domingo, 29 de diciembre de 2013

ECOS NAVIDEÑOS Y NUEVA ENCÍCLICA PAPAL
El miércoles 25 de diciembre el mundo cristiano celebró la navidad, de manera particular, el mundo católico. Esta festividad tuvo lugar en un escenario en el que el máximo representante de la Iglesia Católica, el Papa Francisco, viene siendo calificado de “marxista” por los sectores más reaccionarios y ultraconservadores de Estados Unidos y en menor grado, las críticas son similares en toda Europa – incluida España – por parte de “los amigos de la hoguera y el ultraliberalismo”.

¿Por qué ocurre esa reacción contra el Papa Francisco por los sectores más reaccionarios del mundo?
La respuesta la encontramos en la publicación de su reciente Encíclica que lleva por nombre “La Alegría del Evangelio”, en la que propone reformas en el papado y en la iglesia y lanza duras críticas al sistema capitalista, al que califica como “una economía que mata”. En su encíclica, el Papa Francisco deja claro que la iglesia actual no le gusta, pero tampoco, el mundo que la rodea; una iglesia salpicada de envidias, celos y guerras, preocupada en exceso por sí mismo, y un mundo donde triunfa “una economía que mata” a través de la exclusión y la inequidad, dice el Papa. Por lo que hace un llamamiento urgente y sin descanso a los políticos para que luchen contra la “tiranía” del actual sistema económico. “No compartir con los pobres los propios bienes es robarles y quitarles la vida. No son nuestros los bienes que tenemos, sino suyos”, dice el Papa.
El representante de la iglesia Católica – en su encíclica “La Alegría del Evangelio”, habla de una tiranía invisible y rechaza a la economía de la exclusión. Escuchemos lo que dice el Papa Francisco: “La necesidad de resolver las causas estructurales de la pobreza no puede esperar, no solo por una exigencia pragmática de obtener resultados y de ordenar la sociedad, sino para salvarla de una enfermedad que la vuelve frágil y que solo podrá llevarla a nuevas crisis. Los planes asistenciales, que atienden ciertas urgencias, solo deberán pensarse como respuestas pasajeras. Mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres, renunciando a la autonomía absoluta de los mercados y de la especulación financiera y atacando las causas estructurales de la inequidad, no se resolverán los problemas del mundo y en definitiva, ningún problema. La inequidad es la raíz de los problemas actuales”. “Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, la de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz. Ese desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera”.
Así de duro es el Papa Francisco contra el sistema capitalista hoy en su modalidad neoliberal, al que califica como una “economía que mata”.
 Por eso es que el Papa ha sido criticado y catalogado como “marxista” por los sectores ultraconservadores, derechistas y reaccionarios de Estados Unidos y de Europa, defensores del neoliberalismo, que tiene una ideología cuasifascista.
Esto no es novedad. Así actúan los sectores reaccionarios. Hago recordar las expresiones del recordado obispo brasileño Helder Cámara quien dijo: “Cuando doy alimento a los pobres me llaman santo; pero cuando pregunto por qué hay gente pobre me llaman comunista”.
De otra parte, el intelectual estadounidense Noam Chomsky nos hace recordar que “EE.UU. lanzó una guerra amarga, brutal y violenta contra la iglesia en América Latina”. Se refiere por supuesto a la corriente de la iglesia católica conocida como la Teología de la Liberación, cuyos seguidores fueron martirizados sistemáticamente durante más de 20 años por fuerzas respaldadas por Washington para evitar que en los países latinoamericanos se instalaran en el poder gobiernos progresistas, de izquierda, socialistas, que buscaran beneficiar a sus propios pueblos en lugar de satisfacer los intereses estadounidenses.
Chomsky precisa que sucesivos gobiernos de Estados Unidos apoyaron el “derrocamiento de los gobiernos y la instauración de las dictaduras”, como parte de una guerra que terminó en 1989 con el asesinato de seis jesuitas y dos mujeres en la Universidad Centroamericana por parte de las tropas salvadoreñas. El intelectual estadounidense asegura que esas tropas habían recibido entrenamiento en la Escuela de las Américas, fundada en Panamá para preparar a las naciones latinoamericanas para cooperar con Estados Unidos y actuaban bajo las órdenes oficiales del Comando salvadoreño, relacionado con la embajada estadounidense.
De acuerdo a las declaraciones de Chomsky, el propio Gobierno estadounidense acepta que la Escuela de las Américas entrenó a los oficiales asesinos latinoamericanos y que el Ejército de EE.UU. colaboró significativamente para derrotar a la teología de la liberación. Esta es pues la esencia y la catadura de esos sectores reaccionarios que hoy arremeten contra el Papa Francisco.
¿El Papa es marxista? ¡NO!. No lo es. El mismo se ha encargado de precisarlo y desmentirlo. Por cierto que hay que valorar el giro de la iglesia católica en su crítica al capitalismo y la economía de mercado libre. Por supuesto que habrá que esperar para ver el resultado y el efecto que producirá en la jerarquía de la iglesia católica, como es el caso del arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, militante del Opus Dei.
Mientras tanto, la OIT (Organización Internacional del Trabajo) ha denunciado recientemente que en el mundo hay 2,000 millones de personas que no tienen empleo decente, carecen de derechos y de protección social (de un total de 3,000 millones de trabajadores en la tierra).
De otra parte, el banco Goldman Sachs gana más de 2,600 millones de dólares, que luego se dividen solo entre 1614 accionistas. El 90% de la riqueza total del planeta permanece en manos de apenas el 1% de la población.
Este es pues el mundo capitalista neoliberal, al que critica severamente el Papa Francisco, porque predomina una “economía que mata”.

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