DE LA INDIGNACIÓN, LAS CALLES Y LA POLÍTICA: UNA CRISIS PROVOCADA POR EL
GOBIERNO Y UN MOVIMIENTO DE PROTESTA CON CARA JUVENIL
JULIO
25, 2013
Por: Luis Gárate
El tono de las recientes protestas realizadas en Lima y en algunos
puntos del país revela el rechazo de un creciente número de peruanos a la
manera en que los políticos están gobernando los destinos de nuestro país.
Las componendas y arreglos bajo la mesa han sido tan descarados en el
Congreso para elegir a las autoridades del Tribunal Constitucional, BCR,
Defensoría del Pueblo que fueron generando una ola de reacciones entre los
líderes de opinión y en las protestas ciudadanas en las calles.
El gobierno de Ollanta Humala es el primer responsable de la llamada
“repartija”, porque las negociaciones de sus congresistas con las bancadas
fujimorista, pepecista y toledista han sido de pleno conocimiento del
presidente, que no tuvo el más mínimo descaro de permitir el ingreso al TC de
personajes con cuestionables credenciales democráticas y éticas, como el
inefable Rolando Sousa.
Las jornadas de protesta que se convocaron horas después de conocidos
los resultados, revelan características sobre las que cabe reflexionar.
Patrones comunes con las luchas globales
Una oleada de protestas se está dando en varias capitales y ciudades
importantes del mundo. No es coincidencia que sectores de las clases medias y
centralmente lideradas por jóvenes universitarios, trabajadores y amplios
sectores ciudadanos estén liderando protestas en ciudades como Estambul, El
Cairo, Sao Paolo y Santiago de Chile. Si bien es cierto hay particularidades en
las reivindicaciones, elementos culturales y radicalidad, es transversal la
crisis de modelos políticos que se agotan en su capacidad de representación y
de mediación de las demandas sociales. Un creciente hartazgo de los sectores
juveniles ante una democracia burguesa apática, que refleja las componendas y
los negocios particulares.
El elemento económico y la lucha de clases son factores claves. El
modelo neoliberal que privatiza el Estado, introduce el factor de desigualdad y
lucro en todos los servicios públicos que antes eran un derecho. Con la clase
trabajadora crecientemente arrinconada y golpeada, son los sectores de la
pequeña burguesía, sectores intelectuales y grupos con demandas concretas,
confluyen en una reacción que rasgos de espontaneidad y hartazgo.
La “indignación” ciudadana.
Un elemento a analizar en la reacción ciudadana de los recientes días en
Lima y otras ciudades del país es que los convocantes han sido organismos como
la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, colectivos, personalidades y los
partidos políticos, centralmente los de la izquierda parecen estar en segundo orden.
Si bien cabe reconocer que las convocatorias han sido amplias, se han sumado
cientos de personas que no son militantes sino que se identifican con una
reacción concreta, ha existido y existe entre algunos promotores una intención
deliberada de opacar la presencia de las organizaciones políticas en este
movimiento.
Las redes sociales
Un aspecto central en la convocatoria y coordinación de este tipo de
acciones es el tema comunicacional y en particular el uso de la redes sociales.
Es indudable el rol que juega tanto el Internet, programas como Facebook y
Twiter e instrumentos como los teléfonos celulares con aplicaciones
fotográficas y de video. Con estas herramientas se hace más fácil y de manera
simultánea se transmite las convocatorias y acciones que se reproducen a través
de las redes. Si bien hay que reconocer la vitalidad de estas herramientas, no
olvidemos sus riesgos pues han sido creadas por grandes corporaciones
capitalistas y que están siempre bajo vigilancia de los servicios de
inteligencia imperialistas, del gobierno nacional y de grandes intereses
privados.
La necesidad de la política
Estas movilizaciones no son otra cosa que una nueva expresión de la
política, si bien no desde una filiación partidista pero política al fin, como
una reivindicación de un derecho fundamental y constitucional a la indignación,
la protesta y la acción colectiva.
Sin embargo no dejan de haber opiniones y lecturas diferentes del rumbo
de este movimiento. Por ahora son acciones esporádicas como reacción a la
desvergüenza del gobierno humalista y la derecha. Sin embargo el que se haya
juntado a ciudadanos muy diversos que se dan cuenta que esto no puede seguir
así nos demuestra que hay condiciones para avanzar a cambios más profundos. Lo
que no se puede desconocer es el rol de las organizaciones políticas, como la
JotaCé- Patria Roja y el MAS que han estado en primera línea de combate.
No debemos olvidar que también hay disputas. Sectores oportunistas como
el Apra, extremistas como el senderismo y grupos anárquicos pretenden encabezar
y hegemonizar la lucha. El rol de las fuerzas progresistas y de izquierda, en
especial de los comunistas a través del MAS y el Frente Amplio es avanzar en la
organización, hacer más propaganda y conciencia en otros sectores del pueblo y
ampliar la plataforma, como nuestra propuesta de una Asamblea Constituyente
para una nueva constitución y poder sentar las bases de refundación de la
política y la República. En esa lucha, sin sectarismo ni hegemonismo, debemos
levantar nuestras propuestas y liderazgos, pues somos actores centrales de la
misma. En ese camino debemos trabajar para la jornada nacional de lucha patriótica
del 27 y 2 de julio próximo.
.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario