jueves, 20 de noviembre de 2014

LAMENTABLE
Por: Rolando Breña

Han comentado profusamente los medios de expresión, así como políticos, analistas, diplomáticos, intelectuales, ciudadanos comunes y corrientes, la encuesta realizada en Chile por uno de los diarios más influyentes: “La Tercera”, que resulta terriblemente penosa, dolorosa para los chilenos, ofensiva para los peruanos, provocadora para la condición humana y todos los pueblos y razas del mundo y una señal inequívoca de la persistencia de concepciones y actitudes abiertamente racistas en pleno Siglo XXI en tierras Latinoamericanas.

Una de las cuestiones planteadas a los chilenos en la encuesta fue: “si se mezcla mucho los peruanos con los chilenos, la calidad de la gente de nuestro país se va a echar a perder”. Las respuestas son altamente concordantes con esta afirmación. Y tienen también alta votación afirmativa las respuestas a otra interrogante que señala que Chile “es más desarrollado que sus vecinos, pues hay menos indígenas”.
No queremos referirnos solo a las respuestas de los chilenos encuestados, como hace la mayoría. Queremos afirmar que las propias preguntas son de por sí manipuladoras e inducen subliminalmente a respuestas afirmativas. Las mismas preguntas son en sí mismas respuestas, de tal manera que muy difícilmente pueda conceptuárselas como simples encuestas normales, y mucho menos, ponerlas inocentemente en el rasgo de averiguaciones para ver si en Chile aun existe racismo. No son preguntas inocuas. Retrotraen, remueven y alientan antiguas rivalidades y enconos entre el Perú y Chile todavía presentes hoy como lo demuestran fehacientemente las consecuencias de la sentencia de La Haya y la persistencia chilena a desconocer los derechos peruanos, con actitudes siempre provocadoras e infraternas, con advertencias y amenazas.
También son, cómo, no, la manifestación siempre chauvinista y guerrerista de las clases hegemónicas chilenas,  de su estado, sus fuerzas armadas y cierta intelectualidad autoritaria, militarista y patriotera de eterna aspiración de gran potencia; de celo exacerbado de la biodiversidad y las riquezas naturales peruanas, de su privilegiada posición geopolítica, de su presencia mayor y más reconocida como una de las cunas de la civilización.    
Lamentamos repetir que su comportamiento es todavía como voluntarios herederos y practicantes tardíos del pensamiento expansionista de Diego Portales.
Ya en columna anterior, cuando la visita a nuestro país del ex Presidente chileno Sebastián Piñera y su comportamiento atrevido y provocador, dijimos en este mismo diario:
“En más de una ocasión escribimos que las relaciones con Chile nunca fueron normales ni cordiales, ni lo serán en el futuro, si, como es notorio, continúan alimentando las políticas chauvinistas y hegemonistas emparentadas con las concepciones del “espacio vital” hitlerista, que vienen desde los tiempos de Diego Portales, mezclados por decisiones de “destino manifiesto” y lamentables tendencias racistas y de complejo de superioridad, impregnadas en la mentalidad de sus clases dominantes y contagiadas al imaginario de la población”.
“Al decir esto, solo mostramos lo que existe en la realidad. No nos anima ningún espíritu contra la gente chilena, ni mucho menos. Los pueblos son los que cargan con la mentalidad, las concepciones y los prejuicios de sus clases dominantes”

No merece mayor comentario el concepto brutal y francamente enfermizo que Chile es un país más desarrollado que sus vecinos porque tienen menos indígenas. Contradice toda la historia. Reivindica todos los crímenes que se cometieron y se cometen contra las llamadas poblaciones originarias; todo el abuso, la masacre, los asesinatos y la esclavitud de gentes y pueblos por el hecho de tener, la piel, los ojos o los cabellos diferenciados de los colonizadores y conquistadores. Es una vergüenza y un estigma. Ahora resulta más fácilmente explicarle el genocidio de los Mapuches y otros pueblos chilenos. Son concepciones racistas emparentadas con la xenofobia y el racismo que pretenden renacer en la vieja Europa. Pero tampoco los peruanos estamos completamente libres de ellos.

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