miércoles, 7 de agosto de 2013

NI PEKÍN NI MOSCÚ: UN SOLO COMUNISMO PARA EL PERÚ
AGOSTO 06, 2013

A medio siglo de la ruptura chino soviética
Por: Ernesto Toledo Brückmann
Cincuenta años han pasado y aún no aprendimos la lección; por un lado, las nuevas generaciones de comunistas peruanos ven con asombro el otrora abanico de organizaciones que decían ser los herederos del Amauta, los fieles seguidores de la “línea justa y correcta” y los enemigos del “reformismo” y el “revisionismo”; por otro lado, la curiosidad de la juventud intelectual le causa mareos por tantas siglas del pasado. Y aunque el caso peruano resulta particular en la región, lo mismo ocurrió, en distinta medida, en el mundo. El origen de tal fraccionamiento no lo encontramos únicamente en los problemas internos de cada país sino en la polémica de dos gigantes: La Unión Soviética y China agudizaron las contradicciones en el comunismo internacional y a inicios de los 60’ del siglo pasado le generaron al sistema capitalista una de sus mayores complacencias.
En repetidas ocasiones el PCCH protestó por los métodos autoritarios que empleaba el PCUS para resolver diferencias en el campo comunista, como en 1956 con la crisis húngara. Aunque en 1957 y 1958 Mao Tse Tung visitó Moscú y luego Nikita Jruschov fue a China, respectivamente, los tratados de amistad y cooperación escondían la acumulación de problemas y dificultades en la relación.
China rechazaba las duras críticas que Jruschov hacía del desaparecido Stalin y se sentía fastidiada por el hecho que la URSS cobrase por el material de guerra que le había proporcionado durante la guerra de Corea. Le parecía que la URSS no actuaba pensando en el comunismo mundial, que se negaba a entregarle armas nucleares y que actuaba aplicando acuerdos subterráneos con EEUU para evitar la proliferación atómica. Estas tensiones se agravaban al punto de generar esporádicos conflictos limítrofes. Por su parte a la URSS le parecía aventurero e irresponsable que China pretendiera bombardear Taiwán pues ello hubiese desatado la reacción norteamericana.
En el plano ideológico, los comunistas chinos interpretaban la conducta soviética como una desviación del marxismo leninismo. Deng Xiaoping sostenía que los soviéticos atravesaban un período de excesivo nacionalismo, que les impedía pensar los problemas del mundo desde una óptica de clase y revolucionaria. A ello se juntaron las reformas económicas soviéticas “Reformas Liberman”, opuestas al excesivo subsidio estatal y partícipe del incremento de la producción industrial mediante el incentivo económico a los trabajadores.
Primeros acercamientos peruanos
El comunismo peruano no era ajeno a ello; los primeros acercamientos al PCCH tienen sus raíces en 1959, cuando China organizó un seminario de cinco meses para comunistas latinoamericanos en Pekín, con el fin de cohesionar adherentes a sus políticas en los debates dentro del movimiento comunista internacional.
Dirigentes como Saturnino Paredes, Manuel Soria y José Sotomayor asistieron; asimismo el pintor arequipeño Carlos De la Riva, quien publicó en 1961 un libro titulado Donde nace la aurora, basada en sus observaciones en China; ahí utiliza la experiencia china como modelo para atacar la idea de la vía pacífica al socialismo, y revela las discrepancias dentro del PCP acerca de estos asuntos.
En 1960 la URSS retiró a sus técnicos y asesores que trabajaban en China en cooperación internacional. China acusó a los asesores de espías. Jruschov calificó a  Mao de irresponsable al supuestamente no querer entender que el planeta estaba dividido en dos campos, cada uno  de los cuales estaba armado con un arsenal nuclear capaz de destruir el mundo. Por ello, era necesario encontrar alguna forma de colaboración con Occidente que evite una conflagración mortal.
Ruptura de relaciones
El último esfuerzo realizado para unificar el  Movimiento Comunista Internacional fue  en 1960 con la Conferencia de los 81 Partidos Comunistas y Obreros, realizada en Moscú, pero a finales de 1961 el 22 Congreso del PCUS lanzó  toda una ofensiva abierta  contra los Partidos Comunistas de China y Albania, haciendo un llamado para  el derrocamiento de sus dirigentes. La delegación del PCCH conducida por Zhou Enlai se retiró ostensiblemente del recinto.
Al año siguiente, China argumentó que la actuación de Jruschov en la crisis de los misiles en Cuba evidenciaba que la irresponsabilidad aventurera iba por cuenta de la dirección soviética. De acuerdo a Mao, ese caso mostraba cómo -para los soviéticos- lo importante era el interés nacional de la URSS, muy por encima de su supuesta responsabilidad con la paz mundial. En todo caso, Jruschov había cedido ante Kennedy y la prensa china se burló sin piedad de su incapacidad política, que lo había llevado a arrodillarse frente al imperialismo norteamericano.
A partir de ese año empezaron a dividirse los partidos comunistas del mundo entero; los partidarios de Moscú expulsaban a los simpatizantes de Pekín o viceversa. La ruptura estaba consumada en 1963 y para 1964 Jruschov fue defenestrado por la nueva cúpula soviética. Con la división del Movimiento Comunista Internacional se concretó el factor de mayor debilidad del comunismo en el curso de la Guerra Fría.
“Chinófilos” y “sovietófilos”
Mientras tanto en el Perú, durante el 18 Pleno del Comité Central del PCP (octubre de 1963) y luego de 5 días de debates ideológicos y administrativos, quedaron deslindados los campos: los llamados despectivamente “chinófilos” y “sovietófilos”.
El grupo de Jorge Del Prado fue asesorado por el chileno Volonia Teitelboim e hizo la defensa de la tesis del 22 Congreso del PCUS: la “coexistencia pacífica” como capitulación ante el imperialismo norteamericano, la  vía pacífica o parlamentaria  de conquista del poder por el partido de la clase obrera. Asimismo condenó duramente lo que llamaba  la desviación “pequinesa“. Por su parte, Saturnino Paredes calificaba al grupo de Del Prado como “revisionismo jruschovista”.
En noviembre de 1963 varios dirigentes peruanos viajaron a China para definir allá si  se concretaba  o no la ruptura del  PCP. La versión de Sotomayor es que el PCCH recomendó formar un nuevo partido, o, más bien, convocar una reunión de los comunistas peruanos pro-Chinos para expulsar a los pro-soviéticos. Asimismo dice que Mao Tse Tung opinó que “se puede comenzar una guerra popular; no es difícil. ¿Quieren ustedes hacer la guerra? Es cuestión de decidirse.”
1964: Cuarta Conferencia Nacional
En enero de 1964 se llevó a cabo la “4ta Conferencia Nacional” del PCP, convocada por el sector “pro-chino” del Comité Central del PCP. En todos los documentos que aprobó están nítidamente esbozados los principales puntos de vista sostenidos por el PCCh en oposición al Movimiento Comunista Internacional que planteaba “coexistencia pacífica” Nace el PCP-Bandera Roja y Saturnino Paredes es su secretario general. El PC- Unidad siguió al mando de Del Prado. La mayor parte de las bases campesinas y juveniles comunistas se integran a Bandera Roja, mientras que los sectores obreros mayoritariamente optan por el PC Unidad.
El PCP- Bandera Roja asumió las siguientes cuestiones:
a) El Perú no es un país dependiente sino semicolonial;
b) La fuerza motriz principal de la revolución peruana es el campesinado;
c) La revolución peruana va del campo a. la ciudad, siguiendo un curso duro y prolongado;
d) La violencia revolucionaria en forma de guerra popular es la forma principal de lucha;
e) El Ejército Revolucionario es la forma principal de organización del movimiento revolucionario;
f) La constitución de Bases de Apoyo Revolucionarias y la construcción de las Fuerzas Armadas Revolucionarias son la tarea principal de los revolucionarios.
Consecuencias
“Se produjo una rápida polarización (…) Particularmente cuando yo recién ingreso al partido es cuando estaba en el colegio; ahí los camaradas buscaban mantenernos alejados de ese conflicto, en un ánimo de unidad extrema y en una esperanza que los problemas se resolvieran antes de llegar a una ruptura; lamentablemente eso no se dio y las aguas siguieron su curso definitivamente” recuerda un camarada que no quiso ser identificado.
Hasta antes de esta ruptura, el bloque comunista agrupaba a una tercera parte de la humanidad y disponía de un aparato político internacional unificado que actuaba en todos los países capitalistas. Pero, después de esta crisis, el bloque se había dividido irremediablemente en dos mitades que se acusaban mutuamente de traición. A partir de entonces, EEUU aprovecharía esta división con astucia. Buscando oponer uno al otro, el liderazgo norteamericano aprovecharía esta crisis para cimentar su hegemonía y acabar venciendo fácilmente en la Guerra Fría. En este sentido, la incapacidad de comunismo para hallar una salida consensual a la muerte de Stalin precipitó su división y fue la causa última de su caída en la URSS y Europa del este.
Haciendo un paralelo, Mao Tse Tung describió el carácter colonial, semicolonial y semifeudal de la sociedad china, por lo que su Revolución estaba dirigida contra la dominación del imperialismo extranjero y el feudalismo interior.  Asimismo, establece el problema de identificar a las Fuerzas Motrices o diversas clases y capas de la sociedad china, capaces de unir fuerzas para luchar contra el imperialismo y el feudalismo.  Pero un grave error en el Perú  fue no pensar con cabeza propia, repitiendo los postulados y tratando de forzar la realidad a definiciones de sociedades extranjeras,  confundiendo la correlación de fuerzas y fuerzas motrices; no había creación sino congelamiento de pensamiento. De otro lado, la migración del campo a la ciudad ya se había producido en el Perú desde los años 50’ del siglo XX, modificando notoriamente el tema de la feudalidad y semifeudalidad en el Perú.
Como fuera, ya no es tiempo de satélites, “socialimperialismos”, ni “sección peruana” de nadie; nuestras particularidades y los problemas propios del siglo XXI nos hacen poner los pies sobre la tierra, recurrir al marxismo como método para comprender y transformar la sociedad, e identificarnos como comunistas que seguimos los dictados de un solo dirigente: el Perú.

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