viernes, 6 de febrero de 2015

DIÁLOGO O ZAFARRANCHO

Por: Rolando Breña

El gobierno ha  concretado su convocatoria al diálogo para este lunes 9. La principal novedad planteada, como garantía de seriedad y cumplimiento de los posibles acuerdos, por algunas agrupaciones políticas, es la participación del Presidente de la República, no sabemos aún si de manera permanente o solo en la instalación.
Como lo anticipamos, casi nada está claro todavía y los convocados y convocantes no están de acuerdo ni siquiera en la asistencia, menos en los contenidos o agenda. Y de acuerdo a lo que se conoce sobre la reacción de las agrupaciones políticas, las ausencias serán bastante notorias y entre los posibles asistentes también existen gruesas contradicciones y diferencia de perspectivas.
Por lo pronto, Fuerza Popular y el Apra negaron su participación. Para el partido de Alan García, el diálogo solo es una especie de “lavado de rostro” y condicionan su asistencia a la “remoción del Gabinete Ministerial”. Pero no sabemos qué significa  realmente “remoción”, si el cambio completo del Consejo de Ministros, incluida la de la Presidenta, que sería su significado más directo, o solo la salida de los ministros más cuestionados como algunas de las declaraciones de sus parlamentarios lo dan a entender. Alegan que “no existen condiciones para dialogar”. Pero contradictoriamente plantearse que no sea Ana Jara la que convoque el diálogo, porque su autoridad está mellada y su credibilidad debilitada, sino el propio Presidente de la República. Con lo cual no sabemos realmente a qué atenernos, pues si se accediera a que Humala sea el convocante  ¿habrían cambiado o mejorado “las condiciones para dialogar” y que no sería necesario, por lo menos para asistir la “remoción del Gabinete Ministerial”?
Por su parte, keiko Fujimori, propietaria del movimiento  fujimorista, ha hecho llegar a Ollanta Humala una carta solicitando una entrevista personal y privada sobre tópicos que se desconocen así como los planteamientos que llevaría  a la cita entre los dos. Precisamente, tomando como argumento esta comunicación, Fuerza Popular adelantó su no concurrencia hasta que Humala no responda afirmativamente.
Lo que llama la atención ocasionando un sin fin de especulaciones, es la solicitud de una reunión estrictamente personal entre Ollanta y Keiko Fujimori. No pueden haber agendas solamente bilaterales ni  compromisos particulares en torno a la crisis existente al margen de las otras fuerzas políticas, salvo que el fujimorismo pretenda una relación privilegiada con objetivos que se desconocen o presionar al gobierno aprovechando su debilidad y que el fujimorismo es ahora la primera minoría parlamentaria, por lo que sus votos se tornan necesarios para cualquier iniciativa legal o control político y fiscalización.
Hoy cualquier cosa es posible esperar pues al fujimorismo y al nacionalismo el pragmatismo y el utilitarismo más ramplones les salen por todos los poros.
Por su lado Acción Popular tilda las posiciones apristas y fujimoristas de “actitudes infantiles”, acudirá al diálogo, pero inmediatamente plantea la necesidad de “oxigenar el Gabinete”. ¿Qué nos quieren decir con oxigenar? ¿Antes o después o en el transcurso? Tampoco parece que lo supiera.
Por lo demás, cada una tiene su propia agenda y sus propias exigencias particulares. La Presidenta del Consejo de Ministros sintetiza la presunta agenda en: Problemática nacional (que es todo y es nada al mismo tiempo) y la posibilidad de cambios ministeriales, que podrían llevar a largas discusiones sobre quiénes y cuándo.
Por otro lado, Ana Jara ha convocado también a “todas las fuerzas vivas” del país. El problema es saber qué entiende exactamente el gobierno con este llamado que se complementa con “todos tenemos una voz que debe ser escuchada”, que comentábamos ayer. El problema es saber quiénes son “todos”. Se nos ocurre inmediatamente y con toda razón el conjunto de agrupaciones y movimientos políticos inscritos o no en el ROP, los movimientos y frentes regionales, los gremios y los sindicatos, los colegios profesionales, las Rondas Campesinas, los gobiernos regionales y locales, las universidades, las comunidades campesinas y los pueblos originarios o comunidades nativas, los movimientos juveniles insurgentes; los empresarios y sus organismos representativos, grandes, medianos y pequeños, los jubilados y fonavistas, etc., etc. ¿Tiene el gobierno dialogante definidos las formas, métodos, organización, estructura de esta gigante convocatoria? ¿Acudirán sin necesidad de invitación o esperarán a ser llamados a la mesa?. Por lo pronto, nuestro siempre flemático y sonriente PPK se auto invitó a la prepo, mientras la CGTP aún espera invitación para decidir.
Es lícito preguntarse quiénes habrán de calificar las credenciales de “todas las voces” o de “todas las fuerzas vivas”, o quizá “la entrada es libre” y nos encontremos en una especia de Torre de Babel o Arca de Noé. Es complicado preguntarse cómo serían los diálogos o las conversaciones y más complicado aún, cómo arribar a conclusiones o acuerdos ¿a mano alzada quizá? Quién sabe.

En fin, el diálogo aún tiene mucho que caminar, si camina, diremos mejor, que el diálogo todavía tiene mucho para empezar.

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