¿Ratificará el Congreso
peruano el controvertido Acuerdo Transpacífico (TPP)?
Oswaldo de Rivero
Los congresistas norteamericanos que han leído el TPP
han declarado que “solo dos capítulos, de los 30 que tiene el TPP, son sobre
liberación del comercio, y que el grueso del Acuerdo consiste en disposiciones
que otorgan privilegios a las corporaciones transnacionales y obligan a los
gobiernos a no interferir en sus beneficios de éstas.”
Sin embargo, el gobierno de Humala, y también el
chileno, han presentado al TPP como una grandiosa y favorable liberalización
del comercio. Esto no es cierto, porque todo el que lea el TPP verá que su
texto confirma lo que dicen los congresistas norteamericanos, que el TPP no es
para nada una gran liberalización del comercio sino más bien un gran código de
conducta cuyos capítulos más importantes: Inversiones Extranjeras, Propiedad
Intelectual y Medio Ambiente, están orientados a empoderar a las corporaciones
extranjeras con nuevos derechos frente a los Estados.
La única gran liberalización comercial del TPP es la del
comercio entre los EEUU y el Japón, que viene a ser casi el 40 por ciento de
todo comercio cubierto por el TPP. Para el resto de los países, la
liberalización comercial no sería notable, porque ya existen tratados de libre
comercio entre EEUU, Canadá y México (NAFTA) y Perú, Chile y México (Alianza
del Pacífico). Además, el Perú tiene tratados de comercio (TLC) con los EEUU,
Canadá, Chile, Japón, México y Singapur. No hay entonces mucho más comercio que
liberar a través del TPP. El Banco Mundial confirma esto diciendo que las
tarifas promedio de aduanas entre todos los países del TPP son muy bajas y una
gran parte de los productos entran ya libres.
ESPACIO GEO-ECONÓMICO
Entonces, para los países del TPP que ya tienen TLC
entre ellos, lo importante será la liberación del comercio con los pocos países
con los cuales no tenía un TLC. En el caso del Perú, sería tan solo con
Australia, Nueva Zelandia, Brunei, Malasia y Vietnam. El TPP no está, pues,
dirigido a una gran liberación del comercio sino a ser un gran código de
conducta orientado geopolíticamente a crear un gran espacio geo-económico en el
Pacifico donde las transnacionales norteamericanas y las japonesas pueden
competir sin China. En otras palabras, el TPP es una alianza económica que
fortalece la alianza militar que tienen los EEUU y el Japón.
Ante esta orientación geopolítica, el Perú y Chile,
por su frenesí de pertenecer a toda organización económica que surja en el
Pacífico, se han metido en el TPP sin haber hecho un análisis geopolítico. Y
ahora son miembros de un acuerdo, que no les sirve mucho para liberar su
comercio, y que más bien se dirige hacia la contención geopolítica de la China,
que es nada menos la socia comercial principal de ambos países.
RECHAZO
Hoy, a pesar de ser una iniciativa norteamericana, el
TPP enfrenta un gran rechazo en el proceso electoral norteamericano. Este
rechazo se debe a la desilusión que existe sobre los tratados de libre comercio
(TLC), ya que éstos han creado un gran desempleo en EEUU. El rechazo es tan
contundente que el único consenso que existe en el debate electoral entre
Donald Trump y Hillary Clinton, es que el TPP puede causar el desempleo de
440,000 norteamericanos. La verdad es que nunca me imaginé escuchar a Hillary
Clinton decir en Michigan: “Si los EEUU no firman nunca más un TLC, eso sería
una buena cosa.”
Esta situación va a hacer que el Congreso
norteamericano demore o no ratifique el TPP. En el Perú, en cambio, el nuevo
Congreso ya sea por falta de información o ideología, puede ratificarlo. Si lo
hace antes que el Congreso de los EEUU, el Perú hará internacionalmente el
ridículo, ya que la mayoría de los países del TPP condicionarán su ratificación
a que los EEUU lo haga primero, ya que sin la participación de la más grande
economía de la región Pacífico el TPP no tiene ningún sentido.
En el Perú debe quedar claro que el TPP no es gran TLC
“benefactor” sino un “partnership” redactado por ejecutivos de las
corporaciones norteamericanas para poder competir en el Pacífico sin China, y
además, para poder enjuiciar a los Estados miembros del TPP en tribunales
supranacionales y así proteger las ganancias y la propiedad intelectual de sus
empresas.
El Estado peruano ya está enjuiciado por corporaciones
extranjeras por cerca de 2,200 millones de dólares. Además, la severa
protección de la propiedad intelectual del TPP puede encarecer los
medicamentos. Esto hace indispensable un gran debate nacional sobre el TPP, un
tratado que, como lo vaticina el premio Nobel de economía, Joseph Stiglitz:
“encerrará al Perú en relaciones económicas desiguales.”
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