“SACÚDESE DE UN HIJO
PEGADIZO”
Por: Rolando Breña
Hace algunos años en una columna periodística, nos valimos del viejo
romance de nuestro siempre bien admirado don Francisco de Quevedo y Villegas:
“Sacúdese de un Hijo Pegadizo”, para graficar a los congresistas que habiendo
aprobado una ley que equiparaba prisión efectiva con arresto domiciliario,
hicieron lo indecible para “sacudirse” de él frente a la indignación que
causara su aplicación con la liberación de algunos personajes.
Algo así sucede hoy con la figura de Martín Belaunde Lossio. Cuando el
nombre de Martín apareció vinculado a presuntos actos de corrupción y se puso
de manifiesto su importante presencia en la maquinaria del Partido
Nacionalista, en los predios del gobierno y del congreso, prácticamente todos
negaron conocerlo o lo aceptaron superficialmente, que casi nunca tuvieron
tratos con él, que su participación en las elecciones y en la dirigencia
nacionalista fueron secundarias, etc.
A medida que surgieron nuevas evidencias, informaciones periodísticas,
los negadores empezaron a recobrar las zonas oscuras de su memoria, a recuperar
recuerdos que nunca hubieran deseado que afloraran, y aceptaron contritos y
regañadientes su omnipresencia. El propio Martín Belaunde, a través de una
entrevista desde la clandestinidad ratificó tales lazos y los retó a negar lo
evidente.
Pero todos, como en el antiguo romance quevediano, buscan a todo trapo,
a como dé lugar, hasta con forzada indignación “sacudirse” de su problemática
amistad personal y política. Ciertamente pretensión absurda e inútil por todo
lo que se conoce de antemano, lo que aparece en los nuevos datos y lo que
podría venir en el futuro. Al igual que en anterior ocasión, no nos es posible
resistirnos a transcribir algunos versos de don Francisco:
“Fuimos sobre vos, señora,
al engendrar al nacido,
más gente que sobre Roma,
por Borbón y Carlos Quinto”
Son multitudes los que tienen relación con Belaunde, la misma multitud
niega, duda o acepta sin quererlo. Son muchos los padres de la criatura y de
los hechos y todos fue repetir con Quevedo: “Sacúdese de un hijo pegadizo”.
Bien pegadizo por cierto, y lo será más, probablemente.
El Partido Nacionalista No Quiere Investigación
Aparece un comunicado del PNP en la que declara su apertura a cualquier
tipo de investigación y esclarecimiento, rechaza toda vinculación o malos
manejos y actos delincuenciales. Sin embargo, en negación real a esta
afirmación su bancada parlamentaria se opone al nombramiento de una comisión
investigadora. La Primera Ministra Ana Jara también actúa en el mismo sentido,
declara la necesidad del esclarecimiento, pero se opone a la intervención
congresal. Más aún, el Presidente de la República en declaraciones desde Italia
ratifica la línea de conducta del gobierno y del PNP: No oponerse abierta ni
oficialmente al esclarecimiento de los graves hechos que imputan a Martín
Belaunde y sus relaciones con el Partido Gobernante, Palacio de Gobierno, el
Congreso, sin embargo no aceptar una Comisión Investigadora, utilizando como
argumento fundamental que existen problemas mucho más importantes para el país
de los que el Congreso debe ocuparse.
ORELLANA.
Rodolfo Orellana ha sido detenido en Colombia, luego de 45 días de haber
ingresado a ese país. A no dudarlo, es un importante hecho que debe permitir
ampliar y completar las investigaciones abiertas y llegar, si es posible, al
completo esclarecimiento de los ilícitos cometidos. Posiblemente, con una
investigación profunda pueden aparecer algunas sorpresas notables en los
ámbitos empresarial, político, mediático, la administración pública.
Relievando la importancia de esta captura, la labor policial, resulta
francamente ridícula, provocadora, soez, prepotente, de aprovechamiento
oportunista, la actitud y las palabras del Ministro del Interior que llenó de
insultos a sus críticos y opositores, haciéndolos objeto de burlas e ironías
aparentemente ingeniosas, pero que resultan groseras hasta el extremo. Es una
vergüenza que representando al gobierno, desde los altos niveles de la
administración estatal, utilice tamaño lenguaje, haga tamañas ofensas, tan
campante, creyendo que ser ministro es tener carta libre para comportarse como
un perdonavidas. Aun aceptando que el ministro, siendo objeto de fuertes
críticas aún excesivas, no debió tener nunca esa forma de actuación.
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