martes, 4 de noviembre de 2014

LA TREMENDA JUEZA Y LA PNP
Por Rolando Breña

Lo acontecido en Cajamarca, con el asesinato de Fidel Flores en una operación de desalojo, a todas luces injusto, fruto de actos dolosos y resoluciones judiciales por lo menos dudosos, tiene muchas aristas preocupantes que involucran a la PNP, así como las actitudes de minimización tanto del Presidente de la República y del Ministro del Interior que los reducen a simples “excesos”
El caso de la Jueza es particularmente penoso. No solo es autora de la cuestionable resolución, sino que su actitud en los propios hechos es, por lo menos, lamentable y culpable.
Ha declarado que nunca llegó al escenario de los actos violentos a pesar que se dirigió a él. Era su obligación dirigirlo, supervisarlo, tomar las providencias necesarias. No llegó por consejo de la policía, pues había posibilidad de violencia, terminando escondida en un vehículo policial. Según dice, no vio nada, no escucho nada, no sabe nada.
¿Quién fue, entonces el responsable del operativo? ¿Se dejó arbitrariamente a criterio exclusivo de la Policía, que dicho sea de paso, es solamente el elemento operativo? ¿Quizá a los matones y delincuentes?
Se pueden advertir fácilmente omisiones culpables a deberes y obligaciones funcionales, impericia, negligencia, exposición de personas al peligro.
Son hechos profundamente preocupantes para el poder judicial, para la PNP y su alta jerarquía, por la injustificable violencia homicida desatada; para el Ministro y para el Presidente de la República, que pretenden ocultar sus responsabilidades políticas.
Hay que esperar acciones inmediatas, no solo respuestas para calmar la indignación. Entre otras, investigación destitución de la jueza, de los elementos policiales autores de los hechos criminales y su procesamiento en los tribunales ordinarios. El Director General de la Policía debería  poner su cargo a disposición, pues es directo responsable de la conducción y conducta de los efectivos policiales.

Anuncia su presencia en Cajamarca el Ministro Urresti. ¿Para qué? ¿Para anunciar una investigación? ¿Para decir que se sancionaran los “excesos”?. Sería inútil. Lo mejor que podría suceder es que llegue a Cajamarca con su renuncia en la mano. Tal vez sería ovacionado.

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