De ignorancias miedos y fobias (segunda parte)
Por: Rolando Breña
Ayer comentábamos algunas cosas en referencia a la afirmación de Miguel
Santillana en “Perú 21”, respecto al primer lugar que ocupa Gregorio Santos,
detenido en el penal de “Piedras Gordas”, en la encuesta de IDICE sobre
preferencias electorales; este respaldo a su candidatura dice: “Viene de la
ignorancia, el miedo y las fobias”.
Queremos ahora ir a otros ángulos de este asunto electoral. Santos
tiene, en principio, para catorce meses de prisión preventiva, por presuntos
actos de corrupción en el ejercicio de su cargo. Nos interesa establecer:
1) Toda autoridad o funcionario público, producto o no de una elección
popular, puede y debe ser fiscalizado, investigado o denunciado si existieran
indicios razonables de conductas dolosas o faltas a la ética o a la
normatividad.
2) En caso de comprobarse fehacientemente que los hechos investigados
constituyen delitos o infracciones punibles, obviamente, tendrán que asumir su
responsabilidad y, si es el caso, las consecuencias penales o administrativas
que correspondan
3) Sin embargo, hay coyunturas particulares en las que se dan
confrontaciones políticas o sociales con violencia, en las que participan o son
implicadas autoridades de gobiernos regionales y locales; o choques entre éstas
y el gobierno central por política regionales o sectoriales, formas de entender
las relaciones con la población y su participación en la conducción de los
gobiernos.
4) En estas circunstancias, cuando el gobierno central es incapaz
de resolver tales conflictos, se siente acorralado e impotente, recurre a
ciertos métodos de presión aparentemente legítimas “para bajar los humos a los
díscolos”. De improviso hacen su llegada pequeños ejércitos de funcionarios de
los órganos de control, Ministerio Publico, Contraloría, SUNAT… con el objeto
no siempre de investigar posibles conductas infractoras, sino para encontrarlas
a como dé lugar.
5) Lamentablemente, algunas veces se encuentran entre esos funcionarios
y los órganos jurisdiccionales, gentes más proclives al poder que a la verdad,
que actúan más por presión mediática o política que ciñéndose a los hechos,
hasta en los más altos niveles. Casos recientes como los relacionados a
la libertad de militantes de MOVADEF o la Caja Municipal de Lima, son
demostraciones penosas.
6) En el caso concreto de Cajamarca, inmediatamente inaugurado el
gobierno, con el grito “Conga va” de Ollanta Humala y el de “Conga no va” de
Cajamarca y su gobierno regional, se inició un conflicto político- social que
aún se mantiene. Nadie desconoce la ofensiva del gobierno en alianza con la
gran empresa y sus organismos con la gran prensa, así como la respuesta de los
cajamarquinos. Conflicto que llegó en el terreno legal hasta el Tribunal
Constitucional, pasó por la represión y la declaración de emergencia, produjo
la renuncia del Gabinete Ministerial presidido por Salomón Lerner, la
frustración hasta hoy del proyecto minero, el chantaje autoritario del gobierno
congelando los fondos regionales; lógicamente, movilizaciones, marchas, paros,
reclamos internacionales, de las poblaciones afectadas, principalmente las
Rondas Campesinas. Este estado de tensión y lucha subsisten sin mayores
cambios.
7) En el presente escenario electoral, el asunto central no es si
Gregorio Santos es o no culpable. Eso tendrá que dilucidarse a su tiempo,
siempre que exista el debido proceso, reconociendo las garantías a la defensa;
cosas de las cuales tenemos muchas dudas, pues opiniones, actuaciones y
decisiones se ven interferidas y distorsionadas por las presiones políticas y
mediáticas.
El problema central es si en estas elecciones nuevamente triunfan las
posiciones cuestionadoras del modelo extractivista minero que cuestionó el MAS
y el gobierno regional con Santos; o la recuperan candidatos y movimientos
proclives o subordinados al esquema neoliberal.
Se pensó probablemente que la medida táctica de poner entre rejas a
Santos sería suficiente para debilitar o liquidar las opciones llamadas
despectiva y erróneamente “anti mineras” o “anti inversión”.
Por lo tanto, el eje de la prisión de Santos, en plena coyuntura
electoral, no es tanto, por lo menos ahora, por presuntas conductas delictivas.
El objetivo siempre fue esencialmente político: que no se repitan los
resultados de la elección anterior. Y si encarcelar a Santos llevaba agua a ese
molino, en buena hora.
8) Pero parece que tales estrategas y tácticos corren el fuerte
riesgo de haberse equivocado. Santos tiene hoy la primera opción aun estando
preso. La organización del MAS y sus aliados, el entusiasmo y la vocación de
victoria, se han reforzado. El pueblo cajamarquino, sus campesinos “ignorantes,
analfabetos”, se ha sentido agredido y responde más unitaria y masivamente.
Seguro que votarán con “sus miedos y sus fobias”; así como el miedo y las
fobias de los pro neoliberales y sus amigos, serán argumentos de sus votos
contra el MAS.
9) Así mismo entran aquí los intereses estrictamente políticos del
Gobierno. “Conga” es una especie de afrenta a su autoridad, un desafío que no
pudo resolver a su favor. Es una derrota temporal que tiene clavada en el pecho
y de la cual quisiera resarcirse. Demostrar que puede imponer orden. Generar
“las mejores condiciones” para la inversión.
Entonces, también pone lo suyo: “combate a la corrupción”, “nadie está
por encima de la ley”, etc. Mientras los lobbies se pasean “como Pedro por su
casa”.
Por último (nada es último, realmente), habrá que ver cómo marchan los
acontecimientos y abrir los ojos, pues de este proceso electoral cajamarquino
pueden esperarse muchas cosas, buenas y malas. También lo vemos con nuestros
miedos, tal como los otros, seguramente lo ven con sus propios miedos.
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