jueves, 15 de junio de 2017

Guerra sucia contra candidatos del MAS

Los “atacadores” no son competidores directos de una contienda o competencia, éstos son los que “reciben un sueldo a cambio de sus artimañas”, es decir: “cuánto hay para desprestigiar a tu enemigo”.
Por: Segundo Matta C.
Cuando se terminan las ideas, se opta por lo más bajo: la guerra sucia. Esta táctica política no es nueva en campañas electorales, es una vieja costumbre para denigrar la imagen de los candidatos. Desde adjetivos contra la moral hasta el desprecio por las ideas divergentes.
Según distinguidos investigadores como Daniel Eskibel, para que una persona sea atacada por sus adversarios se necesita dos cosas: 1) Ser un ser humano, y 2) Destacar en algo. Nada más. Por lo que: “…a mí no me van a atacar”, “yo no he hecho nada”, “yo soy amigo de los atacadores”, “yo manejo a la prensa”, “yo convenzo, por lo que es imposible que se ocupen negativamente de mí”, “soy buena persona”, “no tengo problemas con nadie”, “los atacadores me van a necesitar, por lo que, no se ocuparán de mi”, “yo no soy político, tampoco pienso serlo”, etc., queda en el olvido para la triste historia”, dice Eskibel.
Allí está el relato del escorpión y la rana. El primero, por su naturaleza pica para satisfacer su necesidad natural, mientras que, el segundo actúa con extrema ingenuidad. Si la realidad te presenta ejemplos que lindan con la naturalidad de un animal, el hombre, por ser también “animal” no deja de tener comportamientos similares. En nuestra sociedad, lo más evidente se presenta en algunos periodistas acostumbrados a vivir del chantaje, del odio, la envidia, el egoísmo, el fanatismo, el individualismo, el sectarismo, la mezquindad, la adulación; amparados en la mediocridad.
En un año pre electoral, varios candidatos vienen siendo “presa” de un periodismo mercenario. Para los malos hombres de prensa, no importa cuánto daño se hace a la persona o a la familia de éste; lo importante y la meta final, es destruirlos a golpe de micrófono, periodicázos, imágenes distorsionadas, o lo que está de moda: la difamación vía redes sociales. Adiós al debate de ideas, a los programas, a los planes, a los proyectos. Vale todo con la finalidad de saciar su “hambre”.
Eskibel, también nos dice que, los “atacadores” no son competidores directos de una contienda o competencia, éstos son los que “reciben un sueldo a cambio de sus artimañas”, es decir: “cuánto hay para desprestigiar a tu enemigo”. Y, los “malsanos financistas”  son incapaces de competir con idoneidad vía ideas; por lo que, la “guerra sucia” es su camino fácil y cómodo.
En función a las teorías descritas, consideramos que, los constantes ataques al candidato a la alcaldía provincial de Cajamarca por el Movimiento de Afirmación Social, Sergio Sánchez Ibáñez, no son gratuitos. Obedece a una sistemática campaña de desinformación por parte del fujimorismo y la minera Yanacocha. Según estudios recientes (proyecto de tesis), el candidato del MAS tendría las primeras posibilidades de convertirse en autoridad local. Siendo así, un gobierno provincial progresista pondría en jaque a la derecha reaccionaria y a sus operadores.

¿Qué es lo que queda a la dirigencia del MAS? Fortalecer la organización, generar mayores espacios de información directa, aclarar en los medios independientes y democráticos las calumnias y difamaciones, desenmascarar a sus operadores mediáticos - aunque allí no hay mucho que decir, la población ya los ha identificado-, y explicar con mayor asertividad los planes y programas de un eventual gobierno. “Solidaridad con Sergio Sánchez”.

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