Entrevista a
Eduardo Lucita de Economistas de Izquierda (EDI)
"Estamos en una fase descendente o menguante de la
globalización"
Mario
Hernandez
M.H.: Me llamó la atención una
apuesta fuerte de parte de Atilio Borón que habla de un fin del ciclo
neoliberal ¿Cómo ves esto vos?
E.L.: No conozco el texto de Atilio,
pero vengo siguiendo esta cuestión desde hace varios meses, escribí una nota de
hecho que se llama “¿La globalización en sus límites?”. Creo que tal vez
estamos en una fase descendente o menguante de la globalización. Creo que
evidentemente Trump es un personaje mediático, sabe las reacciones que tiene su
público, las controla y las estimula. Pero no es solo un outsider, lo es sólo
en el sentido de que no es alguien surgido del sistema, pero esto es algo más
profundo. Es la expresión del agotamiento de la globalización, que es lo que
pasó con el Brexit, con el último ascenso del lepenismo en Francia, los
distintos nacionalismos fuertes que están surgiendo en Europa, pero también
ciertas respuestas por izquierda, Corbyn en Inglaterra, Sanders en EE. UU.,
Podemos en España. Inclusive acá, no hay que olvidarse que después de 2001
surgió una corriente amplia y difusa al principio de donde surgieron los
movimientos sociales y que ahora va confluyendo hacia la política. Además el
PRO es producto del 2001 también.
El agotamiento de un régimen da
salidas tanto por derecha como por izquierda que, lamentablemente, son mucho
más potentes por derecha. La gran preocupación de Trump, más allá de su
misoginia, racismo y xenofobia es el problema del comercio internacional. Sabe
que con los tratados de libre comercio EE. UU. perdió 5 millones de puestos de
trabajo, ha perdido el 30% de los puestos de trabajo industriales de la mano de
la radicación de empresas hacia otros países como México, Honduras,
Centroamérica y China y también a manos de la tecnología.
El peso del capital financiero en
el mundo es muy profundo, recorta la ganancia del capital industrial y genera
los niveles de desocupación y pobreza que hay en todo el mundo. Eso se ve en
EE. UU. En relación al ascenso de Trump, hay un consenso internacional que
indica que tanto el Acuerdo Transpacífico como el Transatlántico están en
dificultades para concretarse. Incluso han hablado de rediscutir el TLCAN
(NAFTA) y eso va a ser tremendo para México, que sufrió mucho cuando lo
pusieron en marcha pero ahora la única industria que funciona allí es la que
está ligada a la exportación a EE. UU., el resto está paralizada.
También se ha metido con los sin
papeles, habla de repatriar 11 millones de personas, pero eso no va a ser tan
sencillo porque son la mano de obra barata en EE. UU. Muchos de estos blancos
del interior del país que perdieron el empleo y despotrican contra el
neoliberalismo y los inmigrantes, al mismo tiempo no quieren hacer los trabajos
de tercer nivel que hacen los migrantes. Lo que sí es muy posible que ponga
grandes trabas a nuevos ingresos.
M.H.: Estaba leyendo diarios de
las últimas semanas y me encontré con una nota de Fukuyama realizada por La
República de Italia donde se manifiesta totalmente en contra de Trump, dice que
va a votar a Hilary, pero señala dos cuestiones que Trump planteó en su
discurso a lo largo de la campaña y también en el que asume el triunfo
electoral. Dice: “EEUU debería darse dos prioridades, masivas inversiones
públicas y una reforma fiscal para recuperar 2 billones de dólares que están en
el exterior”. Luego el periodista Federico Rampisi le pregunta: “¿El nuevo
presidente, dará una respuesta constructiva al desafío populista?” y él le
contesta: “Soy pesimista, la democracia de EE. UU. devino en una vetocracia
dominada por obstruccionismos, volverán los lobbys, quien toque la normativa
fiscal choca con intereses potentes que conquistaron privilegios y exenciones”.
E.L.: No caben dudas que va a
chocar con intereses. Primero habría que ver si es capaz de llevar adelante las
cosas que ha prometido, el propio Obama no pudo hacerlo. Por ejemplo, todo esto
de ir en contra de los Tratados de Libre Comercio, que personalmente me parece
muy bien, va a chocar con las multinacionales que son las impulsoras de estos
tratados. Es cierto que EE. UU. tiene una crisis de inversión muy fuerte, que
también es muy fuerte en todo el mundo. En EE. UU. hay una huelga de
inversores, no se invierte en procesos productivos. Esa es una de las
cuestiones que plantea Trump, incluso ha planteado traer las empresas que se
fueron al exterior para crear empleo nuevamente. Por un lado ha planteado que
la tasa de interés de EE. UU. es muy baja, que hay que subirla, de hecho hace
tiempo que se espera que la Reserva Federal suba la tasa, porque así va a
atraer capitales, pero si lo hace se fortalece mucho el dólar, entonces va a
haber más importaciones y menos exportaciones. El problema hoy de EE. UU. es
que importa casi todo, la contribución del producto industrial al producto
global es bajísima, se ha quedado casi sin industria. Las propuestas
electorales de Trump contienen una serie de contradicciones que no se sabe cómo
se resolverán. También ha hablado contra el despilfarro militar, que la NATO y
Corea del Sur paguen sus servicios, pero eso va contra el complejo militar de
EE. UU. que es sumamente poderoso y es una fuente de ganancias muy fuerte. No
me extrañaría que se haya formado hacia el interior una burocracia militar que
dilapida dinero, pero ¿se va a meter con eso? Se tiene que meter también con el
capital financiero según lo que dice, pero muy buena parte de quienes lo
asesoran son parte de ese capital. O sea, que hay incertidumbre en lo que puede
llegar a hacer.
Lo sí parece que va a avanzar es
levantando una serie de restricciones para proteger el clima. Trump es
totalmente contrario a las ideas del calentamiento global y el cambio
climático, dice que eso no es producto de las empresas, así que no sería de
extrañar que tome primero una decisión que ellos llaman “órdenes ejecutivas”,
que es el equivalente de nuestros decretos de necesidad y urgencia, y dé de
baja la firma estadounidense en el último Tratado de París (COP 21) que por
primera vez fue un compromiso de EE. UU. y China por bajar los gases de efecto
invernadero.
Otro problema es la serie de
restricciones que impuso Obama a la explotación de combustibles fósiles y,
sobre todo, del carbón. Trump ha hablado de reabrir las minas de carbón porque
los pueblos más empobrecidos son todos los que alguna vez florecieron con la
explotación carbonífera. Pero eso va a significar aumentar tremendamente los
problemas climáticos a través de la emisión de gases. O sea, que muchas de las
cosas que tiene en mente son muy peligrosas, no se sabe si será capaz de ponerlas
en marcha. Falta un tiempito de aquí al 20 de enero, hay que ver cómo
constituye su equipo. Como es un tipo salido de cualquier lado menos de la
política, no tiene equipo propio. La otra cosa es que él ganó en contra de su
propio partido, entonces, los resultados electorales hacen que los republicanos
dominen las dos Cámaras, pero no se sabe si todos los republicanos se
disciplinarán al Presidente, inclusive muchos se manifestaron abiertamente en
contra. Bush padre e hijo, por ejemplo. Si las dos Cámaras le responden va a
tener un enorme poder, porque uno de los grandes problemas que tuvo Obama es
que no controlaba la Cámara de Representantes.
Todo el plan de Macri apunta a que
la economía se recupere entre abril y octubre del año que viene, para tener un
impacto electoral
M.H.: Te traigo al escenario
nacional, ¿tenemos una reactivación a la vuelta de la esquina como afirma Prat
Gay?
E.L.: No sé si a la vuelta de la
esquina, incluso puede profundizarse la recesión, pero siempre que llovió paró.
La inflación ahora tuvo un repique pero no sería raro que el año que viene
descienda un poco y que haya un rebote de la economía. Que no necesariamente va
a ser un primer paso de un crecimiento de varios años. Un rebote es eso, hay
que ver si tiene continuidad. El tema es de qué magnitud, porque la economía
este año va a caer 2.5% y la posibilidad de un rebote sería de una magnitud
similar lo cual es muy poca cosa. No sé cuánto puede que se refleje en el
empleo y en la situación de la gente. Todo el plan de Macri apunta a que la
economía se recupere entre abril y octubre del año que viene, para tener un
impacto electoral.
Incluso el año que viene va a
continuar con el endeudamiento, porque a diferencia del kirchnerismo que emitía
este gobierno dejó de emitir y se endeuda. Proseguirán en el 2017 pero el
endeudamiento tiene sus límites. Seguramente en 2018 no va a poder seguir en
este nivel. Depende también si la economía de Brasil se recupera un poquito, la
industria automotriz va a poder exportar un poco más, que es el mascarón de
proa de la industria argentina y eso repuntaría un poco. Tendría que
recuperarse la obra pública. En la Ciudad se están recuperando terrenos
baldíos, hay carteles de construcción por varios lados, así que es posible que
eso se recupere. Si el blanqueo de lo que estaba guardado en las casas llega a
los 8.000 millones de dólares como se dice, es muy probable que eso vaya a los
inmuebles y a los autos, y va a dar una pequeña recuperación. Pero hasta ahí
nomás porque los salarios no se van a recuperar. El programa de Macri implica
que lo que se perdió este año ya no se recupera y que el año que viene, en el
mejor de los casos, esté empardado o a lo sumo 1 o 2 puntos por sobre la
inflación. Poca cosa, llegaríamos a diciembre del 2017 más o menos con el mismo
PBI que en 2015, pero con menos empleo y capacidad adquisitiva y mayor
endeudamiento.
M.H.: El triunfo de Trump, ¿cómo
influye en nuestra economía?
E.L.: Lo de Trump es un reflejo de
esta suerte de agotamiento de la globalización y en el mundo hay toda una
tendencia a levantar ciertos niveles proteccionistas. Por el contrario, el
programa de gobierno de Macri, más allá de la coyuntura, es la apertura de la
economía, entonces entra desfasado, porque es una política para los ´90 y no
para ahora.
Esto lo agarra a mitad de camino,
porque todavía tiene que terminar con el ajuste para poder relanzar su
verdadero plan. La otra cuestión es que inversiones productivas no venían, y
ahora con esto de Trump hasta que no se aclare la situación en EE. UU. ninguna inversión
va a aparecer por ese lado. Más allá de que hay un ambiente en el mundo que no
es pro inversor productivo. Lo que hay son capitales financieros que vienen
porque las ganancias que están haciendo son muy grandes y además recurren al
anclaje del dólar que está parado en 15 pesos. No lo dejan que se recupere,
primero, porque hay una avalancha de dólares especulativos que entran, y además
si se recupera infla los costos nuevamente y recrudecen los precios. Así que
están en la misma encerrona de siempre, de los límites del capitalismo
argentino.
En el comercio exterior no nos
afecta demasiado, porque a EE. UU. exportamos muy poco. Pero hay sectores que
habían logrado que se recupere el cupo para la carne y que reabran la
importación de limones, puede que con Trump si eso se vuelve a cerrar estos sectores
sufran, pero no es una cuestión general, es muy puntual. En el mediano plazo se
verá.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario