martes, 17 de marzo de 2015

¿CUÁL “CURUL  VACÍA “?
Por. Rolando Breña

Demasiado aspaviento para la “curul vacía”. Un verdadero tiro, al aire que responde mucho más a la necesidad del Congreso de mostrar algunas actitudes creíbles sobre su preocupación en torno a la corrupción y al transfuguismo, que se pasean en los pasillos congresales y que no tienen mucho que ver necesariamente con lo aprobado.
Hay por lo menos dos asuntos a contemplar:
1.     El tiempo.- No son necesarias demasiadas palabras ni mucho análisis para, recurriendo a la experiencia última, concluir que dormirán plácidamente en el Congreso los expedientes contra algunos congresistas, de acuerdo a los intereses de la mayoría o a las alianzas establecidas, de tal forma que el manejo del tiempo y las agendas parlamentarias conviertan  la disposición legal en un grito en el vacío o en una actitud inútil. Podrán saltar hasta el techo investigadores y periodismo, se acumularán indicios y pruebas, se mostrará la preocupación y hasta la indignación ciudadanas, todo eso no tendrá efecto alguno sobre la gruesa piel impermeable del parlamento y las mayorías congresales dejarán en la congeladora asuntos que no le interesen o le interesen demasiado. Conocemos bastante bien la palabra “blindaje”, y cómo ha funcionado en estos tiempos para proteger militantes, amigos o aliados cuyo concurso es necesario para el oficialismo y sus manejos, para evitar fiscalizaciones o investigaciones. Igual podemos decir de los plazos judiciales que se prolongan indefinidamente y sufren de intervención y presión abierta o encubierta del poder político y de los sectores mediáticos.
2.     La inmunidad.- No abundaremos sobre esto. Es elevado el número de congresistas que se protege entre los amplísimos pliegues de la inmunidad. Más de uno, requerido por el Poder Judicial, lo desacata olímpicamente con desprecio de los fueros judiciales, no acude nunca a sus notificaciones o citaciones. Y no pasa nada. Incluso peticiones de levantamiento de inmunidad, debidamente acreditados y fundamentados, se hallan arrinconados  en los anaqueles congresales.

Sería justo y democrático que la petición de levantamiento de inmunidad realizada cumpliendo todos los requisitos legales y por la autoridad competente, tenga el carácter de obligatorio. Es decir, que el Congreso no ponga en debate el pedido, simplemente le dé trámite y ponga al congresista a disposición de la justicia.

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