martes, 10 de marzo de 2015

¿UNIDAD NACIONAL?
Por: Rolando Breña

No es cierto que exista unidad en nuestro país respecto de las acciones de espionaje chileno. El gobierno peruano ha aportado suficientes pruebas de la responsabilidad de militares del vecino país, incluso han sido establecidos claramente sus identidades y grados. La ofensa a la dignidad de los peruanos y el atentado flagrante a la seguridad y soberanía nacional están más que demostrados. Las protestas y el retiro del embajador peruano se hallan suficientemente justificados hasta el momento.
Lamentablemente, algunas posiciones debilitan abiertamente la necesaria unidad que debiera existir. El diario “El Comercio”, con las formas y contenidos de sus informaciones, hacen notar un intento de suavizar expresamente la gravedad de estos incidentes y con su línea editorial se halla más cerca de Chile que de Perú. No podemos admitir que los contenidos de la respuesta chilena a la nota diplomática peruana, adosadas por las declaraciones del Ministro de Relaciones Exteriores Heraldo Muñoz y el Ministro porta- voz del gobierno chileno son, como lo afirma “El Comercio” “conciliadoras”. Al contrario, las posiciones del país sureño con sus negativas absurdas no solo de los hechos actuales sino extendiéndolas a los hechos pasados, son francamente provocadoras y de ninguna manera pueden satisfacer en lo mínimo las explicaciones y las disculpas que el Perú demanda. El gobierno chileno incluso va mucho más allá, declara que en lo que concierne a Chile el asunto “está acabado”. ¿Dónde encuentra el diario de Miro Quesada el tono “conciliador” que quiere hacernos creer?. ¿Y con qué intenciones?.
“El Comercio” es un medio de importante peso en la vida nacional y sus posiciones influyen en la opinión pública, por lo mismo, el que disemine estos criterios resquebraja la unidad que los peruanos necesitamos hoy y, obviamente, favorecen al gobierno chileno. El mismo diario, coincidiendo con la prensa chilena, indica “que da la impresión de que se la está utilizando para conjurar problemas políticos domésticos”; haciendo alusión de “un eventual manoseo político” y que este “tema espinoso… se hubiera guardado en la refrigeradora para sacarlo a relucir en alguna hora difícil de la administración y obligar a todos los sectores de oposición a cerrar patrióticamente filas con ella, dejando en un segundo plano las denuncias y criticas que podían tener sobre un gobierno políticamente agobiado a nivel domestico”.
Lo preocupante es que los medios chilenos y El Comercio hablan casi el mismo idioma y en los mismos momentos, sobre la presunta utilización política con fines domésticos, lo que sumado a la naturaleza “conciliadora” que el Decano da a la respuesta chilena, configuran, en el fondo una forma de deslegitimar los reclamos peruanos y de introducir en el imaginario nacional la idea de que se trataría de los problemas internos del gobierno de Humala y no de vitales intereses del país.
Por supuesto, esta confrontación con Chile no es ajena a la posibilidad de manejos políticos internos, con más razón por un gobierno debilitado. Pero eso no significa que hagamos yunta con la prensa chilena cuyo objetivo no es precisamente alertar sobre ello, sino dejar sin apoyo político popular o ciudadano las posiciones peruanas. Por lo demás, nosotros sabremos discernir adecuadamente los problemas, poner cada cosa en su lugar, sin esperar ni seguir las interesadas opiniones de nuestros vecinos reflejadas en “El Comercio”.
Se ha hablado bastante del llamado “enfriamiento” de las relaciones con Chile. Incluso algunas voces han planteado la revisión de acuerdos comerciales como el TLC, los espacios aéreos, fitosanitarios, etc. El desarrollo del problema se determinará en el tiempo, con las formas y la naturaleza de su evolución, ciertamente no solo en términos diplomáticos. Afirmamos por ello, en columna anterior, que el gobierno tendrá seguramente una estrategia definida clara para dar los pasos necesarios y suficientes en la defensa “enérgica” para “que eso no se quede así nomas”, en palabras del Presidente de la República.

En el presente conflicto, podemos afirmar que El Comercio no abona a la formación de una fuerte unidad de todos los peruanos. Con sus intentos de edulcorar las posiciones y las respuestas chilenas, hace más por ellos que por nosotros.

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