martes, 10 de marzo de 2015

LOS NEGOCIOS PRIMERO

Por: Rolando Breña

En torno a los problemas con Chile, respecto del espionaje, circulan posiciones que no ayudan a construir estrategia ni sólido respaldo nacional.

El diario “El Comercio” trata con extrema suavidad, por decir lo menos, las ofensas chilenas fabricando un pretendido espíritu “conciliador” en la respuesta diplomática chilena que niega absolutamente cualquier hecho denunciado por el Perú, a despecho de las abundantes pruebas. Debilita así la energía y severidad que deben existir en la condena, así como las necesarias disculpas. Se alinea prácticamente en la estrategia chilena en las palabras de su Ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz: “El gobierno de Chile no realiza, apoya ni ampara actividades de espionaje en otros países, que es el mismo contenido que hace llegar oficialmente Chile. Encontrar tono “conciliatorio” en las posiciones del vecino país, ciertamente choca con la realidad, con nuestra dignidad, con nuestra soberanía, con la historia.
En la misma línea el diario del Jr. Miró Quesada, otro Miró, en este caso el Ex Presidente de la CONFIEP, Alfonso García Miró, retrata posiciones de algunos grandes grupos empresariales, en las que las nociones de patria y patriotismo han dejado su lugar a las ventajas o apetencias comerciales. En este caso, tomando como pretexto a los sufridos consumidores. Cuando se han sugerido algunas medidas más allá de los cauces puramente diplomáticos, como el llamado “enfriamiento” de las relaciones comerciales propuesto por parlamentarios gobiernistas, García Miró, más rápido que inmediatamente salto a la palestra para afirmar que eso “al único que perjudica es al consumidor nacional”, al que se le privaría del precioso tesoro de la economía de mercado: la posibilidad de escoger (nos recuerda a Milton Friedman, en uno de sus libros-madre del neoliberalismo: “La libertad de escoger”).

Tenemos que entender que no son preocupaciones por los consumidores y su “libertad” para comprar productos chilenos, sino la posibilidad que puedan mermar sus ganancias. No estamos planteando que se enfríen o no las relaciones comerciales, tampoco que se asuman posiciones chauvinistas, pero sí debe existir claridad en que Chile ha ofendido a los peruanos, ha mellado gravemente la seguridad nacional y la soberanía, y frente a ella, los peruanos tenemos el derecho y la obligación de exigir respeto y disculpas en los tonos que la dignidad nacional demanda tomando las decisiones que la evolución de los hechos aconsejen. 

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