sábado, 1 de octubre de 2016

Frente en liquidación

Los recientes gestos de integrantes del Frente Amplio parecen anticipar su disolución.

Pese al mensaje de unidad que difundió en su cuenta de Facebook la ex candidata presidencial del Frente Amplio (FA) Verónika Mendoza, dos días después del congreso que celebró dicha coalición el último fin de semana, han sido varios los eventos recientes que han expuesto las febles costuras de la agrupación izquierdista. 
La sola ausencia del fundador de Tierra y Libertad (TyL), Marco Arana, cuyo partido decidió no asistir al encuentro, transmitía ya un mensaje bastante elocuente. Pero las materias ahí discutidas y las subsecuentes reacciones de sus más conspicuos representantes han puesto en evidencia las más profundas divergencias en dicho conglomerado. 
Dentro de los acuerdos pactados en el evento, el que más escozor viene causando es –tal como detalló el legislador Alberto Quintanilla a este Diario– la resolución de que si TyL no abre su padrón para que otros militantes y movimientos se adhieran a la coalición zurda, el FA “iniciaría un proceso de recolección de firmas para lograr una nueva inscripción”. 
Hace varias semanas había trascendido al público que la cúpula directiva de TyL –el partido que cuenta con la inscripción electoral bajo la cual compitió el FA en las últimas elecciones– no iba a permitir que más personas se inscriban en su padrón de afiliados. Una decisión que le valió muchas críticas –incluso en el interior del propio partido– pues la negativa era interpretada como un afán de una facción liderada por Arana por mantener su cuota de poder en dicha agrupación. 
Pero en los últimos días Arana convirtió aquella presunción en certeza, como lo demuestra la carta que dirigió al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de su organización, en la que respalda la “posición firme de la dirección política”, pues ella “impidió que un congreso inicialmente convocado como extraordinario decidiera abrir la inscripción de TyL a millones o cientos de miles de votantes que se inscribirían como militantes del FA”. 
Y es que más allá del desbordante optimismo del congresista al imaginar a millones de personas haciendo cola para unirse a sus filas, quedaba claro que esta alternativa inclusiva no era del agrado de Arana. Por ello, es que califica la propuesta como un intento por “disolver jurídica y políticamente TyL, haciendo que el FA deje de ser un frente para terminar convirtiéndose en un partido”, lo cual significaría –en sus palabras– hacer “tabla rasa de ‘lo nuestro’”. Expresiones que dan a entender que no está dispuesto a compartir ‘lo suyo’, y que si le preocupan los monopolios empresariales, las posiciones dominantes políticas no tanto. 
Por otro lado, la misiva de Arana también reveló la pugna interna por el protagonismo en el FA. En ella, el líder de TyL se ufana de haber ocupado el segundo lugar como “desestabilizador” en la reciente Encuesta del Poder de “Semana Económica”, y de haber sido considerado junto a los siete candidatos presidenciales en una encuesta de GFK. Un gesto de autorreivindicación que solo se comprende por la necesidad de revalidar su liderazgo, más aun cuando este y la idea de “liderazgos múltiples” parecen haber pasado a un segundo plano con la propuesta de la bancada del FA para que el 10% de los ingresos de sus integrantes se destinen al fortalecimiento de la organización y a solventar la actividad política de Verónika Mendoza. 
La comunicación de Arana es, pues, una muestra más de las ya visibles grietas en la agrupación izquierdista y que podrían terminar en una escisión de la bancada parlamentaria, como ha trascendido en la última semana. Quizá presagiándolo, los legisladores frenteamplistas Marisa Glave y Richard Arce presentaron recientemente un proyecto de ley sobre el transfuguismo, que exime de todo castigo a los congresistas despedidos de sus partidos y “los casos en los que la alianza o acuerdo electoral por la que fueron elegidos se haya disuelto”. 
Así las cosas, aunque Arana se apure en denunciar a quienes intentan “disolver” TyL, es más bien el FA el que parece haber entrado en un proceso irreversible de quiebra, y él uno de los principales causantes de la liquidación.

Nota: Editorial de El Comercio.

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