Miguel
Santillana: No sean flojos
Marco Arana puede ser aburrido
pero no un tonto. Es congresista, por lo que se le restringe el movimiento
dentro y fuera del país, cosa que sí podría hacer la Mendoza.
Por:Miguel Santillana
Recuerdo un pasaje de la Biblia que dice: “Hay quienes
quieren cosechar lo que nunca sembraron”. La versión criolla de estas palabras
bíblicas serían: “el vivo vive del tonto y el tonto de su trabajo”. Esto
trasciende clases, credos, razas, género, etc. Su última versión en la vida
diaria de los peruanos es la extorción. Esto empezó hace una década en el
distrito El Porvenir en la ciudad de Trujillo, y se ha extendido a nivel
nacional porque nunca lo enfrentamos. Hoy tenemos autoridades, constructores,
emprendedores con pequeños negocios, etc., bajo amenaza y si no cumplen, sus
familias o ellos mismos son atacados.
Sin embargo, quiero utilizar estas palabras bíblicas
para explicar lo que sucede en el partido-frente Tierra y Libertad (TyL)
convertido en Frente Amplio (FA) para el último proceso electoral. Marco Arana
puede tener la simpatía de una tachuela, pero hay que reconocerle que se tomó
el esfuerzo por varios años de conseguir su inscripción como partido político
ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE). Es el único partido de izquierda
que tiene franquicia propia para participar en procesos electorales
(nacionales, regionales, municipales). No creo que su postura “eco-socialista”
haya sido el motivo para que Carlos Monge, Pedro Franke, José De Echave, Marisa
Glave, entre otros, abandonen el Partido Socialista del nuevo santo secular
del panteón de la izquierda, Javier Diez Canseco. Lo dejaron sólo en su
momento y se treparon a una propuesta que les permitiría llegar a puestos expectantes
dentro del proceso democrático que antes repudiaban a rabiar. Pero todos
pueden cambiar.
En las últimas elecciones, el FA tuvo una votación
como nunca la había tenido desde los 1980. Muchos la atribuyen a una candidata
como Verónika Mendoza (seleccionada en un proceso interno) el haber podido
llegar a esta posición. Para los de TyL se debe al esforzado trabajo de los
militantes a nivel nacional. Sin embargo, hay quienes ya dicen que Verónika
Mendoza es la “candidata natural” (ya no se necesitarían elecciones internas)
para el 2021 y que se debe abrir el padrón de TyL para que se adhieran más partidos
o colectivos y llegar a la utópica unidad de la izquierda, cual Izquierda
Unida de los 1980.
Marco Arana puede ser aburrido pero no un tonto
(esperamos que mejore su salud). Es congresista, por lo que se le restringe el
movimiento dentro y fuera del país, cosa que sí podría hacer la Mendoza, y
encima con un sueldo pagado por la bancada de TyL. Eso le sacaría ventaja a su
candidatura. Por otro lado, se le quiere chantajear con ser un impedimento
para la unidad de la izquierda. Que no se deje.
Lo más honesto de los otros grupos de izquierda: no
sean flojos, consigan sus firmas y no parasiten el partido del exsacerdote.
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