martes, 8 de octubre de 2013

EL DESTINO DEL PERÚ TRAS LA CONVENCIÓN MINERA DE AREQUIPA

Durante la penúltima semana de setiembre pasado se realizó en Arequipa la  Convención Minera (PERUMIN) Asistieron grandes empresarios mineros de las empresas transnacionales más importantes del mundo, entre ellos el nuevo presidente de la empresa minera estadounidense Newmont, que es la accionista mayoritaria de Yanacocha y el proyecto expansionista Conga. Gary Goldberg es el nombre del alto funcionario de dicha transnacional minera. También asistieron varios ministros de Estado, entre ellos, el ministro de Economía y el de Energía y Minas. Y por supuesto, también asistió el presidente de la República, quien clausuró el evento empresarial minero.
La asistencia de varios ministros de Estado fue tomado por muchos en el sector minero como un espaldarazo del gobierno a su actividad y un reconocimiento de la necesidad de generar un entorno más favorable para las inversiones mineras. Esta sensación de respaldo del gobierno a la gran minería quedó corroborada con el discurso dado por el presidente Ollanta Humala en la clausura de la Convención minera. ¿Qué dijo el presidente?
Dijo que: “La nueva minería hoy por hoy da empleo directo e indirecto a casi 2 millones de personas”. ¿Es cierto esto? . ¡No!.  No es cierto. Según el censo del 2,007, la minería generó 134 mil empleos, cerca del 1% de la Población Económicamente Activa (PEA). Similares porcentajes se registran en todas las estadísticas desde hace algunos años. Asimismo, un estudio recientemente publicado por la empresa Macroconsult S.A., favorable a la minería, indica que el efecto multiplicador sería 4, y que el empleo directo minero para el año 2011 fue de 177,000 puestos y el indirecto fue de 658 mil empleos. Por cierto que muy lejos de los 2 millones anunciados por el presidente Humala en el cónclave minero. Por tanto, el presidente ha mentido.
También dijo el presidente que “en los próximos tres años se añadirán un millón de puestos de trabajo, lo que tendrá una incidencia en más de 4 millones de peruanos”. Según la lógica presidencial, de los 177,000 puestos del 2011 se va a crear un millón más, es decir seis veces más. Esto es irreal; no es posible. (Pedro Francke, Hildrbrandt en sus trece Nº 171-27-9-2013).
Esto que puede parecer un juego de cifras no es lo principal que dijo el presidente en la Convención minera. Lo central de su mensaje a los magnates de la minería mundial fue la siguiente expresión: “la nueva minería será la palanca del desarrollo e industrialización del país”. Por lo que se comprometió a dar más incentivos para la inversión privada, “a fin de que quienes estén interesados en hacer negocios en nuestro país se sientan seguros y como en casa”. Repito: “hacer negocios”. ¿Cómo? Saqueando los recursos naturales. Por supuesto que el presidente les pidió a los magnates mineros que sus actividades se desarrollen con responsabilidad social y con atención al medio ambiente. Esto es pura demagogia. ¿Se puede pedir responsabilidad social a los empresarios cuando lo esencial para ello es la tasa de ganancia?
Para obtener el máximo beneficio, el capital  no se detiene ante nada. Pisotea los principios morales, repudia las normas, preceptos, tradiciones y costumbres de los pueblos. Esto lo estamos viendo en el Perú de hoy. ¿Por qué no se aplica la ley de consulta previa?. Porque son los grandes grupos mineros los que se oponen.
El genial Carlos Marx cita en su imperecedera obra “El Capital” estas certeras palabras del economista T.J. Dunning:

“El Capital tiene horror a la ausencia de ganancia o a la ganancia demasiado pequeña como la naturaleza al vacío. Conforme aumenta la ganancia, el capital se envalentona. Asegúrele un 10 por ciento y acudirá a donde sea; un 20%, y se sentirá ya animado; con un 50%, positivamente temerario; al 100%, es capaz de saltar por encima de todas las leyes humanas; el 300%, y no hay crimen a que no se .

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