martes, 20 de mayo de 2014

Sociedad civil se quejó a Humala.

Le advirtieron todo y no hizo nada


Presidente Humala no hizo caso a carta firmada por las principales instituciones de Áncash

Lo sabía todo y calló. El primer mandatario de la república, Ollanta Humala Tasso, recibió una carta el 28 de agosto de 2013 que detallaba punto por punto toda la cadena de corrupción y crímenes que azotaba a Áncash; y simplemente no le hizo caso. Este documento fue emitido con copia al presidente del Congreso, Freddy Otárola; también al presidente de la Corte Suprema, Enrique Mendoza; y al presidente del CNM, Máximo Herrera.

La misiva, que fue recibida por el despacho presidencial con N° de expediente 13-080959, fue redactada por la Sociedad Civil por la Reivindicación Moral de Ancash (SC-REMA) y refrendada por las principales fuerzas regionales. Exitosa tuvo acceso a este documento y en él pudimos ver las firmas de representantes de la Cámara de Comercio y Producción, Colegio de Contadores, Colegio de Abogados, partidos políticos, institutos ambientalistas, excongresistas, y tantos otros dirigentes de diferentes agrupaciones sociales, económicas y políticas de toda la región.

“Estamos seguros de poder contar con su respaldo, pues la crisis de SANGRE Y CORRUPCIÓN ha vestido de luto nuestra REGIÓN” (sic), se puede leer en el punto 2 del referido documento. Luego se hace un relato pormenorizado de los crímenes, donde se resalta que “hasta la fecha se vienen produciendo más de setenta (70) asesinatos, entre ellos autoridades de reconocido prestigio” (sic), refiere esta carta abierta.

Dicho documento finaliza con un pedido directo y contundente al presidente de la República de disponer una auditoría especial al Gobierno Regional de Áncash y la instalación urgente de mesas de diálogo para tratar todos los asuntos relacionados con la larga lista de irregularidades detalladas. También solicita al Ministerio del Interior que declare en reorganización a la Policía Nacional de la región por no investigar los crímenes que venían ocurriendo. La respuesta no fue otra que el silencio absoluto.

CIEGO, SORDO Y MUDO
“El mandatario se hizo de la vista gorda durante largos años mientras Áncash se desangraba y hoy quiere figurar como héroe de la película”, nos dice Lizet Flores Milla, Secretaría de Defensa del SC-REMA. A través de un comunicado, Flores Milla también afirma que “hoy la desesperación del gobierno central ante la presión mediática y social por la problemática de la inseguridad ciudadana y la impunidad permiten reconocer un desesperado manejo del tema”.

Es así que el SC-REMA, ante la ceguera gubernamental, organizó una multitudinaria marcha en agosto del año pasado. “Convocamos a más de 16 mil personas pero aun así no nos hacían caso”, recuerda Flores Milla mientras nos detalla la indignación generalizada en la población ancashina por lo que consideran un completo abandono y desprotección por parte del gobierno, quien recién tomó cartas en el asunto cuando ya el escándalo se le hizo inmanejable.

“Al margen de sindicar a los ‘culpables e inocentes’ de tantas muertes en Áncash, hoy con las morbosas imágenes que se difunden por este caso, pareciese que algo más se cocina en la política peruana”, nos dice con desconfianza Flores Milla, refiriéndose al oportunismo gubernamental de intentar deslindar tardíamente con toda la corrupción que prácticamente se generalizó en la región.

De denunciante a denunciado

Lizet Flores Milla habla fuerte y se refiere ahora a Juan Calderón, quien asegura que le sembraron testigos para perjudicar su campaña electoral: “Parece que la inoperancia e incapacidad del gobierno central, que sigue cayendo en su popularidad, ensaya politizar el tema incluso arrastrando la sorpresiva detención del candidato a la presidencia regional de Áncash, Juan Calderón Altamirano, principal opositor político de César Álvarez y crítico del Ollantismo. Calderón es el principal denunciante del caso La Centralita y de los casos más sonados de la corrupción en esta región”, afirmó.


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