de pescado,
petróleo, siderurgia, minerales, etc.) demuestran simultáneamente la necesidad
de impulsar el desarrollo capitalista bajo la modalidad de capitalismo de
Estado; y la imperiosa urgencia de acelerar la modernización del país para preservar
el sistema de explotación amenazado por la insurgencia de la lucha de masas en
la ciudad y el campo.
Si la experiencia velasquista fracasó, se debe principalmente a dos factores:
en primer lugar, la crisis estructural del sistema capitalista semicolonial que
hizo inviable cualquier experimento reformista burgués o pequeño burgués; en
segundo lugar, a la propia acción del imperialismo y la gran burguesía que
nunca estuvieron interesados en comprender que el proyecto reformista de
Velasco apuntaba a un desarrollo capitalista del Perú y que de echo era
favorable a sus intereses a mediano y largo plazo. Guiados por un odio
anticomunista no tuvieron perspectiva de desarrollo de las fuerzas productivas.
Es así como el régimen de Morales Bermúdez acaba con el intento
de impulsar el Capitalismo de Estado. Este sin embargo logra subsistir
penosamente. El gobierno de Alan García en forma inconsecuente, timorata, trata
de reactualizarlo a través del intento de estatización de la banca pero fracasa
ruidosamente. Es con el gobierno de Fujimori que el capitalismo de Estado
desaparece casi por completo, pues con una política claramente neoliberal
privatiza lo poco que quedaba.
Aquí cabe un acápite: en los 80, cuando el Movimiento Libertad
(la contraparte de Sendero en cuanto a dogmatismo e intolerancia) habla del
fracaso de los “modelos colectivistas”, pretendiendo ladinamente identificarlos
con el socialismo, expresa su rechazo hasta para el capitalismo de Estado.
Este, dentro de los modelos planteados por Velasco resulta incluso avanzado
ante el fosilizado esquema neoliberal.
Todo lo planteado hasta ahora corresponde a hechos comprobados
históricos, económicos, sociológicos, etc. Existe una cantidad impresionante de
trabajos de investigación nacionales y extranjeros que avalan nuestras
afirmaciones.
Frente a esto ¿Qué nos puede aportar Sendero al plantear sus tesis? ¿Sobre que
bases concretas puede demostrar que el capitalismo burocrático constituye una
“ley” para todos los países atrasados, del tercer mundo?.
Mao cuando habla de capitalismo burocrático se refiere en todo
momento a la situación concreta de China. Parte de analizar su realidad en la
búsqueda de transformarla; jamás pretendió pontificar sus tesis para todos los
países semicoloniales.
SOBRE LA SEMIFEUDALIDAD
Ante la evidencia de este proceso de desarrollo objetivo e
independiente de la voluntad de alguien en particular; la “tesis” senderista
acerca del carácter semifeudal del país carece de seriedad, constituyendo un
insulto a la inteligencia de cualquier persona. No obstante con necedad
increíble, sendero y Guzmán afirmaron que el 60% de la población era campesina,
que una gran mayoría esta bajo el régimen de servidumbre (feudal) o
semiservidumbre y que, en tales condiciones, se impone una revolución democrática
que “elimine” ese “régimen feudal” donde los terratenientes imponen la
servidumbre o semiservidumbre.
Como quiera que, según ellos, la “descomposición” del “capitalismo burocrático”
y la opresión desalmada de los terratenientes feudales han creado las condiciones
para que el país arda como leña seca, declarando la guerra popular suponiendo
(en la confusión delirante de sus deseos como propia realidad) que las masas
del campo y la ciudad se alzaran con ellos, los seguirán a ciegas y harán
triunfar la “revolución”. Cosa que como vemos no ocurrió.
Viendo hechos tras cada uno se sus supuestos por la propia
realidad objetiva, constatando el fracaso e sus “previsiones científicas” y
sufriendo de un creciente e inexorable aislamiento político, a su voluntarismo
y dogmatismo militarista no le quedó que volcar toda su ira enfermiza hacia las
masas, agrediéndolas salvajemente y derivando sin retorno hacia la acción
puramente terrorista y de contornos criminales.
Por lo cual asesinaron a dirigentes y militantes sindicales,
populares y revolucionarios. Por eso, y ante la imposibilidad de encontrar en
el campo a los “terratenientes feudales”, se ensañaron con pequeños y medianos
propietarios a los que eliminan con ferocidad, dentro de su accionar denominado
“batir el campo” pretendiendo amedrentar a la población y someterla a sus
designios perpetrando su “justicia revolucionaria”.
Lo que Sendero, en fin de
cuentas, demuestra fehacientemente es que el voluntarismo dogmático no solo
reemplaza a la realidad por un esquema, actuando con el criterio de “si la
realidad se opone a mis esquemas, tanto peor para ella”, sino que además supone
la imposibilidad total de pensar, pues ya todo esta estudiado y definido y
resuelto. Mao resolvió lo del capitalismo burocrático en 1947 y Mariátegui hizo
lo propio con la semifeudalidad en 1928. Existe, pues, una esclerosis mental
irreversible en Guzmán y sus discípulos que tratan de escudarse tras un
marxismo ficticio para justificar la anómala creación de un país que no tiene
cosan alguna que ver con el Perú.
Este texto da cuenta de que nuestra batalla también era en el terreno ideológico y que NADA nos vinculó a ellos en ninguna etapa de nuestra existencia.
Tenemos el honor, los galardones y la autoridad suficiente para decirles a las memorias olvidadizas de quienes no nos ven como aliados sino como competencia, a la derecha que insiste en arrinconarnos argumentando que somos similares, también a los que recién ingresan a la política les decimos: que fuimos una de las pocas organizaciones políticas de izquierda que nos enfrentamos a las hordas senderistas en todos los campos, producto de lo cual decenas de nuestros militantes fueron asesinados por los seguidores de Guzmán.
Por: Alberto Moreno Rojas
Al producirse la revolución democrático-burguesa en 1911 y el derrumbamiento del llamado “Imperio Celestial”, en el vasto territorio chino se generaliza y acentúa el caos social y político. Adquieren entonces mayor presencia e importancia los llamados “señores de la guerra”, caudillos y jefes militares regionales provistos cada uno de su propio ejército y que se dedican, cada uno por su lado, a imponer “su” ley y a medrar con el desorden existente. El resultado es la fragmentación de la sociedad china, donde al lado de un débil estado central coexisten poderes regionales ejercidos por los corruptos señores de la guerra que tienen como base social fundamentalmente a los terratenientes y a los campesino ricos.
Por otro lado, China venia sufriendo la continua intromisión y agresión de las potencias imperialistas desde 1840. Mao y el Partido Comunista constatan que la presencia del capitalismo extranjero había contribuido a desintegrar el régimen económico-social imperante hasta mediados del siglo XIX, es decir, el feudalismo chino en la historia milenaria.
Si quisiéramos trazar un paralelo histórico, haciendo abstracción por un momento de las especificidades nacionales, lo que mas semejanza podía tener con el caso chino seria el accionar de Anastasio Somoza en Nicaragua, el cual aliado a cuatro o cinco familias se apoderó de la mitad de la economía de ese país, teniendo como instrumento su control absoluto del aparato estatal durante mas de cuatro décadas.
Como es sabido, el Capitalismo de Estado es una de las formas que adquiere el capitalismo en su desarrollo y que significa la participación directa del Estado (que corresponde en el caso peruano a los intereses de la gran burguesía intermediaria y al imperialismo) en la actividad productiva y que implica la existencia de propiedad capitalista de estado (yacimientos minerales, tierras, empresas de diversa índole, etc.).
En los países capitalistas desarrollados, el capitalismo de Estado desemboca, en la época del imperialismo, en capitalismo monopolista de Estado (con particularidades obviamente distintas a las del mencionado caso chino).
Si la experiencia velasquista fracasó, se debe principalmente a dos factores: en primer lugar, la crisis estructural del sistema capitalista semicolonial que hizo inviable cualquier experimento reformista burgués o pequeño burgués; en segundo lugar, a la propia acción del imperialismo y la gran burguesía que nunca estuvieron interesados en comprender que el proyecto reformista de Velasco apuntaba a un desarrollo capitalista del Perú y que de echo era favorable a sus intereses a mediano y largo plazo. Guiados por un odio anticomunista no tuvieron perspectiva de desarrollo de las fuerzas productivas.
Frente a esto ¿Qué nos puede aportar Sendero al plantear sus tesis? ¿Sobre que bases concretas puede demostrar que el capitalismo burocrático constituye una “ley” para todos los países atrasados, del tercer mundo?.
Como quiera que, según ellos, la “descomposición” del “capitalismo burocrático” y la opresión desalmada de los terratenientes feudales han creado las condiciones para que el país arda como leña seca, declarando la guerra popular suponiendo (en la confusión delirante de sus deseos como propia realidad) que las masas del campo y la ciudad se alzaran con ellos, los seguirán a ciegas y harán triunfar la “revolución”. Cosa que como vemos no ocurrió.
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