jueves, 4 de diciembre de 2014

LOS 40 RONDEROS Y DE SOTO

Por: Rolando Breña
Se produjo algunos días en RPP una polémica entre Hernando de Soto y el Ministro Manuel Pulgar Vidal, teniendo como tema centrales la Minería informal, las inversiones mineras y medio ambiente.
Sin tomar partido por ninguno de los contrincantes, es de justicia reconocer que el Ministro prácticamente vapuleó al internacionalmente reconocido economista, acreedor de muchos premios de carácter mundial y fundador del ILD, quien se refugió de manera recurrente en argumentos a los que no supo dar consistencia.
Pero, lo que nos interesa en esta columna, es poner en evidencia su pensamiento despectivo, excluyente, antidemocrático y falso respeto del comportamiento de las Rondas Campesinas y el pueblo cajamarquino.
En su afán de justificar la presencia de la inversión minera “Conga”, identificándose con todas las posiciones de la empresa, afirmó: “40 RONDEROS HAN PARADO CONGA Y A TU GOBIERNO”.
Es obvio, en primera instancia, que para Hernando de Soto el principal culpable de la no concreción de “Conga” es el gobierno; exculpando de esta manera cualquier acción u omisión de esta gran inversión minera, esencialmente desconociendo la historia depredadora, indolente y dictatorial de Yanacocha. Eso es ya condenable. La explotación minera aurífera en Cajamarca, teniendo como buque insignia hace 20 años a Yanacocha es un ejemplo que nunca debería repetirse, por el enorme daño ocasionado al ecosistema, por el envenenamiento de las aguas, la contaminación, cuyas nefastas consecuencias en la flora, la fauna y la salud humana se siguen viviendo. Una historia criticada no solo por las víctimas o los ambientalistas, sino hasta por propios inversionistas mineros que han buscado distanciarse y diferenciarse de sus formas y métodos irracionales. Hernando de Soto tiene, desde luego, el legítimo derecho de amparar a Yanacocha.
Sin embargo, donde encontramos lo más criticable, es su forma de ver a los ronderos cajamarquinos como una banda de 40 que inexplicablemente habrían “parado” Conga y al gobierno de Ollanta Humala.
Las Rondas Campesinas Cajamarquinas, no son 40 sujetos violentistas o irresponsables que, sin ton ni son, se oponen a la inversión minera, en este caso “Conga”. Suponemos que no ignora, el ilustre economista, que son organizaciones masivas que comprenden todo el territorio de la región Cajamarca y que incluso, están debidamente reconocidos en la Legislación Nacional, por autoridades policiales, gubernamentales, judiciales, el Ministerio Público, la Defensoría del Pueblo, etc., con facultades para intervenir en la seguridad de sus poblaciones. Para nadie puede ser secreto que la acción permanente, organizada y sacrificada de las rondas, ha permitido casi desaparecer la delincuencia en las zonas rurales cajamarquinas, con proyección en las zonas urbanas y las ciudades. Que han conquistado confianza y autoridad que las hacen las organizaciones de más representatividad y prestigio en la región. Son estas Rondas Campesinas las que también asumen hoy la defensa de su medio ambiente, sus cabeceras de agua, sus ríos, sus lagos, su ganadería, su agricultura, su identidad, frente a una inversión minera que depreda y envenena. Posiblemente, estas acciones, ampliación democrática, social y política de sus primigenias funciones de control del delito, son las que desatan las iras de Hernando de Soto y sus amigos: que las Rondas Campesinas pongan el pie con todo derecho en la vida social, económica, política de sus comunidades y su región; que ejerzan, contra viento, marea y todas las tempestades, sus derechos individuales y colectivos. Justamente porque estos cajamarquinos y sus rondas se atreven a desafiar lo establecido y defienden con decisión sus tierras, sus recursos esenciales, su vida y su futuro, explicaría las palabras despreciativas de “40 Ronderos”.
Claro, hablar de 40 ronderos es una soberana barbaridad. Hecha adrede, que insulta incluso los propios conocimientos del experto economista. Sería interesante que visitara Cajamarca calculadora en mano y dedicará parte de su valiosísimo tiempo a contar uno a uno a los ronderos y ronderas, se enteraría que son más de 40. Estamos seguros.
Además, qué obvio reiterarlo, las pasadas elecciones regionales eligieron en Cajamarca al candidato de las Rondas Campesinas y del MAS (Movimiento de Afirmación Social), Gregorio Santos. No vamos a discutir aquí los méritos o deméritos, las investigaciones o la prisión del Presidente Regional Electo, pero sí diremos que alcanzó una votación cercana al 50% en primera vuelta, a pesar de la inmensa y atemorizante campaña mediática y los recursos financieros abundantemente utilizados por candidaturas opositoras.
Todos conocen que un punto central de la campaña electoral fue justamente la oposición a las condiciones de la presencia de “Conga” entonces, de qué esta hablando nuestro connacional economista. ¿Son los “40 ronderos” quienes dieron aplastante victoria a Gregorio Santos? ¿No es esa, acaso una visión despectiva, excluyente, antidemocrática? No ha sido tampoco, un apoyo solamente ronderil. Las rondas no son mayoría en el electorado Cajamarquino. Ha sido un masivo apoyo popular de toda la región. El MAS ganó hace cuatro años con poco más del 30% de los sufragios, ahora lo hace aumentando su votación en 15%. Conclusión: No es verdad que sean 40 ronderos más o menos extremistas, antimineros o antisistema los que han “Parado Conga …y el gobierno”. Reconozca con espíritu objetivo y democrático que, aunque no le guste, reniegue o lo condene es la mayoría de los cajamarquinos la que se opone a la depredación d sus riquezas, y esa mayoría ha respaldado la conducción del gobierno regional por el MAS. Esa es una realidad que debe tomarse en cuenta obligatoriamente al hablar de inversiones mineras en Cajamarca.

Que conste, no estamos afirmando, como propagandizan usted y sus amigos, que nos oponemos a las inversiones mineras. No. Nos oponemos a aquéllas que tienen carácter depredador, contaminante, destructivo, que ponen la ganancia dineraria por encima de la vida humana y la naturaleza.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario