Guerra sucia contra candidatos del
MAS
Por: Segundo Matta C.
Cuando se terminan las ideas, se opta por lo más
bajo: la guerra
sucia. Esta
táctica política no es nueva en campañas electorales, es una vieja costumbre
para denigrar la imagen de los candidatos. Desde adjetivos contra la moral
hasta el desprecio por las ideas divergentes.
Según distinguidos investigadores como Daniel
Eskibel, para que una persona sea atacada por sus adversarios se necesita dos
cosas: 1) Ser un ser humano, y 2) Destacar en algo. Nada más. Por lo que: “…a mí no me
van a atacar”, “yo no he hecho nada”, “yo soy amigo de los atacadores”, “yo
manejo a la prensa”, “yo convenzo, por lo que es imposible que se ocupen
negativamente de mí”, “soy buena persona”, “no tengo problemas con nadie”, “los
atacadores me van a necesitar, por lo que, no se ocuparán de mi”, “yo no soy
político, tampoco pienso serlo”, etc., queda en
el olvido para la triste historia”, dice Eskibel.
Allí está el relato del escorpión y la rana. El
primero, por su naturaleza pica para satisfacer su necesidad natural, mientras
que, el segundo actúa con extrema ingenuidad. Si la realidad te presenta
ejemplos que lindan con la naturalidad de un animal, el hombre, por ser también
“animal” no deja de tener comportamientos similares. En nuestra sociedad, lo
más evidente se presenta en algunos periodistas acostumbrados a vivir del
chantaje, del odio, la envidia, el egoísmo, el fanatismo, el individualismo, el
sectarismo, la mezquindad, la adulación; amparados en la mediocridad.
En un año pre electoral, varios candidatos vienen
siendo “presa” de un periodismo mercenario. Para los malos hombres de prensa,
no importa cuánto daño se hace a la persona o a la familia de éste; lo
importante y la meta final, es destruirlos a golpe de micrófono, periodicázos,
imágenes distorsionadas, o lo que está de moda: la difamación vía redes
sociales. Adiós al debate de ideas, a los programas, a los planes, a los
proyectos. Vale todo con la finalidad de saciar su “hambre”.
Eskibel, también nos dice que, los “atacadores” no
son competidores directos de una contienda o competencia, éstos son los que
“reciben un sueldo a cambio de sus artimañas”, es decir: “cuánto hay
para desprestigiar a tu enemigo”. Y, los “malsanos
financistas” son incapaces de competir con idoneidad vía ideas; por lo
que, la “guerra sucia” es su camino fácil y cómodo.
En función a las teorías descritas, consideramos
que, los constantes ataques al candidato a la alcaldía provincial de Cajamarca
por el Movimiento de Afirmación Social, Sergio Sánchez Ibáñez, no son
gratuitos. Obedece a una sistemática campaña de desinformación por parte del
fujimorismo y la minera Yanacocha. Según estudios recientes (proyecto de
tesis), el candidato del MAS tendría las primeras posibilidades de convertirse
en autoridad local. Siendo así, un gobierno provincial progresista pondría en
jaque a la derecha reaccionaria y a sus operadores.
¿Qué es lo que queda a la dirigencia del MAS?
Fortalecer la organización, generar mayores espacios de información directa,
aclarar en los medios independientes y democráticos las calumnias y
difamaciones, desenmascarar a sus operadores mediáticos - aunque allí no hay
mucho que decir, la población ya los ha identificado-, y explicar con mayor
asertividad los planes y programas de un eventual gobierno. “Solidaridad con Sergio
Sánchez”.
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