lunes, 15 de mayo de 2017

BETO ORTIZ HABLA SOBRE MADRE MÍA:
“‘Capitán Carlos’ indujo a sus soldados a matar y despedazar personas”
Hay cuatro nuevos testimonios de miembros de esa patrulla que narran cómo asesinaban a sus víctimas, las evisceraban y rellenaban de piedras para arrojarlas al río.


Periodista denuncia que Ollanta Humala “borró del mapa a todo su batallón, logró que sus nombres desaparezcan de los registros” del Ejército.
 “Es escalofriante descubrir que alguien que fue nuestro presidente pudo ser un asesino en serie, un destripador, un descuartizador”.
 -Los nuevos testimonios que has presentado de soldados de la base Madre Mía que confirman los asesinatos y torturas del “capitán Carlos”, ¿hasta dónde nos pueden llevar?
Estamos presentando pruebas nuevas. Los testimonios constituyen nuevas pruebas. Hemos entrevistado a soldados que nunca antes hablaron y también recogimos la versión de las víctimas. El testimonio de Richard Sullca, que es el hijo de Natividad Ávila y Benigno Sullca, que fueron desaparecidos por el “capitán Carlos”, el detalle del secuestro, el confinamiento, la tortura, el asesinato, el despedazamiento y el lanzamiento de los cuerpos al río han sido revelados de manera coherente y uniforme por los soldados que hemos entrevistado. Esta semana vamos a tener por los menos cuatro testimonios más de soldados de la patrulla y el testimonio de Richard Sullca coincide exactamente con lo que los soldados han contado.
-Entonces, muchos crímenes aún están por descubrirse.
Básicamente se trata de un operativo de exterminio comandado por el “capitán Carlos”, en función de las delaciones hechas por Amílcar Gómez Amasifuén, que era un miembro de Sendero Luminoso. Amilcar es un “terruco” que llega a rendirse a la base y es capturado por Adolfo Becker Silva, un soldado entrevistado por nosotros. Es ahí donde comienza a desenmarañarse toda la madeja, porque la noche que entrevisté a Omar Chehade, exabogado de Ollanta Humala en este caso, nos dijo que Amílcar era una especie de “botero”, que arrojaba gente al rio y que se cachueleaba de esa manera. Cuando él dijo eso, recibimos una llamada intempestiva al control del canal, que era de Adolfo Silva, quien nos dice: “Soy soldado de Madre Mía y lo que está hablando Omar Chehade es pura mentira porque yo capturé a ese terrorista. Y Amílcar no es ningún ‘botero’, es un terrorista a quien yo capturé”. Entonces, mi productor le dice que queríamos conversar con él y cuando viene nos detalla todos lo que él ha visto, todo lo que pasaba en esos años. La única manera de tener la historia completa era yendo al lugar con él. Él nos reunió con un grupo de siete soldados en Tingo María y todos contaban historias que engarzan perfectamente. Es decir, todos han visto lo mismo. La misma metodología, el mismo ‘modus operandi’ de capturar a cualquier persona remotamente sospechosa.
-¿Los soldados coincidían en que era una cacería, por la metodología para cometer los crímenes?
La metodología consistía en que alguien “tiraba dedo” a una persona y a ese acusado se le agarraba y se le metía en un hueco de ocho metros de profundidad. Era el calabozo que habían cavado en Madre Mía y se les tenía ahí sin agua, sin comida, bajo lluvia y hundidos en el barro hasta el cuello. Cuando decidían matarlos, se los sacaban de ahí y los llevaban encapuchados y amarrados al rio, donde se les mataba, ya sea vía un balazo en la cabeza o con un puñal con el que los degollaban. Se les despedazaba y el torso se abría, se evisceraba, se rellenaba de piedras, se volvía a coser luego con rafia y todo se metía a un costal para ser lanzado al río. Obviamente, esto se va al fondo y no aparece nunca más. Esta descripción macabra la han hecho todos los soldados a los que  entrevisté. Richard Sullca no podría saber eso porque era un menor de edad, era un chico de 16 años en ese momento. Era el mayor de sus hermanos, y cuando entra la patrulla del “capitán Carlos”, se lleva a la mamá, se lleva al papá y nunca más los vuelven a ver.
Normalmente, las detenciones duraban poco tiempo. E incluso a veces ni siquiera los llevaban al cuartel. Eso es lo que los propios soldados han contado.
-¿Qué opinas de la actuación del sistema judicial en este caso?
La congresista Yeni Vilcatoma habla de una asociación ilícita para delinquir, que es algo que ha enervado al fiscal Víctor Cubas, que está furioso por la calificación, pero la verdad es que no está tan lejos de dar en el blanco, porque vemos un concierto de voluntades que, de hecho, permitieron que este caso siga 25 años lejos de los ojos de la opinión pública y sea ocultado, ya sea vía amenaza de los testigos, vía sobornos y vía soborno de las autoridades también, porque no creo que tengan una simpatía espontánea por Ollanta Humala. La propia izquierda se encargó, en la campaña de 2006, de denunciar estos abusos, pero ante la encrucijada de tener que elegir entre García y Humala, decidieron que no importaba que hubiera matado a un poco de gente, cosa que el señor Francisco Soberón ha dicho de una manera escalofriante: “sí sabíamos que mataba. Sabíamos que torturaba pero nunca íbamos a votar por la china en el año 2011”. Esa declaración ya nos exime de mayores pruebas. Entonces, lo claro aquí es que Humala consigue prácticamente borrar del mapa a toda esa patrulla, logra que sus nombres se borren de los registros.
-¿Tanta influencia tuvo para borrar del registro a los soldados del Ejército?
Al exministro de Defensa, Mariano González, le preguntamos: ¿Cómo es posible que los nombres de los soldados de la patrulla hayan desaparecido de los registros? ¿Por qué cuando uno va al cuartel de Tingo María a buscar los registros de la promoción de abril de 1991 nadie existe? Todos han sido borrados. ¿Han hecho lo mismo también aquí? En los registros de Lima también han desaparecido. Bueno, un presidente de la República puede hacer lo que le da la gana. Parece que parte de la estrategia fue hacer creer que esas personas nunca estuvieron en el Ejército, pero es imposible borrarlas porque hay fotos donde todos están identificados.
-Tú has dicho que Amílcar Gómez era un terrorista que luego fue convertido en soldado por el “capitán Carlos”.
Es un terrorista que Ollanta Humala convierte en soldado sin ningún trámite legal. ¿Cuál es la razón de darle ese privilegio? Si a los terroristas los mataban y los tiraban al río, ¿por qué a este no solo le perdona la vida, sino que lo vuelve soldado y lo adopta? Como si hubiera un tipo de acuerdo previo, como si fuera sido enviado por alguien. Esto me llama la atención porque cuando escuchamos la denuncia de Luis Ponce que presentó Jaime Chincha en un reportaje de casi once años, nos enteramos que quien asesina al fiscal [Arturo Campos, quien en 2006 formalizó denuncia penal por el caso Madre Mía contra Humala] es nada menos que el terrorista Florindo Eleuterio Flores Hala “Artemio”. Entonces, ¿de qué lado ha estado Ollanta Humala? O sea acá hay todavía muchísimo por investigar porque no olvidemos que los audios en los que se le escucha a él hablando de comprar testigos y de sobornar eran legales y hechos en el contexto de una investigación a “Artemio”. Entonces, ¿por qué se chuponea a Humala para llegar a “Artemio”? Por sus congresistas supuestamente “senderosas”, allegadas al narcotráfico, por Nancy Obregón. Allí hay un filón de investigación que todavía nadie ha escarbado, pero es interesante ver que al fiscal que podía tirar por la borda la candidatura de Ollanta Humala en 2006 lo mata el terrorismo. ¿Por qué lo mata el terrorismo?  ¿Qué le puede importar a “Artemio” que un fiscal investigue los muertos del “capitán Carlos”? Más bien, al contrario, debería estar interesado en que lo haga. Porque se supone que mataron a su gente o a sospechosos de senderistas. Lo único que nos falta es encontrar una fosa. Yo no sé por qué este señor [Ollanta Humala] continúa todavía libre y en su casa.
-¿Crees que el país fue gobernado por un genocida?
Me parece que adelantar una conclusión ahora sería ponerme más en riesgo de lo que estoy. Haber asumido la responsabilidad de esta investigación tiene una serie de costos, porque, obviamente, mi propia seguridad está en riesgo. Estamos hablando de gente que mata a gente. No he pedido garantías porque solo sirven para saber quién te mató. La verdad es que no sirven para nada. Después de la historia de Emerson Fasabi y del propio sobrino de Ollanta Humala, el hijo de su hermana Ivoska, quien también aparece muerto, estaríamos ante una organización que todo lo resuelve desapareciendo gente, pruebas, documentos y todo. El exministro de Defensa, Mariano González, dijo que si se comprueba que, efectivamente, un presidente de la República, como jefe supremo de las Fuerzas Armadas, ha borrado información militar, ha desaparecido de las planillas y registros a todo un batallón, sería un delito gravísimo, porque lo está haciendo para tapar sus delitos.
Han logrado silenciar a mucha gente durante 25 años, de una manera sistemática, vía abogados que los propios soldados conocían muy bien porque estos se comunicaban con ellos. Aunque ahora digan que están sorprendidos. Vía dinero porque a muchos de ellos los mantuvo y les mandaba plata con Amílcar o amedrentando, que es lo que están haciendo ahora, porque en este momento ya en Madre Mía los soldados están en pánico. Todos los soldados que fueron parte de esa patrulla no duermen, porque Amílcar y Ollanta saben dónde viven, conocen a su familia y todos se sienten blancos móviles. Lo que va a pasar en los próximos días es que habrá una especie de desbandada y van a acogerse a la protección de testigos. Es la única manera de salvar sus vidas. Porque ya está claro que esa patrulla se dedicó al asesinato sistemático, con la desaparición de personas, a ejecuciones extrajudiciales, y el tema es que al “capitán Carlos” le cabe no solo  la responsabilidad de matar o desaparecer sino que él ha inducido a un grupo bajo su poder a matar, despedazar, desaparecer personas y muchos de ellos eran menores de edad. Es como si un profesor de colegio obligara a sus alumnos a matar gente.
 -¿La responsabilidad de jueces y fiscales en el archivamiento de casos es muy grande?
Es enorme. El archivamiento no resiste el menor análisis, bajo ningún punto de vista. El archivamiento se hace usando de pretexto que Ávila le dice que cobra un soborno y luego se retracta. Pero este señor cuya hermana había sido asesinada no es el único denunciante. El juez que archivó sabía perfectamente que lo hacía de manera incorrecta. Teresa Ávila hace la misma denuncia. Entonces, ¿por qué esta denuncia es archivada? Porque sobornan a uno y este duda y todo el proceso se va al agua, literalmente al rio. Allí hay una voluntad expresa de querer tapar. Y allí también hay responsabilidad del fiscal.
 -¿De qué manera podría asociarse este tema con la corrupción de Odebrecht?
Esa gente ha manejado mucho dinero. Creo que tres millones de dólares para esta gente debe ser una propina. No olvidemos los millones que le mandaba Chávez, los millones que llegaban por valija diplomática. Los venezolanos y los cubanos que le traían plata en efectivo. Este es un caso de corrupción y de crimen mayor que el de Vladimiro Montesinos. Porque acá estamos ante un autor inmediato. Montesinos, que se sepa, nunca degolló a nadie, no destripo gente, no la descabezó, no le metió piedras en el vientre. En el caso de Ollanta Humala, desgraciadamente, cuenta con la complicidad de mucha gente que se siente, en el fondo, culpable por haberlo apoyado. No todos son “soberones” que dicen “sí sabíamos pero qué importa”.
-Hay mucho silencio de parte de gente de izquierda que no dice esta boca es mía.    
Qué cosa pueden decir. Ya las evidencias están en su cara y es una cosa alucinante que el sector político que normalmente se conduele más, se indigna más y se horroriza más ante los abusos en derechos humanos, en este caso haga una excepción. Cuando hay un militar que tortura, asesina y desaparece personas la izquierda sale a las calles, hace plantones, prende velas y este no. ¿Por qué? De verdad es obsceno y vergonzoso comprobar que las personas que luchan supuestamente por ideales los acomodan a las circunstancias y a quién es el denunciado.
Yo no voy a minimizar los delitos imputados al expresidente Alberto Fujimori y menos en esta coyuntura en la cual está en debate nuevamente su libertad. Yo creo que lo que se hizo en Barrios Altos y lo que se hizo en La Cantuta es igualmente monstruoso, pero aquí la gran diferencia es que el presidente de la Republica [Ollanta Humala] podría ser un asesino en serie. Eso es escalofriante. Que de más de 30 millones de personas que somos, hayamos escogido como al mejor a un criminal, a un destripador, a un descuartizador. Esa sería nuestra tragedia y digo nuestra porque somos nosotros los responsables, los peruanos.
-¿Por dónde pasa la figura de la ex primera dama en este tema?
Él simplemente armó un tinglado perfectamente pensado. Él y Nadine Heredia, porque ella ha sido la gran estratega de todo esto. Y allí están las agendas. Todas las coordinaciones para tapar, para comprar, para sobornar, para arreglar debajo de la mesa con jueces, con fiscales, han sido milimétricamente pensadas por Nadine, y el registro está en las agendas. Entonces, no le demos todo el crédito de esta catástrofe presidencial a Ollanta Humala porque han sido una dupla en todo.
 Caso Fujimori  y “torpezas” de PPK
-¿Cuál es tu percepción sobre la situación carcelaria de Alberto Fujimori?    
Ahí creo que el presidente Pedro Pablo Kuczynski está cometiendo algunas torpezas que le van a costar caro. Por ejemplo, haber invitado a Keiko Fujimori al homenaje a los comandos Chavín de Huántar y luego no saludarla personalmente. El Presidente llega y no se acerca a saludar al que ha invitado. Es como una suma de desaires y desplantes que van llenando más la olla de presión. Yo creo que la relación entre la mayoría fujimorista en el Congreso y el oficialismo, o exactamente el Poder Ejecutivo, era tensa pero dialogante. Tensa pero mínimamente cordial, como para que el Ejecutivo tuviese gobernabilidad. Y eso ahora está a punto de romperse.
 -¿Qué pasaría si Alberto Fujimori fallece en la Diroes en un futuro cercano? ¿Cuál crees que sería el escenario para el Presidente?
Keiko ganaría las elecciones presidenciales con el 80 %. Sería una verdadera catástrofe para Kuczynski porque se convertiría en el villano de la película. Se convertiría en un anciano despiadado que no tiene piedad de otro anciano, porque los dos tienen exactamente la misma edad. Si bien Fujimori está enfermo, camina bien, pero si lo observas a PPK, parece más viejo que Fujimori porque PPK camina arrastrando los pies. Yo creo que no hay nada más sintomático de que entraste a los minutos de descuento que cuando empiezas a arrastrar los pies.
-¿El Congreso y el Gobierno estarían en una suerte de colisión por el indulto a Fujimori?
Creo que el Presidente tiene un problema de formas. Él no puede decir: “Estamos evaluando el caso”, y al día siguiente: “Yo no estoy evaluando nada”. ¿A cuál de los dos PPK le creemos? Mandan al congresista Carlos Bruce a decir: “Si por mí fuera, yo lo liberaría”, y con los titulares el tema volvió sobre el tapete. O sea, si lo mandas  a Bruce a decir eso y luego dices que lo estás evaluando, ¿para qué haces eso? Es una estrategia. Entonces, el preso siempre quiere salir. Obviamente, cualquier persona privada de su libertad siempre quiere salir  y el propio Fujimori dice: “Sáquenme de aquí”. Y el hijo más cercano, que es Kenji, pide: “Saquen a mi padre de allí”. Y automáticamente el Gobierno dice: “No, no estamos pensando en eso; quién ha hablado de indulto, yo no fui”. Ese juego perverso que hace mucho daño, lo que va a lograr es que el ministro del Interior, Carlos Basombrío, y el de Transportes, el vicepresidente Martín Vizcarra, se vayan a su casa. Eso es lo que va a pasar.  Entonces a Carlos Bruce le van a dar sus 120 días por más que trate de portarse bien y hacer la tarea. A Basombrío de todas maneras lo van a censurar y a Vizcarra probablemente también. La malacrianza, el gesto torero y la bacanería le cuesta muy caro a PPK. Si el ministro de Defensa, Jorge Nieto, dice que le están haciendo seguimiento, él sale a decir: “Ah, lo seguirán a él porque a mí no me sigue nadie, jajaja”. Desatinado y absolutamente torpe. Parece que sus asesores están de vacaciones. Yo veo eso. PPK ya debe estar buscando a qué ministro del Interior y a qué ministro de Transportes pone, porque los interpelados se van. Está cantado que se van.
-¿El Perú está dividido ad portas del Bicentenario de nuestra Independencia?        
Siempre lo ha estado. El problema son los fanatismos. Cada vez que se asoma la posibilidad de sentarse a conversar, hay alguien que pone un petardo o patea la mesa. En el propio Gobierno hay demasiadas corrientes submarinas. El Gobierno no tiene un solo pensamiento, tiene diez. Si tienes en esa misma olla a gente de tantas tendencias, nunca vas a armonizar. Si tienes a Gino Costa y Meche Aráoz junto a Güido Lombardi, quienes se peleaban a muerte por el tema Bagua, nunca van a pensar igual. Si tienes a Bruce con agenda propia y Sheput quien es más moderado, a Heresi quien está más tirado a la derecha y es amigo de los fujimoristas, el tema es complicado. Y en el Gabinete puedes ver lo mismo, porque hay gente ‘caviar’ que marca la pauta y PPK les tiene mucho miedo. Y se siente muy presionado. Quiere quedar bien y parece que pretende estar con Dios y con el diablo. Esa inconsistencia, esa suerte de gobierno malagua, le hace mucho daño al Perú.
Ideología de género
-¿Por qué crees que el Congreso derogó la Ley 1223 que castigaba con dureza los crímenes de odio?
Lo mismo que con el sector de izquierda moderna que de algún modo tiene agarrado de las pelotas al Gobierno, la Iglesia también lo tiene. Entonces, él tiene que complacer a los ‘caviares’ y complacer a la Iglesia. Estar bien con Dios y con el diablo. Es exactamente lo mismo con los derechos civiles,que a mí no me gusta llamar tema de género porque no es un tema de género sino es un tema de derechos civiles. PPK participó de una campaña que yo dirigí que se llamó “Parejas imaginarias” que consistía en poner personas heterosexuales como si fueran parejas gay. PPK posó de manera voluntaria haciendo pareja con “Melcochita” en un aviso que estuvo en paneles en la avenida Javier Prado, en octubre de 2013. Él aparece ahí dando un mensaje de tolerancia. Me dijo que le parecía muy bien que todos somos iguales y bla bla bla. Y luego, en la campaña, empezó a firmar pactos con los evangélicos. Empezó a besarle las manos al cardenal Juan Luis Cipriani, empezó a besarle las manos a Verónika Mendoza, empezó a besar las manos a Keiko Fujimori. Entonces, cuando uno besa tanto, ya los besos se prostituyen, ya no son sinceros sino se vuelven besos de Judas. En su desesperación electoral por sumar a todo el mundo se convirtió en rehén de grupos con los que está en desacuerdo.
“KUCZYNSKI ESTÁ POSEÍDO POR ESPÍRITUS AJENOS”
“En el fondo de su cerebro, PPK está con los derechos civiles. Y él firmaría el matrimonio igualitario ahorita. Pero él no es él. Nunca puede ser el mismo. Es una persona que ha sido poseída por espíritus ajenos, por gente a la que le debe la presidencia”, sostuvo Beto Ortiz.

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