Bandera roja con la hoz y el martillo y el
incendio en Larcomar: ¿El montesinismo en acción?
Jaime Antezana Rivera.
El hallazgo de una bandera roja con la
hoz y el martillo en un distrito popular de Lima y el incendio
en Larcomar, Miraflores, que ha dejado cuatro muertos y varias personas
desaparecidas, precisamente cuando se inaugura el Foro de APEC, que reúne a
cancilleres y ministros de Comercio Exterior de las 21 economías líderes del
Asia-Pacífico, parece cubrirse de un tufillo montesinista.
Al
referirnos al tufillo montesinista no quiere decir que operadores del ex SIN
hayan estado detrás del incendio en esa zona nuclear de las clases medias y
altas de Lima. De ninguna manera. A lo que nos referimos, aunque se tiene que
investigar profundamente las causas del incendio, es que ese incendio encaja
con el objetivo del montesinismo: presentar al terrorismo como presunto autor
de ese hecho trágico.
¿A
quién le interesa proyectar ante la comunidad nacional e internacional la
imagen de un país con un terrorismo activo o volviendo a actuar e inseguro? Al
par inescrutable del fujimorismo: al montesinismo. Ahí se encuentran y
entrelazan. Esa ha sido la lógica en que, en múltiples circunstancias y contra
los hechos, se ha desenvuelto el fujimontesinismo a lo largo de los últimos 15
años.
El
incendio de la sede del Banco de la Nación perpetrado por el montesinismo en el
vértice del SIN el año 2000, donde los costos de vidas humanas sirvieron al
objetivo de mantenerse en el poder fue el acto emblemático del montesinismo. El
objetivo: responsabilizar a la oposición política de ese hecho para
descalificarla ante la opinión pública. En ese sentido, a priori, no se puede
descartar nada.
¿Que
buscan con ello? Crear las condiciones psicológicas y políticas para presentar
al fujimorismo, no importa que haya una división en su seno en curso, como una
alternativa frente al caos y el terror. No importa que los terroristas hayan
dejado las armas hace 25 años. Para eso está el montesinismo: para crear un
terrorismo artificial, con coches bombas y torres de alta tensión destruidas
invisibles, en la psique colectiva.
Desde
esa lógica, todo vale para regresar al poder. Si fuera necesario crear un
senderismo retomando las armas, lo harán. ¿Acaso se olvidan que la congresista
Karina Beteta, hace varias semanas, presento un volante apócrifo en el que SL
llamaba a retomar las armas? Todavía no hemos visto todo lo que es capaz de
hacer el fujimontesinismo para lograr ese objetivo.
En
este singular contexto, esto hay que decirlo claramente, la disputa por el
gobierno el 2021 ha empezado. Y, como no podía ser de otra manera, el
narcotráfico lo ha entendido así. Dos de sus candidatos, con muchos regalos y
dulces, ya están en campaña. Tener un terrorismo activo y sobre el país servirá
para tapar el lavado de activos que ya empezó.
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