LOS 40 RONDEROS Y DE SOTO
Por:
Rolando Breña
Se produjo algunos días en RPP una polémica entre Hernando de Soto y el Ministro Manuel Pulgar Vidal, teniendo como tema centrales la Minería informal, las inversiones mineras y medio ambiente.
Se produjo algunos días en RPP una polémica entre Hernando de Soto y el Ministro Manuel Pulgar Vidal, teniendo como tema centrales la Minería informal, las inversiones mineras y medio ambiente.
Sin tomar partido por ninguno de los
contrincantes, es de justicia reconocer que el Ministro prácticamente vapuleó
al internacionalmente reconocido economista, acreedor de muchos premios de
carácter mundial y fundador del ILD, quien se refugió de manera recurrente en
argumentos a los que no supo dar consistencia.
Pero, lo que nos interesa en esta
columna, es poner en evidencia su pensamiento despectivo, excluyente,
antidemocrático y falso respeto del comportamiento de las Rondas Campesinas y
el pueblo cajamarquino.
En su afán de justificar la presencia de
la inversión minera “Conga”, identificándose con todas las posiciones de la
empresa, afirmó: “40 RONDEROS HAN PARADO CONGA Y A TU GOBIERNO”.
Es obvio, en primera instancia, que para
Hernando de Soto el principal culpable de la no concreción de “Conga” es el
gobierno; exculpando de esta manera cualquier acción u omisión de esta gran
inversión minera, esencialmente desconociendo la historia depredadora,
indolente y dictatorial de Yanacocha. Eso es ya condenable. La explotación
minera aurífera en Cajamarca, teniendo como buque insignia hace 20 años a
Yanacocha es un ejemplo que nunca debería repetirse, por el enorme daño
ocasionado al ecosistema, por el envenenamiento de las aguas, la contaminación,
cuyas nefastas consecuencias en la flora, la fauna y la salud humana se siguen
viviendo. Una historia criticada no solo por las víctimas o los ambientalistas,
sino hasta por propios inversionistas mineros que han buscado distanciarse y
diferenciarse de sus formas y métodos irracionales. Hernando de Soto tiene,
desde luego, el legítimo derecho de amparar a Yanacocha.
Sin embargo, donde encontramos lo más
criticable, es su forma de ver a los ronderos cajamarquinos como una banda de
40 que inexplicablemente habrían “parado” Conga y al gobierno de Ollanta
Humala.
Las Rondas Campesinas Cajamarquinas, no
son 40 sujetos violentistas o irresponsables que, sin ton ni son, se oponen a
la inversión minera, en este caso “Conga”. Suponemos que no ignora, el ilustre
economista, que son organizaciones masivas que comprenden todo el territorio de
la región Cajamarca y que incluso, están debidamente reconocidos en la
Legislación Nacional, por autoridades policiales, gubernamentales, judiciales,
el Ministerio Público, la Defensoría del Pueblo, etc., con facultades para
intervenir en la seguridad de sus poblaciones. Para nadie puede ser secreto que
la acción permanente, organizada y sacrificada de las rondas, ha permitido casi
desaparecer la delincuencia en las zonas rurales cajamarquinas, con proyección
en las zonas urbanas y las ciudades. Que han conquistado confianza y autoridad
que las hacen las organizaciones de más representatividad y prestigio en la
región. Son estas Rondas Campesinas las que también asumen hoy la defensa de su
medio ambiente, sus cabeceras de agua, sus ríos, sus lagos, su ganadería, su
agricultura, su identidad, frente a una inversión minera que depreda y
envenena. Posiblemente, estas acciones, ampliación democrática, social y
política de sus primigenias funciones de control del delito, son las que
desatan las iras de Hernando de Soto y sus amigos: que las Rondas Campesinas
pongan el pie con todo derecho en la vida social, económica, política de sus
comunidades y su región; que ejerzan, contra viento, marea y todas las
tempestades, sus derechos individuales y colectivos. Justamente porque estos
cajamarquinos y sus rondas se atreven a desafiar lo establecido y defienden con
decisión sus tierras, sus recursos esenciales, su vida y su futuro, explicaría
las palabras despreciativas de “40 Ronderos”.
Claro, hablar de 40 ronderos es una
soberana barbaridad. Hecha adrede, que insulta incluso los propios
conocimientos del experto economista. Sería interesante que visitara Cajamarca
calculadora en mano y dedicará parte de su valiosísimo tiempo a contar uno a
uno a los ronderos y ronderas, se enteraría que son más de 40. Estamos seguros.
Además, qué obvio reiterarlo, las pasadas
elecciones regionales eligieron en Cajamarca al candidato de las Rondas
Campesinas y del MAS (Movimiento de Afirmación Social), Gregorio Santos. No
vamos a discutir aquí los méritos o deméritos, las investigaciones o la prisión
del Presidente Regional Electo, pero sí diremos que alcanzó una votación
cercana al 50% en primera vuelta, a pesar de la inmensa y atemorizante campaña
mediática y los recursos financieros abundantemente utilizados por candidaturas
opositoras.
Todos conocen que un punto central de la
campaña electoral fue justamente la oposición a las condiciones de la presencia
de “Conga” entonces, de qué esta hablando nuestro connacional economista. ¿Son
los “40 ronderos” quienes dieron aplastante victoria a Gregorio Santos? ¿No es
esa, acaso una visión despectiva, excluyente, antidemocrática? No ha sido
tampoco, un apoyo solamente ronderil. Las rondas no son mayoría en el
electorado Cajamarquino. Ha sido un masivo apoyo popular de toda la región. El
MAS ganó hace cuatro años con poco más del 30% de los sufragios, ahora lo hace
aumentando su votación en 15%. Conclusión: No es verdad que sean 40 ronderos
más o menos extremistas, antimineros o antisistema los que han “Parado Conga …y
el gobierno”. Reconozca con espíritu objetivo y democrático que, aunque no le
guste, reniegue o lo condene es la mayoría de los cajamarquinos la que se opone
a la depredación d sus riquezas, y esa mayoría ha respaldado la conducción del
gobierno regional por el MAS. Esa es una realidad que debe tomarse en cuenta
obligatoriamente al hablar de inversiones mineras en Cajamarca.
Que conste, no estamos afirmando, como
propagandizan usted y sus amigos, que nos oponemos a las inversiones mineras.
No. Nos oponemos a aquéllas que tienen carácter depredador, contaminante,
destructivo, que ponen la ganancia dineraria por encima de la vida humana y la
naturaleza.
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