martes, 9 de julio de 2013

LEY DEL SERVICIO CIVIL: PROFUNDIZACIÓN DEL NEOLIBERALISMO
Por: Paúl Gutiérrez Ramírez

Cuando se llamaba a la lucha contra el modelo neoliberal, muchos apáticos e incrédulos pensaban que la consigna era una más de los comunistas o izquierdistas o en todo caso que el tema se quedaba en las esferas de la política, lejos del sentir cotidiano de la gente.
A estas alturas son pocos los sectores de la población que no se ven afectados por la dinámica del modelo neoliberal. En la clase trabajadora ya no es solamente el sector obrero de la agroexportación explotados en las plantas y campos iqueños, o el campesino abandonado a su suerte. Ya no es el maestro eternamente postergado. Ahora es todo el sector público que recordando las épocas del fujimorismo viene siendo sometido a una PSEUDO REFORMA que no es sino por un lado ajuste fiscal, por otro lado implementación de la mal llamada meritocracia  para esconder el clientelaje del humalismo (que salgan los fujimoristas, toledistas o apristas para que puedan ingresar los ollantistas), todo ello bajo la falsa premisa de  “modernización del estado” que no es sino la búsqueda de un Estado Neoliberal.
La Ley del Servicio Civil que acaba de firmar Humala Tasso tiene su génesis inmediata en la Comisión de Presupuesto del Congreso. Ese solo hecho es significativo para darse cuenta como entiende los problemas laborales este gobierno. El régimen laboral regulado NO POR LA COMISIÓN DE TRABAJO sino por la COMISIÓN DE PRESUPUESTO DEL CONGRESO.  La Caja Fiscal que prioriza cualquier cosa menos a los trabajadores es la que manda. Los funcionarios del MEF que han servido al gobierno de Fujimori, Toledo, García y Humala y que  son los que marcan el continuismo del modelo son los que deciden cuales derechos otorgar y cuáles no. Son los que defienden los privilegios de los grupos de poder los que deciden sobre los derechos de los trabajadores.
Pero si ésa es su génesis concreta, hay que decir que esta ley se da en el marco de la Constitución Neoliberal que está en vigencia desde 1993. La estabilidad laboral que amparaba expresamente la Constitución de 1979 ya no existe, ni siquiera es mencionada en la Constitución de 1993, que solo habla de “derecho a una adecuada protección frente al despido arbitrario”. La Ley del Servicio Civil ratifica que en el Perú ya no existe la Teoría de los Derechos Adquiridos, pues el Neoliberalismo en el Gobierno de Toledo modificó la Constitución Neoliberal  y reformó el Artículo 103° de la misma. De otro lado  desconoce la negociación colectiva, reduciéndola a la negociación de “condiciones de trabajo”, excluyendo el tema remunerativo. Así, el derecho colectivo de trabajo aparece castrado e inútil, lo que ha merecido la observación de la OIT en la cual se han zurrado los dizque nacionalistas.
En fin, algunos dicen que lo que ahora les queda a los trabajadores de la administración pública es la lucha legal, la acción de constitucionalidad, etc. Sin dejar eso de lado, diremos que lo único que les queda a los trabajadores en general es la lucha política. Es un tema de supervivencia. La concepción de la política que tiene Humala es sumamente rudimentaria y por ello mucho más peligrosa. En nombre del nacionalismo y de “los de abajo” viene profundizando el modelo, imponiendo esa profundización a sangre y fuego, reformando el estado pero para reducirlo y limitarlo a las necesidades del modelo económico, del modelo de desarrollo. Nunca como ahora la necesidad de ABRIR UN NUEVO CURSO EN LA HISTORIA DEL PAÍS, de sentir como José Carlos que “La política es hoy la única grande actividad creadora. Es la realización de un inmenso ideal humano. La política se ennoblece, se dignifica, se eleva cuando es revolucionaria. Y la verdad de nuestra época es la Revolución. La revolución que es para los pobres no sólo la conquista del pan, sino también la conquista de la belleza, del arte, del pensamiento y de todas las complacencias del espíritu”.

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