miércoles, 4 de enero de 2017

El reto de Duberlí: una justicia de verdad
El nuevo presidente del Poder Judicial vivió en carne propia la precariedad judicial al sufrir carcelería en el penal de Lurigancho y la cárcel del Callao.

Otra Mirada
El presidente del Poder Judicial, Duberlí Rodríguez Tineo, asume su mandato para el periodo 2017-2018 con el enorme reto de mejorar el sistema de justicia y hacerlo creíble. La expectativa es grande para el también juez supremo, quien considera que la carga procesal, que hace la justicia lenta, y la corrupción, son los grandes problemas a superar.
Duberlí, nacido en Rodeopampa, distrito de Huarmaca, provincia de Huancabamba, Piura, es de cuna humilde y su trayectoria evidencia que se trata de un luchador incansable. Fue dirigente desde su época estudiantil en la Universidad Nacional de Lambayeque (que luego pasó a ser la Universidad Pedro Ruiz Gallo) donde estudiaba derecho, e incluso llegó a ser presidente de la Federación de Estudiantes del Perú (FEP) en 1973.
EN CARNE PROPIA
Su espíritu contestatario lo llevó a ser dirigente del Partido Unión Nacional de Izquierda Revolucionaria (UNIR) e incluso vivió en carne propia la precariedad judicial al sufrir carcelería durante un mes en el penal de Lurigancho y 6 meses en la cárcel del Callao después de ser procesado en la justicia civil y militar.
Ese episodio de su vida que lo marcó por siempre sucedió en febrero de 1975, cuando el gobierno militar lo detuvo tras acusarlo de azuzar a la población por los actos de vandalismo que hubo en Lima tras una huelga policial. Su abogado fue nada menos que Alfonso Barrantes.
Fue entonces que Duberlí Rodríguez vivió en carne propia la injusticia que a diario viven ahora miles de litigantes. Fue puesto en prisión y recuperó su libertad por una amnistía decretada por el gobierno de Morales Bermúdez.
Luego, cuando estuvo del otro lado de la justicia, Duberlí vivió la experiencia de ser juez sin rostro y pudo conocer por dentro los rigores de un sistema de justicia en el que los magistrados debían estar con el rostro cubierto, su voz tenía que ser distorsionada y debía resolver casos todos los días.
Tiene claro que su pensamiento político va por la ruta de la justicia social, pero cuando administra justicia se despoja de cualquier ideología política.

MODERNIZACIÓN
Con la experiencia vivida, que le ha permitido conocer las interioridades del sistema de justicia desde todos los ángulos, como procesado, sentenciado y magistrado, Rodríguez Tineo sabe que la eficiencia en el Poder Judicial es fundamental para combatir la impunidad y garantizar que los castigos caigan sobre los verdaderos responsables de los ilícitos y los actos de corrupción.
En su Plan de Gobierno del Poder Judicial 2017-2018 los ejes principales de su gestión son el fortalecimiento de las reformas procesales; fortalecimiento del despacho judicial y celeridad; lucha contra la corrupción, efectividad en el control y predictibilidad; acceso a la justicia, fortalecimiento y modernización de la gestión institucional y administrativa; bienestar de los magistrados y recursos humanos y gestión ambiental.
Además, Duberlí considera necesario desarrollar el soporte tecnológico para la efectiva implementación del expediente digital, la justicia en red y la interconectividad, apuntando a un tipo de justicia moderna que permita ofrecer un servicio más eficiente y transparente.
Por ello contempla implementar y consolidar la notificación electrónica, el embargo electrónico, la implementación de un módulo de calificación de los usuarios para mejorar el servicio de atención, una aplicación móvil para acceder a la principal información del Poder Judicial desde los celulares, así como la implementación del expediente electrónico y la mesa de partes electrónica.
COMBATE A LA CORRUPCIÓN
En lo que se refiere a la lucha contra la corrupción, una de las medidas será fortalecer las labores de la Oficina de Control de la Magistratura (OCMA); mientras que los órganos jurisdiccionales que tienen a su cargo los procesos vinculados a casos de corrupción, serán fortalecidos y para ello aumentarán sus presupuestos.
Asimismo, se crearán cortes especializadas anticorrupción para combatir con mayor eficacia dichos delitos y se creará también una Coordinación Nacional Anticorrupción a cargo de la jueza Susana Castañeda, que se encargará del monitoreo de los delitos de corrupción y estadísticas sobre los avances en la lucha contra este problema.
En su discurso por la apertura del año judicial, Duberlí Rodríguez dejó en claro que sin un fortalecimiento del Poder Judicial será muy difícil consolidar el crecimiento económico que el Perú ha venido teniendo en los últimos años, enfatizando que “la justicia oportuna produce tranquilidad y calma social, condiciones vitales para el desarrollo de cualquier Estado”.

ADEMÁS
La tarea no es fácil para un magistrado con aires reformistas que espera cumplir con el viejo sueño de la justicia social. Por lo pronto, el presidente Pedro Pablo Kuczynski asegura que el Ejecutivo apoyará los esfuerzos del Poder Judicial para modernizar su trabajo e incrementar su eficiencia. Veremos si ese apoyo se concretiza o queda solo en el discurso.

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