viernes, 14 de noviembre de 2014

“SACÚDESE DE UN HIJO PEGADIZO”
Por: Rolando Breña

Hace algunos años en una columna periodística, nos valimos del viejo romance de nuestro siempre bien admirado don Francisco de Quevedo y Villegas: “Sacúdese de un Hijo Pegadizo”, para graficar a los congresistas que habiendo aprobado una ley que equiparaba prisión efectiva con arresto domiciliario, hicieron lo indecible para “sacudirse” de él frente a la indignación que causara su aplicación con la liberación de algunos personajes.

Algo así sucede hoy con la figura de Martín Belaunde Lossio. Cuando el nombre de Martín apareció vinculado a presuntos actos de corrupción y se puso de manifiesto su importante presencia en la maquinaria del Partido Nacionalista, en los predios del gobierno y del congreso, prácticamente todos negaron conocerlo o lo aceptaron superficialmente, que casi nunca tuvieron tratos con él, que su participación en las elecciones y en la dirigencia nacionalista fueron secundarias, etc.

A medida que surgieron nuevas evidencias, informaciones periodísticas, los negadores empezaron a recobrar las zonas oscuras de su memoria, a recuperar recuerdos que nunca hubieran deseado que afloraran, y aceptaron contritos y regañadientes su omnipresencia. El propio Martín Belaunde, a través de una entrevista desde la clandestinidad ratificó tales lazos y los retó a negar lo evidente.

Pero todos, como en el antiguo romance quevediano, buscan a todo trapo, a como dé lugar, hasta con forzada indignación “sacudirse” de su problemática amistad personal y política. Ciertamente pretensión absurda e inútil por todo lo que se conoce de antemano, lo que aparece en los nuevos datos y lo que podría venir en el futuro. Al igual que en anterior ocasión, no nos es posible resistirnos a transcribir algunos versos de don Francisco:
“Fuimos sobre vos, señora,
al engendrar al nacido,
más gente que sobre Roma,
por Borbón y Carlos Quinto”

Son multitudes los que tienen relación con Belaunde, la misma multitud niega, duda o acepta sin quererlo. Son muchos los padres de la criatura y de los hechos y todos fue repetir con Quevedo: “Sacúdese de un hijo pegadizo”. Bien pegadizo por cierto, y lo será más, probablemente.

El Partido Nacionalista No Quiere Investigación
Aparece un comunicado del PNP en la que declara su apertura a cualquier tipo de investigación y esclarecimiento, rechaza toda vinculación o malos manejos y actos delincuenciales. Sin embargo, en negación real a esta afirmación su bancada parlamentaria se opone al nombramiento de una comisión investigadora. La Primera Ministra Ana Jara también actúa en el mismo sentido, declara la necesidad del esclarecimiento, pero se opone a la intervención congresal. Más aún, el Presidente de la República en declaraciones desde Italia ratifica la línea de conducta del gobierno y del PNP: No oponerse abierta ni oficialmente al esclarecimiento de los graves hechos que imputan a Martín Belaunde y sus relaciones con el Partido Gobernante, Palacio de Gobierno, el Congreso, sin embargo no aceptar una Comisión Investigadora, utilizando como argumento fundamental que existen problemas mucho más importantes para el país de los que el Congreso debe ocuparse.

ORELLANA.
Rodolfo Orellana ha sido detenido en Colombia, luego de 45 días de haber ingresado a ese país. A no dudarlo, es un importante hecho que debe permitir ampliar y completar las investigaciones abiertas y llegar, si es posible, al completo esclarecimiento de los ilícitos cometidos. Posiblemente, con una investigación profunda pueden aparecer algunas sorpresas notables en los ámbitos empresarial, político, mediático, la administración pública.


Relievando la importancia de esta captura, la labor policial, resulta francamente ridícula, provocadora, soez, prepotente, de aprovechamiento oportunista, la actitud y las palabras del Ministro del Interior que llenó de insultos a sus críticos y opositores, haciéndolos objeto de burlas e ironías aparentemente ingeniosas, pero que resultan groseras hasta el extremo. Es una vergüenza que representando al gobierno, desde los altos niveles de la administración estatal, utilice tamaño lenguaje, haga tamañas ofensas, tan campante, creyendo que ser ministro es tener carta libre para comportarse como un perdonavidas. Aun aceptando que el ministro, siendo objeto de fuertes críticas aún excesivas, no debió tener nunca esa forma de actuación.

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