Las “ondas de choque”, un nuevo tratamiento
por si el viagra no funciona
Desde
la aparición del primer tratamiento oral, se han multiplicado las opciones para
los más de 150 millones de varones que padecen problemas de erección, la más
reciente son las ondas de choque.
La revolución del
tratamiento para la disfunción eréctil que supuso en 1998 el lanzamiento del
Viagra no se ha agotado en el siempre vigente uso de la ya célebre pastillita
azul, una solución para los problemas
de buena parte de los más de 150 millones de varones que la padecen en todo el
mundo. Los últimos años han sido testigos de la llegada de nuevas moléculas
emparentadas con el sildenafil -tal es el nombre real de la droga
comercializada en Estados Unidos como Viagra y aquí, con decenas de nombres
distintos-, de mejores tecnologías en implantes peneanos e incluso de
tratamientos completamente distintos, como las ondas de choque de baja energía
que desde hace poco se emplean en Argentina.
"Las ondas de
choque constituyen un tratamiento absolutamente indoloro, que requiere unas
cuatro sesiones de 20 minutos durante un mes, en las cuales se aplican en el
pene ondas de choque similares a las que se emplean para disolver cálculos
renales, pero de mucha menor intensidad, y
que se ha observado que estimulan la formación de nuevos vasos
sanguíneos", explicó el doctor Amado Bechara, jefe de Unidad de la
División Urología del hospital Durand y director médico del Instituto Médico Especializado
(IME), que tiene experiencia en el uso de las ondas de choque.
La necesidad de
generar nuevos vasos sanguíneos en el pene de quienes padecen disfunción
eréctil está dada porque, en la amplia mayoría de los casos, la causa de
disfunción eréctil es vascular.
"La
hipertensión arterial, la diabetes, el colesterol elevado y la enfermedad
cardiovascular son los factores etiológicos que más comúnmente se encuentran
detrás de la disfunción eréctil, y que tienen en común el daño del endotelio,
que es la capa interna de las arterias del pene", agregó el doctor Adolfo Casabé, consultor de la
Sociedad Argentina de Urología y encargado del sector de Medicina Sexual del
hospital Durand.
"Este
tratamiento es una alternativa para los pacientes que no responden al
sildenafil o a las otras drogas, pero que no quieren pasar al siguiente
tratamiento de la disfunción eréctil, que son las inyecciones
intrapeneanas", comentó Bechara.
"La tasa de
eficacia ronda el 60%, lo que significa que el 60% de los pacientes tratados
con ondas de choque va a poder responder adecuadamente a la terapia oral", completó Casabé, que agregó que los efectos del
nuevo tratamiento se observan a los 45 a 60 días posteriores a su finalización.
El tratamiento desarrollado en Israel
-y aprobado por las autoridades regulatorias de la Argentina y de 16 países
europeos- no posee efectos adversos descriptos.
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