miércoles, 11 de diciembre de 2013

Director de Petroperú, Germán Alarco, dice que con transferencia de acciones se perderá 1,500 millones de dólares.

“Privatización de Petroperú será un pésimo negocio”
Para Germán Alarco Tosoni, director de Petroperú y profesor de la Escuela de Postgrado de la Universidad del Pacífico, la transferencia de acciones de Petroperú al sector privado será un pésimo negocio que originará pérdidas de 1,500 millones de dólares. En diálogo con LA PRIMERA habló sobre la reciente propuesta de Ley sobre Petroperú que se ha presentado al Congreso de la República.

—¿Ha revisado el proyecto de Ley sobre Petroperú que se ha presentado al Congreso?
—Como miembro del directorio he solicitado en varias oportunidades una copia de lo que se viene discutiendo para hacer una evaluación de su estado de avance y la respuesta ha sido que Petroperú no conoce de ese tema, lo que es un hecho muy lamentable porque tanto la dirección de la empresa como el directorio son las instancias técnicas que deben conocer de esas materias antes que se presenten al Congreso de la República.

—¿Pero sabe en qué consiste la propuesta?
—De acuerdo a lo señalado por los ministros, se da luz verde a la refinería de Talara, lo que es muy positivo, pero se estaría condicionando a dos temas que son negativos. El primero es que se privatizaría la empresa y el segundo que la empresa solo se podría dedicar a la actividad de refinería de petróleo y su comercialización.

—¿Se impediría la integración vertical de la empresa?
—Las declaraciones del ministro de Economía y Finanzas y del titular de Energía y Minas van en el sentido que la empresa solo se podría dedicar al tema de la refinería y comercialización de combustibles, que son las etapas menos rentables en el negocio petrolero. Entonces, en vez de dar un paso hacia delante estaríamos dando tres hacia atrás.

RETORNO

—Usted está diciendo que el gobierno quiere que Petroperú sea privatizada. ¿Por qué querría eso?
—Simplemente por razones ideológicas. Si uno revisa los propios planes del sector de Energía y Minas, uno observa que la empresa no existe. De lo que se trata, según este ministerio es de privatizar a todas las empresas de ese sector. Con este programa, efectivamente en este gobierno nacionalista, estaríamos dándole el golpe final a un retorno claro a la época de los noventas al privatizar las empresas.

—¿Qué opina de la privatización de esa empresa?
—Podemos hablar en temas ideológicos, pero me voy a circunscribir a lo técnico. Es un absurdo, y lo absurdo radica en que el negocio de la modernización de la refinería de Talara es rentable, con una renta entre el 9 y 10%, pero si yo busco privados lo que va a ocurrir es que estos privados quieran una rentabilidad del 15%. En pocas palabras. Si el Estado invierte 2,730 millones de dólares, ellos estarían dispuestos a pagar por toda la empresa alrededor de 1,700 millones.

PÉRDIDAS

—¿Cuánto se perdería?
—El gobierno perdería más de 1,000 millones de dólares, a los cuales se sumaría 500 por dejar de llevar a cabo la operación del lote 64. El país perdería 1,500 millones de dólares, lo cual es un absurdo técnico, porque ahora las tasas de interés son muy bajas. Entonces, ¿para qué busco capital privado que me cuesta 15% cada año respecto del sistema financiero que me cuesta 4%? Entonces es una insensatez en términos técnicos.

—¿La privatización sería inmediata?
—No, pero da lo mismo, ya que los asesores del Ministerio de Economía y Finanzas no saben de matemáticas financieras. Esto es un pésimo negocio. No comentamos aquí temas relativos a la soberanía energética, ni las evidencias internacionales en la materia. No debe haber privatización alguna de Petroperú. Se perdería dinero con 10%, 20% y 49% del capital de la empresa.

—¿Qué opina sobre cómo se está manejando este asunto?
—Es lamentable el modo de actuar de los dos ministros y su equipo. Todo este asunto se lanzó con una inserción ilegal en la Ley de Presupuesto en que se vulneró la autonomía e independencia del Directorio de Petroperú. Ahora podemos ser removidos antes de los tres años, sin mención a la falta grave y sin incumplir las metas operativas (únicas causales de cese). Estamos sujetos a la discrecionalidad de las autoridades. Ya se acabó el blindaje y el buen gobierno corporativo. Ya regresaron las amenazas y presiones políticas. Es un pésimo inicio. Creo que intentan sorprender al nuevo Premier.

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