sábado, 13 de julio de 2013

EL DEFENSOR DEL PUEBLO DEBE SER ELEGIDO POR EL PUEBLO

JULIO 12, 2013

Por: Julio Mendoza García

El congreso se ha puesto de acuerdo para elegir “en paquete” a los nuevos miembros del Tribunal Constitucional, del Banco Central de Reserva y la Defensoría del pueblo. ¿Por qué en “paquete”? porque, pese a tener funciones distintas, primaron las negociaciones para repartirse los representantes de los partidos políticos en esos cargos, lo “exigía así”. Y no la “meritocracia” que suelen alardear en otros casos,  .
Es decir que al TC no irán los constitucionalistas más idóneos, de mejor currículo o de trayectoria incuestionable. No, irán los personajes, algunos sin formación profesional pertinente mínima, que “representan” a los partidos que los proponen y se pusieron de acuerdo, sin vergüenza democrática alguna (tal vez es pedir peras al olmo). ¿El objetivo? Colocar representantes en cargos claves para la defensa interior cuando sea necesaria. El Ollantismo, ese que dice que se levantó contra el fujimorismo cuando era dictadura, aliado con ellos ahora, se ha puesto de acuerdo para repartirse, en paquete, esos cargos de instituciones que son, se entiende, pilar de la democracia o del estado. El mismo análisis sirve para el caso de los miembros del BCR.
Pongamos el caso del cargo más sensible para la población, la Defensoría del Pueblo. Está propuesta para ese cargo Pilar Fleitas, por el Partido Perú Posible, alguien que está cuestionada porque estuvo involucrada en falsificación de firmas para inscribir fraudulentamente, en su momento, a Perú Posible y, además, porque legalmente estaría impedida por ocupar otro cargo público. El agravante es que el Presidente de su Partido, Alejandro Toledo, está involucrado en cuestionamientos a sus finanzas personales pero también al origen oscuro del financiamiento de su campaña. Aunque, en el contexto del pragmatismo neoliberal, ambas finanzas son una a la vez. Pues las elecciones en la democracia neoliberal, son también una forma de negocios. Seguramente Fleitas y quienes la proponen resolverán ese “pequeño impase” con su renuncia inmediata a la regiduría y a su militancia, bueno, en este último caso, es un decir cuando se trata de los partidos de derecha.
Este indignante espectáculo “político” tiene su origen jurídico en la Constitución fujimorista de 1993, producto del fraude en el referéndum para su aprobación y en una dictadura corrupta, genocida y entreguista. Ahora esa norma fundamental es defendida por la neoliberal derecha y el Presidente Ollanta que juró su cargo “por el espíritu de la Constitución de 1979”. Pobre Constitución esta última, su alma sigue en pena.
Más allá de las truculentas condiciones en la que se elegiría a Pilar Fleitas, como Defensora del Pueblo (¿?), la cuestión central es la concepción y diseño de la Constitución actual. Así, el Defensor del Pueblo, paradójicamente, no es elegido por el pueblo. He aquí una razón más porqué es justa la lucha por una nueva Constitución.
¿Cómo debiera ser la elección del pueblo en una Constitución de una  Nueva República, realmente democrática, soberana y de Justicia Social?
Primero, por la naturaleza profesional del cargo, debiera procesarse un concurso de méritos entre todos los candidatos que quieran presentarse, cumpliendo los requisitos que se establezcan para el efecto.
Segundo, ese concurso público, que podría ser procesado por el Congreso o por el Consejo Nacional de la Magistratura, declararía a los candidatos idóneos a los  cinco (pueden ser hasta 10) mejores calificados.
Tercero, el pueblo en votación universal, puede aprovecharse cualquier proceso electoral nacional, por ejemplo municipal, elegiría A SU DEFENSOR.
Eso sería democracia y no el remedo burdo, espectáculo deplorable, de la repartija desvergonzada a la que asistimos ahora. Democracia que le dicen.

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