Una experiencia que puede ser útil para cambiar
de gobierno.
No olvidemos la historia, debería repetirse (20 de julio de 1976)
Capitán Eloy Villacrez
Hace 38 años un grupo de patriotas, civiles y militares, no aceptamos la
felonía de Morales Bermúdez contra Velasco y escribimos una página de dignidad
que ha pretendido ser olvidada, constituye un hito importante en las luchas
sociales de nuestra Nación. Con esta página de recuerdo, saludo a la gran
cantidad de comprometidos que sacrificaron su vida, estabilidad y familia, para
dejar a nuestros hijos un país con justicia social.
Los hechos:
El 06 de agosto de 1975, era el día “D”
para recuperar Arica y Tarapacá, los guerreros del Perú de aire, mar y
tierra, estábamos aprestados desde antes del 18 de febrero, cuando se
reunieron Banzer y Pinochet en “El abrazo de Charaña”, fue un acto desesperado
en Chile de Pinochet, al ofrecer una salida soberana al mar a Bolivia, por
Arica, con el objetivo de impedir el ataque de nuestras tropas.
Llegó a conocimiento de los chilenos
que de concretar el ofrecimiento de entregar la salida al mar a Bo, nuestra
Fuerza Armada, con 400 blindados del ejército de tierra y 1200
paracaidistas, con nuestra flota aérea, fuerzas navales y miembros de la
Guardia Civil para el control poblacional, irrumpiríamos hacia Arica, Tarapacá
y Antofagasta, en tres columnas, una por la costa y otra por las estribaciones
de la cordillera con dirección a Iquique y un envolvimiento
vertical(paracaidistas), se sabía que en los territorios peruanos en poder de
Chile sólo habían 30 blindados antiguos “Sherman”. Frente a esa determinación
de Velasco, retrocedió Pinochet, desistió del ofrecimiento, dejando un
sabor de burla a las aspiraciones de Bolivia.
“El CONTRALMIRANTE CHILENO RAFAEL GONZALES: EN LA LUCHA
DE LAS NACIONES POR SU SUPERVIVENCIA, NO HAY ESPACIO PARA LA INGENUIDAD, LA
SIMPATIA, LA HERMANDAD, LA SENSIBILERIA. Chile y Bolivia, en su artículo del 9
de julio del 2012, cuando afirma “También, debemos recordar, como un antecedente cercano, que en 1975,
durante el Gobierno Militar, el Perú, bajo la presidencia del General Velasco
Alvarado, se preparaba para atacar a nuestro país, encontrándose nuestras FFAA
muy debilitadas en lo que se refiere a material de guerra. Esta amenaza se
venía gestando desde fines de 1973. Junto a lo anterior, Chile sufría un boicot mundial por haberse
liberado del comunismo internacional. En este contexto, el Gobierno Militar negoció con Bolivia un
corredor con salida al mar al norte de Arica, lo que se conoció como
“Negociaciones de Charaña.”
Estados Unidos (Kissinger) comprendió que la decisión de Velasco para
recuperar Arica y Tarapacá era irreversible, perder la guerra por parte de
Chile, representaba la caída del régimen y la izquierda volvería al poder
frente al anarquismo que genera la derrota. Con ese panorama maquinaron el
golpe de estado para sacar del poder a Velasco, ubicaron a los felones con el
cabecilla Morales Bermúdez.
La felonía fue detectada por el Grl. Gilardi, puso al corriente a
Velasco de la conspiración de generales del entorno, entre ellos Richter,
Graham, Vargas Prieto, Fernández Maldonado, Rodríguez Figueroa, Sala Orosco,
Bellina, Sánchez y otros más. No se sabe si Velasco quedó convencido o no, se
limitó a llamarles la atención exigiéndoles lealtad a los conspiradores,
desoyendo la recomendación de Gilardi, Meza Cuadra y de Ibáñez, que lo prudente
era pasar al retiro a la mitad de los conspiradores y al resto quitarles mando
de tropa.
Por esta llamada de atención, los plazos para concretar la traición se
retrasaron, no pudieron articular el golpe antes del 06 de agosto de 1975,
fecha prevista para el ataque de nuestras fuerzas, en un acto de audacia
Morales Bermúdez solicitó postergar la orden de invasión por 30 días, aduciendo
el no haber completado el sistema de defensa antiaérea. Dos días antes del
ataque (04 ago 75), llegó la contraorden a todas las unidades comprometidas con
la invasión, los paracaidistas que estábamos en el Cuartel Salaverry de
Arequipa, para el salto del 06 de agosto nos vimos precisados a desactivar el
avituallamiento y desarmar el equipo aerotransportado, de igual manera el resto
de unidades, desactivaron todo lo previsto hasta nueva orden.
La conspiración de la felonía avanzó, el Jefe de Tacna General Artemio
García había convencido a la mayoría de mandos para sublevarse contra Velasco,
colocando como motivo su mal estado de salud. “La cabecera golpista sería la
heroica ciudad”, paradojas del destino, la seguridad de los
golpistas estaba en Chile, si algo salía mal se refugiarían
cruzando la frontera y pedirían protección, se sobreentiende que darían a
conocer a Chile los planes de defensa y ataque de nuestras fuerzas.
Los golpistas con Morales Bermúdez llegaron a Tacna el 27 de agosto con
el “paraguas” de conmemorar la vuelta al Perú de Tacna, fecha emblemática y de
alto valor patriótico.
Algunos Coroneles no sabían de la traición, como fue el caso del que
años después, sería Comandante General del Ejército, en 1975 el
Coronel Julia, Jefe de la Caballería en Tacna en la frontera, como es sabido
dentro de la doctrina de guerra, las unidades de caballería blindada en
frontera, son las que están en permanente enganche con las tropas del enemigo,
al ser convocado a la reunión de comando manifestó que las unidades de
caballería blindada estaban totalmente aprestadas para cruzar la frontera, Morales
Bermúdez le dijo “la acción militar no es contra Santiago sino contra
Lima”, la noticia fue demoledora, lo peor era que la mayoría de los mandos de
los mandos estaban de acuerdo con derribar a Velasco.
Las explicaciones para postergar el ataque fueron de que “los chilenos
sabían sobre la invasión y no sería una sorpresa, luego fijarían otra fecha en
el tiempo más corto”, pasaron los meses y las postergaciones se sucedieron y se
alargaron los plazos, a los oficiales que habíamos demostrado mayor vehemencia
en el ataque a Chile, fuimos cambiados de colocación a oficinas del Cuartel
General.
El punto de quiebre, fue el 24 de abril de 1976, en el cuartel San
Martín, día de la Ingeniería Militar, los oficiales nos presentamos a
Fernández Maldonado, que era Comandante General del Ejército, para pedir que un
subalterno dirigiera algunas palabras al gobierno en pleno y a los 400
oficiales reunidos, como parte de la celebración del día de la Ingeniería
militar, para poder expresar en público nuestro sentimiento. Fui designado para
dirigir la palabra, dije “Soy el capitán Eloy Villacrez, me dirijo a
usted Señor Presidente de ingeniero a ingeniero, para decirle que hay
preocupación en los oficiales sobre el rumbo que se está imprimiendo a la
revolución y la demora en llegar a Tarapacá, comienza a sentirse un olor a
traición”, hubo un aplauso cerrado de los oficiales y desconcierto en los
mandos, subieron al escenario numerosos generales y coroneles para evitar que
siguiera hablando. Cuando subió al estrado el único oficial decente del grupo
de Morales Bermúdez, el Comandante Guillermo Bazo, recién entregué el micro, el
resto de generales y coroneles no merecían el menor respeto.
A partir de ese día sentimos que Fernández Maldonado, comenzó a alejarse
y mantener distancia, al punto, en una ocasión al estar reunidos en el Cuartel
General como regularmente lo hacíamos, se dirigió a Fernández Salvatecci y a mi
persona, nos dijo “todo lo que se haga será con pancho (Morales Bermúdez), nada
sin él”. El punto culminante fue a principios de junio de 1976, en una reunión
de rutina en el Cuartel General, a Fernández y a mí nos dijo, “Pepe
(Fernández), estoy firmando una orden para que vayas a estudiar inteligencia en
la URSS, en una alta especialidad de cuatro años y tu Eloy vas a Francia a
seguir el curso de post grado en ingeniería, también por 4 años, uno para
aprender el francés y tres del curso”. Tomé la palabra le dije Mi general
estamos ad portas de una guerra con Chile y usted me dice para dejar el país,
le pido me explique, de la misma forma se expresó Fernández, debo agregar que
el grado de confianza con el General Fernández Maldonado era total, al punto
que le dije si me destina a Francia, sólo me queda pedir mi pase al retiro.
Luego de estos incidentes, intuimos que el Grl. Fernández Maldonado
había perdido fuerza, nos reunimos un grupo numeroso de oficiales y decidimos
preparar una insurrección popular, con iniciativa inicial de parte de
diferentes cuarteles y unidades, comprendimos que el tiempo era muy corto, para
ese efecto desde tiempo atrás el Mayor Fernández Salvatecci había concebido
crear un organismo clandestino formado por civiles y militares, todos líderes
sociales y oficiales prestigiados en el Ejército, que se denominó “LA ORGA”,
con el objetivo de unir voluntades para alcanzar el poder y que la
revolución de Velasco recupere la dirección del proceso.
Esta organización fue realmente una red sistematizada con métodos de
análisis de sistemas y organización secuencial, que en esa época se llamaba
pert/cpm, dentro del rubro de la disciplina de Investigación de operaciones.
Esta red con sub redes de grupos políticos, militares y sociales, con
capacidad de acción política en todo el país, estaba estrictamente
compartimentada y actuaban dentro de un frente de masas o entidades gremiales,
cumpliendo tareas concretas, los únicos que tenían conocimiento de la totalidad
de las operaciones éramos J. Fernández, Sánchez Carlessi y Eloy Villacrez, con
la finalidad de evitar la represalia, lo cual se cumplió, ninguno de nosotros
dio conocer ni la metodología ni a las personas de la insurrección, los que
caímos fuimos 6 dirigentes, quedando a salvo la totalidad de los cuadros, a
pesar de la tortura y los ofrecimientos de perdón y olvido que hizo el gobierno.
Considero importante dar a conocer ahora esta metodología de toma del
poder,puede ser útil en las condiciones actuales, cuando nada sirve de
lo hecho por la clase política desde la caída de Velasco. Somos testigos del
nivel de corrupción del ejecutivo, legislativo, judicial, gobiernos regionales,
municipales y organismos autónomos, casi la totalidad actúan dentro de la
oferta y demanda, vendiendo el futuro con utilidades personales y los otros se
desempeñan como voceros del narcotráfico, que se da el lujo de colocar
autoridades en las elecciones.
Como no hay interés en seguir dando diagnósticos, como hacen todos los
que se dicen analistas, sin dar soluciones, dentro de los límites que impone la
seguridad, a personas interesadas se les comunicará, como llevamos a cabo esa
acción, puede ser útil con algunas variaciones, cuyas líneas generales se
pueden describir a continuación.
Nosotros, soldados y políticos honestos, en ese entonces decidimos
“Iniciar la acción militar en el Cuartel La Pólvora de Lima, desplazamiento con
tropas de infantería de ese lugar hacia Palacio de Gobierno y emplazamiento de
cohetería en los contrafuertes del Cerro. San Cristóbal, para amagar con el
lanzamiento de cohetes sobre las instalaciones de la Presidencia en caso haya resistencia,
neutralizar la División Blindada, con tropas del Batallón de Tanques,
captadas para la insurrección,apoyo popular de organizaciones de base, que
recibirían armamento en CUAVES, para organizar la ofensiva y la neutralización
de unidades leales al régimen traidor, todo ello coordinado
radialmente por radio Unión”
Se comprende la complejidad de las operaciones y la coordinación
implicaba varios cientos de dirigentes, ahora 38 años después, estoy seguro que
algún nombre omitiré, pido disculpas, estuvimos el 20 de julio de 1976,
cumpliendo diferentes tareas para derribar a Morales Bermúdez, los militares
Fernández Salvatecci, Lora Muga, Huarcaya, R. Córdova Rivera, A. Del Pozo
Galván, E. Sosa, Denis Arias, Julio Velarde, Héctor Portela, E.
Villacrez, Calep Gonzales, C. Pino, J, Ugarte, Holguìn,, Velasquez,
A. Loayza, el Crl. Justo Jara fue informado, aceptando con valor el
reto, igualmente el Crl. Vásquez Pancorbo, el, Crl. Campos Montoya y otros más.
Por el lado civil Manano Benza, R Roncagliolo, Carlos Urrutia, Walter Sacaico,
Constante Traverso, A. Mar, E. Portocarrero, Shango Aragón, Sánchez Carlessi
(materia gris del alzamiento), G. Trigoso Edery, Juan Márquez, Avelino
Mar, J. Delgado, V. Villacrez, Bladimiro Guevara, V. Barnet, W. Palacios,
V. Gálvez, M. Echeandìa, M. Tincopa, Juan Márquez, V. Mazuelos, O.Balbuena, H.
Santome, S. Sandoval, Carlos Rodríguez. M. Herrera, A. García, fue informado
Ricardo Letts, con valor y decisión aceptó el reto. Todos ellos merecen una
página en la historia social de nuestra patria.
La insurrección se inició en el cuartel “La Pólvora” los principales
actores militares nos constituimos a la unidad con la anuencia de los oficiales
comprometidos con el alzamiento, algo se había filtrado puesto que unidades del
cuartel Barbones comenzaron a desplazarse para cercarnos en la Pólvora,
comprendimos que al haber perdido la sorpresa, era inútil enfrentarnos, por el
número reducido de nuestros efectivos, decidimos unos cuantos oficiales
abrirnos paso usando las armas y constituirnos a la División Blindada,
habíamos recibido información que uno de nuestros oficiales más
decididos el Capitán Héctor Portela había tomando control de su unidad neutralizando
al jefe y al mayor ejecutivo, cuando nos acercamos a la Blindada, estaba
rodeada por efectivos.
Frente a ello decidimos desarticular toda la operación y salvar los
cuadros civiles y militares, procedimos a incinerar la totalidad de la
documentación que habíamos formulado, asumiríamos la responsabilidad Fernández
Salvatecci, Gonzales, Villacrez y Portela. El problema mayor era devolver a Chorrillos
los 300 fusiles y 4 ametralladoras con cien mil cartuchos que habíamos extraído
de los almacenes, con algunos altibajos se devolvieron las armas.
Rindo mi homenaje a los que participamos, cambió la vida de todos
nosotros, se rescata la decisión y valor de todos, fue un acto sublime, de
servicio a nuestro pueblo y a la patria, podemos afirmar que el logro concreto
de esta acción civil-militar, junto con otras acciones realizadas por otros
oficiales subalternos, como fue la acción del Capitán Fernández Servat y sus
compañeros, y un atentado fallido, hicieron que el felón Morales dijera,
podemos controlar marchas, huelgas y protestas, pero controlar a otros soldados
es muy difícil, eso fue probablemente la gota que derramo el vaso y decidió la
entrega del poder, algo así las fuerzas del pueblo debían hacer en este siglo
XXI, junto a los soldados subalternos, los que no tienen las manos manchadas de
sangre peruana, para que una nueva hornada de políticos decentes arriben al
poder y alcancemos el desarrollo, al ser conscientes que estas elecciones que
se avecinan sólo servirán para seguir enriqueciendo a unos sinvergüenzas.
.
Por nuestra Nación y su pueblo, si Tacna volvió, Arica y Tarapacá
volverán.
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