sábado, 23 de agosto de 2014

OTRA VEZ EL VOTO DE CONFIANZA
Por: Rolando Breña


Tengo que presentar mis disculpas amigos lectores. En nuestra columna de ayer decíamos que el voto de confianza al Gabinete Jara le seria concedido. No fue así. Faltaron cuatro escasos votos y los de color ámbar siguieron siendo mayoría.
En una sesión de aproximadamente tres horas, asistimos a un insufrible desfile de alicaída oratoria parlamentaria, una especie de catarsis política, en la que cada cual habló de lo que pudo o lo que quiso, de lo que sabe o de lo que no sabe, a gritos o en susurros; en la que las palabras (no los conceptos) democracia, gobernabilidad y diálogo eran llevados y traídos por las voces y las poses de los señores congresistas.
Al final, suspendióse la sesión para una tercera votación. El argumento central es que requerían más tiempo para negociar;  esto es, para que oficialismo y gobierno se pusieran de acuerdo con la oposición “ambarista” en mutuas concesiones.
Sin embargo, al margen de algunas exigencias, como la huelga médica, la seguridad pública, otras son realmente sorprendentes. Por ejemplo:

1.     La aportación obligatoria de los trabajadores independientes a la AFP. Este es un problema del Legislativo, los congresistas pueden modificarla en cualquier forma, hacer otra ley con los contenidos que deseen, enmendarle la plana al ejecutivo. No necesitan, ahora que se creen mayoría, de la bendición de Humala. Tienen que ponerse los pantalones largos y funcionar con las atribuciones que tienen. Incluso pueden promulgarla, así no guste al ejecutivo.
2.     La Renuncia de ciertos Ministros. Si han conseguido votos suficientes para bloquear temporalmente el voto de confianza, utilicen los mecanismos que les concede la constitución. ¿Para qué existen la interpelación y la censura?. Pueden interpelar y censurar a quien le dé la gana. Si quieren a todo el gabinete. No necesitan usar el voto de confianza como un instrumento de chantaje político, deben ejercer su poder permanentemente y no solo en momentos particulares como esté.
3.     Desactivación de los lobbys. Elaboren y aprueben una ley especial. ¿Puede declarar el ejecutivo la “desaparición de los lobbys” y asunto concluido? Y si hay indicios de existencia y de  accionar ilegal, ¿Por qué no hacen uso de su facultad de fiscalización e investigación?. Así no solo los pondrán al descubierto, la justicia se ocupará de ellos y será un magnifico servicio al país. Pero no. Las cosas se quieren obtener en base de conversaciones, negociaciones, cuyos alcances completos no conocemos y quizá nunca los conozcamos.
De lo que se trata es, en el fondo, poner políticamente al gobierno a la defensiva, cercarlo o maniatarlo aun más, para avanzar en sus planes económicos y políticos, preparar mejores condiciones para su performance electoral el 2016 y dejar al nacionalismo prácticamente “grogui” y sin posibilidades.
Pero las cosas han llegado a tal punto no por responsabilidad exclusiva de los grupos opositores parlamentarios, ellos hacen su trabajo. La responsabilidad central es del gobierno y del nacionalismo; desde su gran transformación hacia el programa neoliberal, y sus enormes torpezas políticas, que listan más que cualquier acierto. Han sabido enemistarse, como lo dijimos semanas atrás, con todos sus amigos de los primeros días, de sus sostenes organizativos y políticos, con sus votantes primigenios, para entregarse en brazos ajenos que lo aceptan con permanente celo y que solo esperan el momento de desembarazarse de ellos por otros de su misma “estirpe” .
Más todavía. Ana Jara empezó a caminar su premierato con presuntas aperturas democráticas y dialogantes. Algunos alabaron su aparente desenvoltura y habilidad políticas. Sin embargo su presentación en el Congreso fue la de una aprendiz, falta de oficio político, con demasiadas rigideces y autoritarismo. Tuvo la barbaridad de lanzar un ultimátum a los opositores, ya de por sí encrespados y sedientos de sangre oficialista: “Están conmigo o están contra mi”
Lógicamente, los antiguos y nuevos matreros políticos del congreso se sintieron “pechados”, desafiados, retados. Y como ya tenían “sangre en el ojo”, aprovecharon la circunstancia para ensanchar el voto ámbar.
Quizá algún asesor displicente, novato o ayayero haya aconsejado a la Primera Ministra demostrar autoridad. Y como para algunos autoridad es autoritarismo la señora habló como habló.
Quizá también, otra vez, el oficialismo actúo subestimando sus posibilidades, y soplaron al oído de Ana Jara que ya tenían los votos seguros. Salió chamuscada y chamusco al gobierno.
Por último, un pequeño consejo al oficialismo. Puede salir de este predicamento airosamente, si toma iniciativa radical y atrevida, que descolocaría a sus opositores y los arrojaría contra las cuerdas. Algo inédito. Que el oficialismo declare que con sus propios votos propiciará la no investidura del gabinete; para que Humala llame a elecciones parlamentarias. ¿Qué haría la oposición? ¿Persistiría en sus trece o se apresuraría a negociar bajo otras condiciones? ¿O, como pregonan, tendrán conducta democrática y se allanarían?

Pago para ver, como dicen los timberos.

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