UN MINISTRO MUY
“ACOMEDIDO”
Por: Rolando Breña
“Acomedido”, palabra con la
que en mi tierra (Huancavelica), se conocía a la persona voluntariosa que ha
pedido o espontáneamente, estaba dispuesta a colaborar en cualquier tarea o
realizar “un mandado”, llevando o trayendo objetos o mensajes.
Resulta, que Daniel Figallo
hizo visita intempestiva, el 22 de diciembre a las oficinas del Consejo
Nacional de la Magistratura. Puesta la visita al fresco y obligado a declarar,
dijo que lo había hecho “en estricto respeto de la autonomía del CNM”, para
hacer entrega de un documento para que resolviera con toda premura los procesos
disciplinarios contra el Fiscal de la Nación. Todo, a pedido de la Comisión de
Alto Nivel Anticorrupción (CAN), que aunque parezca mentira, existe. Pero los
suspicaces y maliciosos piensan que era una visita para presionar al CNM.
Este hecho, parecido a otros,
suscita breves reflexiones:
1. ¿Quién ordenó o pidió al Ministro el “cachuelito”
de convertirse en “Hermes” moderno, mensajero de no sabemos qué dioses, llevar
un sobre al CNM?. El CAN no, y si hubiera hecho ¿tiene autoridad para ordenar a
un Ministro desempeñar el papel de “propio”?
2. ¿No tiene el CAN mensajeros, motociclistas o
contrato con algún correo privado para repartir documentos? ¿No tiene
secretarios, choferes, bedeles, portapliegos, procuradores, porteros? En
último, caso pudieron contratar un taxi, una mototaxi o cualquier desocupado,
en lugar de vestir al Ministro de chasqui con terno y corbata.
3. ¿Oh quizá fue el Ministro quien ofreció su servicio
de “acomedido” para trasladar el precioso sobre?. A veces ser demasiado
“acomedido” puede alentar a pensar que esas “horas extra”, guardan sus propios
secretos y contenidos, solo accesibles a privilegiados, interesados,
manipuladores.
4. Aceptemos, que el Ministro, de buena fe, llevó el
sobre, Se sabe que demoró una hora. Para un mortal puede ser razonable, pero no
para un Ministro. ¿Olvidó su DNI o sus credenciales y se las vio cuadras para
explicar quién era?. Quizá, en nuestra democrática imaginación, el Ministro
tuvo que hacer respetuosamente su colita de algunas cuadras para que sellaran
el cargo respectivo. ¿Puede ser también, que el 22 fuera un verdadero día
veraniego y brisa fresca, y el Ministro para desestrezarse, se animara a tomar
un aromático café, con la secretaria o con él o la encargada de la Mesa
de Partes, mientras comentaban lo bien que está el país y cómo, en breve
podríamos estar accediendo al primer mundo. Quién sabe.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario