lunes, 14 de noviembre de 2016

“Trumpista internacional”

Por: Segundo Matta Colunche
El pasado 08 de noviembre, el pueblo norteamericano eligió a Donald Trump como su presidente. En elecciones reñidas, el magnate se hizo con la presidencia del país más poderoso del mundo. Trump obtuvo el 47,8% de los sufragios, o poco más de 58 millones de votos, contra un 47,4% para Clinton. En el Colegio Electoral, el órgano que elige al presidente, Trump obtenía 279 votos, nueve más de la mayoría de 270 necesarios para capturar la Casa Blanca.
Pronósticos y celebraciones por anticipado de una posible victoria de Hillary Clinton, ha repercutido en la credibilidad de los grandes medios de comunicación y empresas encuestadoras. Ahora, los monopolios mediáticos y las direccionadas encuestadoras pasan por momentos difíciles. Ya casi nadie cree en ellos. Han perdido en la cancha.
La elección de Trump no solo ha generado reacción en la mitad de estadounidenses, sino también, en varios gobiernos del orbe. La mayoría de latinoamericanos, europeos y asiáticos consideran un peligro para la paz y la seguridad mundial. El falso nacionalismo que propugna podría avasallar libertades de los pueblos y acuerdos internacionales. No se descarta nuevos conflictos cuando el magnate empiece a expulsar a 3 millones de inmigrantes, entre ellos, muchos hermanos peruanos.
Empero, la vuelta a la discriminación entre blancos y criollos podría quedar pequeño, cuando el multimillonario no acepte controlar las emisiones de CO2, siendo EE.UU., el segundo país contaminante del mundo (15%). Él (Trump), anuncia la reapertura de minas de carbón y fábricas a gran escala sin mediar estándares internacionales. Todo un desafío para quienes hacen esfuerzos por proteger la tierra del aumento de las emisiones. A Trump y la extrema derecha norteamericana no le importa que el 80% de los procesos ecológicos ya se hayan visto afectados por el calentamiento global.
La realidad del planeta podría cambiar para bien o para mal. Estamos ante un desafío sin precedentes de los últimos tiempos. Trump ya tiene aliados. Entre ellos, el derechista Nigel Farage, que impulsó el Brexit, la salida de Reino Unido de la UE. “En Francia el lepenismo, que históricamente ha cultivado el sentimiento antiamericano, tiende puentes con el trumpismo. Y el entorno mediático de Trump prepara su expansión a Europa”, publica el diario El País en su portada de hoy.
El “trumpismo internacional” también podría repercutir en Perú. Sin lugar a dudas, nuestros compatriotas tendrán que pensarlo dos veces antes viajar al país de Tío Sam. Las barreras comerciales ya están al acecho con el falso nacionalismo del magnate. Los muros de la vergüenza no solo se construirán entre las fronteras de México y EE.UU, sino también, en los lazos comerciales binacionales entre ambos países.

Trump es el “cuco” moderno, el “diablo” en persona, la llegada del apocalipsis dicen sus enemigos.  Sin embargo, las elecciones en EE.UU. nos han dado una lección. La guerra sucia, los medios de comunicación, las dinastías tradicionales, las élites naturales ya no definen nada. La realidad es universal. El pueblo quiere innovación, novedad, y con algunas excepciones, propuestas y alternativas de solución. El marketing político tiende a vender un producto. Y si ella sintoniza con el electorado, con su realidad, con la superación de las mayorías; allí podría estar el triunfo. Trump, fue la otra cara de la política tradicional norteamericana. Rompió con demócratas y republicanos. Criticó cínicamente al poder económico como si representara lo contrario. En fin, el falso nacionalismo tendrá que dirigir el país más poderoso del mundo.

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