viernes, 13 de diciembre de 2013




Los políticos ambiciosos y con chicharrones ya lo comenzaron a atacar.



En la última encuesta de Ipsos Perú, apareció el nombre de Gastón Acurio con un significativo 3% de intención de voto. Digo significativo, porque los candidatos tradicionales (Keiko Fujimori, Alan García, PPK y Toledo) son políticos que están en permanente campaña, mientras el reconocido chef no ha lanzado candidatura alguna y sigue dedicado a seguir impulsando la gastronomía peruana en el mundo.

A partir de eso, se dijo que Acurio podría ser el ‘outsider’ que todos estaban esperando. Un hombre que, desde la cocina, supo articular a todo el Perú y a todos los sectores sociales. Prueba de ello son los exitosos eventos de Mistura, de los que fue tenaz impulsor. Muchos están hartos de los llamados políticos tradicionales ¿Por qué tenemos que elegir al menos malo? ¿Por qué tenemos que votar tapándonos la nariz? ¿Por qué escoger entre el cáncer y el sida?, como lo definió Mario Vargas Llosa.
El país está harto de ver cómo políticos comprometidos en graves acusaciones, como la liberación de bandas de narcotraficantes, pretendan seguir teniendo protagonismo. Acurio, en la entrevista a Milagros Leiva de El Comercio, opina al respecto: “Nadie debe ambicionar ser presidente. Si las necesidades o el país te lo exigen, entonces cumples cinco años. Si tú sientes que esa misión no fue acertada, podrías aprender y asumir una segunda misión. Si en esa segunda, lograste corregir aquello que sientes que estuvo mal, ya no es una misión una tercera, sino una ambición”.
Los políticos ambiciosos y con chicharrones ya lo comenzaron a atacar. Están asustados porque es un personaje con las manos limpias. Los políticos tradicionales están chamuscados. Uno tiene tremendo rabo de paja con casas compradas de forma oscura, otro impresentable fue sorprendido diciendo que ‘con plata voy a comprar votos’ y se ufana de no haber leído nunca un libro.
Y otra no se sabe de qué vive, porque no tiene trabajo conocido y carga la herencia del gobierno de su padre, donde primó la corrupción y el autoritarismo. Estos grupos políticos están asustados con la posible irrupción de Gastón Acurio, un exitoso empresario privado, un hombre que reivindica la cocina peruana: la costeña, serrana y la selvática. Un articulador.
Ayer, el chef aclaró que no piensa postular en el 2016. Es una lástima. Ni bien salió su nombre a la palestra, los apristas y fujimoristas saltaron hasta el techo. Temen a Gastón. Le van a decir que ‘no tiene experiencia’, ‘que es un albur’.
En 1990  llegó Fujimori con la ‘ayudadita’ del Apra. Hoy, se unen para oponerse a una eventual candidatura de Acurio. En la entrevista se explaya en temas que van mas allá de la gastronomía, como la seguridad ciudadana y la educación, en la que estamos últimos en el mundo, según la prueba PISA. Está preparado. Si postula, sería un candidato para tomar en cuenta, para que se purifique la política copada por la ambición y las uñas largas.

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