¿UNIDAD NACIONAL?
Por: Rolando Breña
No es cierto que exista unidad en nuestro país
respecto de las acciones de espionaje chileno. El gobierno peruano ha aportado
suficientes pruebas de la responsabilidad de militares del vecino país, incluso
han sido establecidos claramente sus identidades y grados. La ofensa a la
dignidad de los peruanos y el atentado flagrante a la seguridad y soberanía
nacional están más que demostrados. Las protestas y el retiro del embajador
peruano se hallan suficientemente justificados hasta el momento.
Lamentablemente, algunas posiciones debilitan
abiertamente la necesaria unidad que debiera existir. El diario “El Comercio”,
con las formas y contenidos de sus informaciones, hacen notar un intento de
suavizar expresamente la gravedad de estos incidentes y con su línea editorial
se halla más cerca de Chile que de Perú. No podemos admitir que los contenidos
de la respuesta chilena a la nota diplomática peruana, adosadas por las
declaraciones del Ministro de Relaciones Exteriores Heraldo Muñoz y el Ministro
porta- voz del gobierno chileno son, como lo afirma “El Comercio”
“conciliadoras”. Al contrario, las posiciones del país sureño con sus negativas
absurdas no solo de los hechos actuales sino extendiéndolas a los hechos
pasados, son francamente provocadoras y de ninguna manera pueden satisfacer en
lo mínimo las explicaciones y las disculpas que el Perú demanda. El gobierno
chileno incluso va mucho más allá, declara que en lo que concierne a Chile el
asunto “está acabado”. ¿Dónde encuentra el diario de Miro Quesada el tono
“conciliador” que quiere hacernos creer?. ¿Y con qué intenciones?.
“El Comercio” es un medio de importante peso en la
vida nacional y sus posiciones influyen en la opinión pública, por lo mismo, el
que disemine estos criterios resquebraja la unidad que los peruanos necesitamos
hoy y, obviamente, favorecen al gobierno chileno. El mismo diario, coincidiendo
con la prensa chilena, indica “que da la impresión de que se la está utilizando
para conjurar problemas políticos domésticos”; haciendo alusión de “un eventual
manoseo político” y que este “tema espinoso… se hubiera guardado en la
refrigeradora para sacarlo a relucir en alguna hora difícil de la
administración y obligar a todos los sectores de oposición a cerrar
patrióticamente filas con ella, dejando en un segundo plano las denuncias y
criticas que podían tener sobre un gobierno políticamente agobiado a nivel
domestico”.
Lo preocupante es que los medios chilenos y El
Comercio hablan casi el mismo idioma y en los mismos momentos, sobre la
presunta utilización política con fines domésticos, lo que sumado a la
naturaleza “conciliadora” que el Decano da a la respuesta chilena, configuran,
en el fondo una forma de deslegitimar los reclamos peruanos y de introducir en
el imaginario nacional la idea de que se trataría de los problemas internos del
gobierno de Humala y no de vitales intereses del país.
Por supuesto, esta confrontación con Chile no es
ajena a la posibilidad de manejos políticos internos, con más razón por un
gobierno debilitado. Pero eso no significa que hagamos yunta con la prensa
chilena cuyo objetivo no es precisamente alertar sobre ello, sino dejar sin
apoyo político popular o ciudadano las posiciones peruanas. Por lo demás,
nosotros sabremos discernir adecuadamente los problemas, poner cada cosa en su
lugar, sin esperar ni seguir las interesadas opiniones de nuestros vecinos
reflejadas en “El Comercio”.
Se ha hablado bastante del llamado “enfriamiento” de
las relaciones con Chile. Incluso algunas voces han planteado la revisión de
acuerdos comerciales como el TLC, los espacios aéreos, fitosanitarios, etc. El
desarrollo del problema se determinará en el tiempo, con las formas y la
naturaleza de su evolución, ciertamente no solo en términos diplomáticos.
Afirmamos por ello, en columna anterior, que el gobierno tendrá seguramente una
estrategia definida clara para dar los pasos necesarios y suficientes en la
defensa “enérgica” para “que eso no se quede así nomas”, en palabras del
Presidente de la República.
En el presente conflicto, podemos afirmar que El
Comercio no abona a la formación de una fuerte unidad de todos los peruanos.
Con sus intentos de edulcorar las posiciones y las respuestas chilenas, hace más
por ellos que por nosotros.
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