jueves, 12 de febrero de 2015

SIGUEN LAS RESACAS MÁS QUE LOS ALIVIOS

Por: Rolando Breña

Afirmamos ayer que los asistentes al diálogo palaciego, casi inmediatamente después de su término, empezaban a sufrir las primeras jaquecas, dolores de cuerpo o aguda acidez estomacal, propio de las resacas. Por lo pronto, algunos de los asistentes se van curando en salud y ante las eventualidades de una nueva convocatoria en 30 días, alegarán que evaluarán su participación. Y otros más cautos esperan a qué resultados llegan las conversaciones para decidir su continuidad. Es notorio que a los más entusiastas dialogantes no les agradó mucho que para sus discursos en el gran  comedor de Palacio, que posiblemente alucinaron históricos, les dieran la mísera cantidad de 5 minutos y que al final, el Presidente de la República los apabullara con los logros de su gobierno, las promesas de siempre, algunas disquisiciones sobre democracia y gobernabilidad. Al final los besos y abrazos con los apretones de manos, ni siquiera un almuerzo frugal. Por ello es que las declaraciones de salida fueron más o menos evasivas y desleídas. Ahora, de vuelta  a la cruda  realidad, se hacen más distantes y desconfiadas, pues poniendo sus punterías en las elecciones del 2016, no quisieran ser arrastrados en los tropiezos, caídas y derrumbes del nacionalismo y su gobierno.
Son los no asistentes los que pueden sacar mayores dividendos políticos del ya manoseado diálogo y alistan sus baterías para una ofensiva político-parlamentaria. Fujimoristas y apristas reabren la censura a la Presidenta del Consejo de Ministros y la salida inmediata de los ministros más cuestionados y expuestos al escrutinio ciudadano y mediático.
Posiblemente Keiko Fujimori y sus huestes sentirán redobladas sus energías, sus rabias y sus frustraciones ante el comportamiento negativo y hasta belicoso de Ollanta Humala y de Nadine Heredia, frente a la solicitud de entrevista privada, que fue respondida despectivamente con un “nosotros conversamos con todos”, desahuciando así todas las ilusiones de un “tete a tete”. No sería aventurado especular que con el pedido de Keiko Fujimori se produce un choque de personalidades autosuficientes. La egolatría salvadora de la lideresa de Fuerza Popular en su carta: “el país se encuentra en una gran incertidumbre”, “pensando en los destinos del país y en aras de la gobernabilidad…. Solicito una conversación entre usted y yo”. En otras palabras, algo así como “solo con mi ayuda puede salir de sus problemas usted, su gobierno y el país. Puede decirse que quizá estos rasgos más o menos mesiánicos de la Sra. Fujimori, no resultaron tan agradables a los oídos del Presidente de la República que también tiene lo suyo, en los mismos rasgos, y nunca verá con buenos ojos tamaña osadía de hablar de igual a igual.
Todos ganan, comentó un analista político, los que van y los que no van. A la corta más que a la larga, parece que quienes no van a ganar mucho o nada son los asistentes, quizá pierdan más el gobierno y el nacionalismo.
Ana Jara en su alocución inicial y en declaraciones previas anunció que el problema económico estaría en la agenda. Sin embargo lo que queremos que se note en toda magnitud son las declaraciones del ministro de economía que con toda claridad dijo que los problemas económicos no debieran formar parte de los diálogos. ¿Son sólo una afirmación personal?. ¿Es el emisario discretamente enviado por el propio gobierno para decirnos que “nadie se meta en lo económico que es cosa nuestra” y desalentar a los entusiastas que creen que pueden obligar al gobierno a realizar cambios. ¿Será la voz de los sectores económicos neoliberales que se atreven a utilizar al ministro para desautorizar cualquier intromisión de los dialogantes en sus dominios?
Como dice el adagio: “nadie da puntadas sin hilo”. En las controversias políticas y, con más razón en las condiciones de un gobierno en debilidad y aislamiento, nos está remitiendo un mensaje: lo económico no debe pasar nunca por los dialogantes, somos los únicos que tenemos vela en este entierro. Por lo pronto, el nuevo presidente de la Confiep ya adelantó opinión oponiéndose a la “revisión” del salario mínimo vital que surgió como probabilidad sugerida por el gobierno y el nacionalismo para ser vista “con mucho realismo”. Ya tenemos al frente el realismo de la Confiep.

Igualmente, como señalamos ayer, el asunto de la DINI empieza a complicarse más. Lo que queda claro, cualquiera sea la decisión, es el reconocimiento de la intervención de la DINI en los reglajes y espionajes, es decir, la utilización gubernamental de los servicios de inteligencia como instrumentos políticos de control y represión de todo tipo de oposiciones al régimen y en general a los cuestionadores del modelo económico y del estado neoliberal.

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