Sachie Fujimori y su esposo Mark en otro sospechoso
negocio en la selva
La hija de Alberto Fujimori y su cónyuge alemán Mark Koening.
David Gonzales
Iquitos
Ascensión Cubas Muñoz, un empresario que visita con cierta frecuencia al ex
presidente Alberto Fujimori en
la cárcel de la Diroes, y que se hiciera conocido durante el régimen
fujimorista por involucrarse en la venta de armamento en un periodo en el que
dominó la corrupción, ahora es protagonista de un extraño negocio que alcanza a
la hija del ex mandatario Sachie Fujimori y a su cónyuge, el alemán Mark
Koening.
De acuerdo con la versión del empresario Jesús Mesía Dupa, en febrero de
2015, por intermedio de un familiar cercano, invitó a Ascensión Cubas y a su
esposa a un crucero por el Amazonas en un barco turístico.
Cubas le propuso a Mesía invertir en su negocio turístico, coincidentemente
cuando al empresario loretano le habían ofrecido en venta el barco “Turmalina”,
diseñado para paseos de aventura por los ríos amazónicos. “Cuando le conté sobre
la propuesta a Cubas, su reacción fue inmediata y me dijo que quería que
compráramos a medias el barco. Yo le respondí que en ese momento no tenía el
dinero, así que me contestó que no me preocupara, que él me prestaría para
poner mi parte y que le devolvería el monto mensualmente con el negocio del
barco. Es más, para darme confianza me pidió que fuera mi empresa, Ucamara
Amazon Expeditions, la que operara el barco por ocho años y que en ese periodo
nos dividiríamos a medias las utilidades”, relató Mesía a La República.
Parecía el negocio
perfecto
De haber buscado los antecedentes de Ascensión Cubas Muñoz, el
empresario Jesús Mesía Dupa podría haber dudado en cerrar negocio con el amigo
de la familia Fujimori. Pero siguió adelante.
Cubas prometió a La República responder a una entrevista, pero luego de
múltiples insistencias y de visitarlo en el lugar donde reside en Iquitos, se
negó a dar la cara sin explicación alguna.
Barco en zozobra
Según escritura pública del 15 de abril de 2015, registrada ante el notario
limeño Hugo Echevarría Arellano, Ascensión Cubas y Jesús Mesía compraron el
barco “Turmalina” por 350 mil dólares, pagados de la siguiente manera: Cubas
aportó la suma de 210 mil dólares, es decir, el 60%; y Mesía 140 mil dólares.
Ambos decidieron cambiar el nombre de la embarcación por “Phytelephas”.
Seguidamente, el 22 de mayo constituyeron la empresa Rivers &
Forest Expeditions, en la que fue designado Cubas como gerente general y
Mesía como gerente de operaciones. Y el 26 de mayo, la compañía Rivers & Forest
Expeditions cedió la custodia y operación del barco a la empresa Ucamara Amazon
Expeditions, de propiedad de Mesía.
Sin embargo, “Phytelephas” no entró en operaciones de inmediato. Necesitaba
una importante remodelación, así que fue acoderado en el Fundo España, en el
margen izquierdo del río Nanay, distrito de Iquitos, provincia de Maynas,
región Loreto.
Durante los trabajos de reacondicionamiento, el empresario Jesús Mesía fue
sorprendido por la inesperada visita de Sachie Fujimori y Mark Koening, a
quienes Ascención Cubas presentó como sus amigos. Así que Cubas no solo
mantiene una relación amical con Alberto Fujimori, sino también con su hija
Sachie Fujimori y su yerno Mark Koening.
“Ascensión Cubas tiene un fuerte vínculo con la hija y el yerno de
Alberto Fujimori, ya que desde el primer día que me reuní con el señor
Cubas, conocí a Sachie Fujimori y su esposo. Ellos siempre estaban presentes y
siguen viniendo hasta el día de hoy. Los he visto en varias oportunidades. Los
trabajadores son testigos”, declaró Jesús Mesía.
Pero lo que le llamó la atención a Mesía fue que llegaron hasta el lugar no
como simples visitas sino para verificar que el proceso de remodelación
avanzara para que entrara en operaciones el barco.
“Sachie Fujimori, como
arquitecta, dirigió y colaboró en algo en el diseño de la estructura del
barco”, dijo Jesús Mesía. La intervención de Fujimori llamó a sospecha al
empresario que desde entonces comenzó a desconfiar porque Cubas no le había
mencionado que Sachie era parte del proyecto.
A la deriva
Los temores de Mesía eran fundados.
El 15 enero de este año, Ascensión Cubas llegó al local de la empresa River
& Forest Expeditions SAC, ubicado en calle Rómulo Espinar 732, e ingresó
directamente a la oficina de contabilidad y se llevó documentos sin mayores
explicaciones. Siete días después, el 22 de enero, Cubas se presentó en el barco
en compañía de cuatro policías y desalojó a todo el personal. Luego, el amigo
de los Fujimori trasladó la embarcación al puerto del Servicio Industrial de la
Marina (SIMA), en Iquitos.
La mala noticia le llegó a Jesús Mesía el 26 de enero cuando, mediante una
carta notarial, Ascensión Cubas le comunicó
la resolución del contrato por un supuesto incumplimiento de obligaciones. Y,
el tres de febrero, Cubas le exigió el abono de 193 mil 333 dólares.
De esta manera, el amigo de los Fujimori terminó quedándose con el barco al
que había accedido por intermediación y negociación de Jesús Mesía.
Pero no es todo. Como no llegaron a una conciliación extrajudicial, el
nueve de mayo, Cubas demandó a Mesía, y en menos de una semana consiguió
embargar los bienes y las cuentas de su ex socio, el empresario que había
contribuido con la adquisición del barco.
“Este señor Cubas se apareció con cara de oveja y al final terminó
siendo un monstruo. Tiene vínculos por todos lados. Él mueve todo.
Está relacionado con las Fuerzas Armadas y con el Poder Judicial”, se quejó
Mesía, quien ha quedado virtualmente quebrado por la acción de Cubas, el amigo
de los Fujimori.
Sachie Fujimori y su esposo Mark Koening están relacionados a otro negocio
en Villa El Salvador en el que también ha resultado estafado uno de los
involucrados que aportaron su trabajo. Se trata de la empresa Alinsa, de
propiedad de los hermanos Hiro y Kenji Fujimori, además de Mark Koening,
cónyuge de Sachie.
Como lo ha informado La República, Alinsa contrató al ingeniero Henry
Shimabukuro para la construcción de un almacén para Alinsa. Visitaban el lugar
con frecuencia, además de Hiro y Kenji, Sachie Fujimori y su esposo Mark
Koening. Al final le quedaron debiendo 300 mil dólares al ingeniero
Shimabukuro.
Según un peritaje de la Contraloría, el dinero que Keiko y Sachie Fujimori
recibieron de manos de su padre en 1999, supuestamente para financiar sus
estudios, no fueron transferidos a ninguna universidad estadounidense. Los
fondos fueron a parar a cuentas personales en el Citibank de Lima y Florida.
Durante las investigaciones de la Fiscalía de la Nación, se determinó que Hiro
y Kenji Fujimori tampoco gastaron en centros de estudios norteamericanos el
dinero que los proporcionó su progenitor. Los hermanos dieron su
dinero a su tío Víctor Aritomi Shinto, el ex embajador de Japón prófugo de la
justicia, a quien se le procesa por enriquecimiento ilícito.
Todo parecido no es
una coincidencia.
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