Rompiendo el cerco mediatico.
Gregorio
Santos: Un postulante preso en busca del voto ‘rebelde’
Con el precedente
de haber logrado un amplio respaldo para la reelección en Cajamarca, Gregorio Santos ahora
postula a la presidencia. Lo hace desde la cárcel, en mérito a una orden de
prisión preventiva por graves acusaciones de corrupción.
Audiencias. Desde el 25 de junio del
2014 cumple prisión sin existir aún una sentencia.
Posturas. Santos encabezó la oposición contra Conga.
Escribe:
Rodeado del personal de seguridad del Instituto Nacional Penitenciario (Inpe), Gregorio Santos se
instala en una mesa y se apresta a coger el teléfono para participar en su
primer debate como candidato presidencial. Luce más delgado. Se ha puesto una
camisa blanca y un jean azul para la ocasión. A solicitud de sus abogados, el
Poder Judicial autorizó que pueda expresarse públicamente desde el
penal Piedras Gordas de Ancón, donde cumple prisión preventiva por un proceso
judicial por corrupción.
En la sala especialmente habilitada al interior del penal lo acompañaron
dos representantes del partido Democracia Directa. Uno de ellos, Segundo
Mendoza Díaz, recuerda y resalta la serenidad del candidato, cuando le tocó
intervenir aquel 12 de febrero, durante el debate organizado por el Colegio
de Periodistas del Perú y el Colegio de Abogados de Lima.
Han pasado veinte meses desde que el pasado 25 de junio del 2014
Santos fue internado en forma preventiva en Piedras Gordas. Desde su celda, postuló
y logró la reelección como autoridad regional de Cajamarca. Desde ahí ahora
intenta llegar a la presidencia de la República con el partido de los
fonavistas, Democracia Directa. Tal decisión ha sido criticada por un sector de
la izquierda, por haber contribuido al fraccionamiento.
"En setiembre del año pasado, en el Movimiento de Afirmación Social (MAS)
habíamos acordado reservar la postulación de Santos para otro momento",
recuerda Olmedo Auris Melgar, actual presidente del MAS, al considerar
que era necesario deponer actitudes para sumar por la unidad.
La decisión individual de Santos fue motivo para que lo expulsen de su
movimiento. No solo eso. En el Partido Comunista Peruano suspendieron
su militancia, por los cargos por corrupción que pesan en su contra.
Segundo Mendoza, quien también milita en el MAS de Cajamarca, justifica
la candidatura de Santos señalando que la decisión obedece a una fuerte
presión de las organizaciones de ronderos.
Contra la minería
Nacido en el distrito cajamarquino de San Ignacio, Santos se inició como
dirigente en las canteras de las rondas campesinas. Tras asumir la presidencia
regional de Cajamarca en el 2011, su liderazgo se fortaleció para asumir una férrea
oposición al proyecto Conga, de la minera Yanacocha.
Su postura contra la minería está intacta. Su programa de gobierno hace
énfasis en una nueva Constitución y plantea un desarrollo a
partir de otras actividades como la agricultura. Fortalecer la producción
campesina, crear sistemas comunitarios de comercialización,
invertir en infraestructura productiva. Esas son parte de sus
propuestas.
Para llevarlas a cabo, el dirigente no solo tendrá que revertir la
poquísima aceptación que tiene en las encuestas (0.6% según GfK), sino tendrá
que salir airoso de las graves acusaciones por corrupción que
pesan en su contra.
Sombra de
corrupción
El 10 de febrero de este año, el Segundo Juzgado de
Investigación Preparatoria Nacional rechazó la solicitud de libertad
de Gregorio Santos.
¿De qué se le acusa? La Fiscalía ha asumido como prueba contundente un voucher (recibo) por
el monto de ocho mil soles depositado a su pareja Nancy Dávila.
El depósito fue efectuado por la esposa del empresario Wilson Vallejos,
quien fue beneficiado con licitaciones en la gestión de Santos.
A ello se suma la sospechosa compra de un vehículo de 42 mil
dólares por parte de su ex chofer y hombre de confianza, Juan
Salazar Silva, pese a no tener solvencia económica.
Santos se autoproclama un preso
político. Teléfono en mano, el día del debate pidió a sus seguidores
"recuperar la patria para los peruanos". Con este discurso radical,
el líder acusado por corrupción intenta tener respaldo para dar el salto a
Palacio desde la cárcel.
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