BETO ORTIZ HABLA SOBRE MADRE MÍA:
“‘Capitán Carlos’
indujo a sus soldados a matar y despedazar personas”
Hay
cuatro nuevos testimonios de miembros de esa patrulla que narran cómo
asesinaban a sus víctimas, las evisceraban y rellenaban de piedras para
arrojarlas al río.
Periodista denuncia que Ollanta Humala “borró del
mapa a todo su batallón, logró que sus nombres desaparezcan de los registros”
del Ejército.
“Es escalofriante descubrir que alguien que
fue nuestro presidente pudo ser un asesino en serie, un destripador, un
descuartizador”.
-Los
nuevos testimonios que has presentado de soldados de la base Madre Mía que
confirman los asesinatos y torturas del “capitán Carlos”, ¿hasta dónde nos
pueden llevar?
Estamos presentando pruebas nuevas. Los
testimonios constituyen nuevas pruebas. Hemos entrevistado a soldados que nunca
antes hablaron y también recogimos la versión de las víctimas. El testimonio de
Richard Sullca, que es el hijo de Natividad Ávila y Benigno Sullca, que fueron
desaparecidos por el “capitán Carlos”, el detalle del secuestro, el
confinamiento, la tortura, el asesinato, el despedazamiento y el lanzamiento de
los cuerpos al río han sido revelados de manera coherente y uniforme por los
soldados que hemos entrevistado. Esta semana vamos a tener por los menos cuatro
testimonios más de soldados de la patrulla y el testimonio de Richard Sullca
coincide exactamente con lo que los soldados han contado.
-Entonces,
muchos crímenes aún están por descubrirse.
Básicamente se trata de un operativo de
exterminio comandado por el “capitán Carlos”, en función de las delaciones
hechas por Amílcar Gómez Amasifuén, que era un miembro de Sendero Luminoso.
Amilcar es un “terruco” que llega a rendirse a la base y es capturado por
Adolfo Becker Silva, un soldado entrevistado por nosotros. Es ahí donde
comienza a desenmarañarse toda la madeja, porque la noche que entrevisté a Omar
Chehade, exabogado de Ollanta Humala en este caso, nos dijo que Amílcar era una
especie de “botero”, que arrojaba gente al rio y que se cachueleaba de esa
manera. Cuando él dijo eso, recibimos una llamada intempestiva al control del
canal, que era de Adolfo Silva, quien nos dice: “Soy soldado de Madre Mía y lo
que está hablando Omar Chehade es pura mentira porque yo capturé a ese
terrorista. Y Amílcar no es ningún ‘botero’, es un terrorista a quien yo
capturé”. Entonces, mi productor le dice que queríamos conversar con él y
cuando viene nos detalla todos lo que él ha visto, todo lo que pasaba en esos
años. La única manera de tener la historia completa era yendo al lugar con él.
Él nos reunió con un grupo de siete soldados en Tingo María y todos contaban
historias que engarzan perfectamente. Es decir, todos han visto lo mismo. La
misma metodología, el mismo ‘modus operandi’ de capturar a cualquier persona
remotamente sospechosa.
-¿Los
soldados coincidían en que era una cacería, por la metodología para cometer los
crímenes?
La metodología consistía en que alguien
“tiraba dedo” a una persona y a ese acusado se le agarraba y se le metía en un
hueco de ocho metros de profundidad. Era el calabozo que habían cavado en Madre
Mía y se les tenía ahí sin agua, sin comida, bajo lluvia y hundidos en el barro
hasta el cuello. Cuando decidían matarlos, se los sacaban de ahí y los llevaban
encapuchados y amarrados al rio, donde se les mataba, ya sea vía un balazo en
la cabeza o con un puñal con el que los degollaban. Se les despedazaba y el
torso se abría, se evisceraba, se rellenaba de piedras, se volvía a coser luego
con rafia y todo se metía a un costal para ser lanzado al río. Obviamente, esto
se va al fondo y no aparece nunca más. Esta descripción macabra la han hecho
todos los soldados a los que entrevisté. Richard Sullca no podría saber
eso porque era un menor de edad, era un chico de 16 años en ese momento. Era el
mayor de sus hermanos, y cuando entra la patrulla del “capitán Carlos”, se
lleva a la mamá, se lleva al papá y nunca más los vuelven a ver.
Normalmente, las detenciones duraban
poco tiempo. E incluso a veces ni siquiera los llevaban al cuartel. Eso es lo
que los propios soldados han contado.
-¿Qué
opinas de la actuación del sistema judicial en este caso?
La congresista Yeni Vilcatoma habla de
una asociación ilícita para delinquir, que es algo que ha enervado al fiscal
Víctor Cubas, que está furioso por la calificación, pero la verdad es que no
está tan lejos de dar en el blanco, porque vemos un concierto de voluntades
que, de hecho, permitieron que este caso siga 25 años lejos de los ojos de la
opinión pública y sea ocultado, ya sea vía amenaza de los testigos, vía
sobornos y vía soborno de las autoridades también, porque no creo que tengan
una simpatía espontánea por Ollanta Humala. La propia izquierda se encargó, en
la campaña de 2006, de denunciar estos abusos, pero ante la encrucijada de
tener que elegir entre García y Humala, decidieron que no importaba que hubiera
matado a un poco de gente, cosa que el señor Francisco Soberón ha dicho de una
manera escalofriante: “sí sabíamos que mataba. Sabíamos que torturaba pero
nunca íbamos a votar por la china en el año 2011”. Esa declaración ya nos exime
de mayores pruebas. Entonces, lo claro aquí es que Humala consigue
prácticamente borrar del mapa a toda esa patrulla, logra que sus nombres se
borren de los registros.
-¿Tanta
influencia tuvo para borrar del registro a los soldados del Ejército?
Al exministro de Defensa, Mariano
González, le preguntamos: ¿Cómo es posible que los nombres de los soldados de
la patrulla hayan desaparecido de los registros? ¿Por qué cuando uno va al
cuartel de Tingo María a buscar los registros de la promoción de abril de 1991
nadie existe? Todos han sido borrados. ¿Han hecho lo mismo también aquí? En los
registros de Lima también han desaparecido. Bueno, un presidente de la
República puede hacer lo que le da la gana. Parece que parte de la estrategia
fue hacer creer que esas personas nunca estuvieron en el Ejército, pero es
imposible borrarlas porque hay fotos donde todos están identificados.
-Tú
has dicho que Amílcar Gómez era un terrorista que luego fue convertido en
soldado por el “capitán Carlos”.
Es un terrorista que Ollanta Humala
convierte en soldado sin ningún trámite legal. ¿Cuál es la razón de darle ese
privilegio? Si a los terroristas los mataban y los tiraban al río, ¿por qué a
este no solo le perdona la vida, sino que lo vuelve soldado y lo adopta? Como
si hubiera un tipo de acuerdo previo, como si fuera sido enviado por alguien.
Esto me llama la atención porque cuando escuchamos la denuncia de Luis Ponce
que presentó Jaime Chincha en un reportaje de casi once años, nos enteramos que
quien asesina al fiscal [Arturo Campos, quien en 2006 formalizó denuncia penal
por el caso Madre Mía contra Humala] es nada menos que el terrorista Florindo
Eleuterio Flores Hala “Artemio”. Entonces, ¿de qué lado ha estado Ollanta
Humala? O sea acá hay todavía muchísimo por investigar porque no olvidemos que
los audios en los que se le escucha a él hablando de comprar testigos y de
sobornar eran legales y hechos en el contexto de una investigación a “Artemio”.
Entonces, ¿por qué se chuponea a Humala para llegar a “Artemio”? Por sus
congresistas supuestamente “senderosas”, allegadas al narcotráfico, por Nancy
Obregón. Allí hay un filón de investigación que todavía nadie ha escarbado,
pero es interesante ver que al fiscal que podía tirar por la borda la
candidatura de Ollanta Humala en 2006 lo mata el terrorismo. ¿Por qué lo mata
el terrorismo? ¿Qué le puede importar a “Artemio” que un fiscal investigue
los muertos del “capitán Carlos”? Más bien, al contrario, debería estar
interesado en que lo haga. Porque se supone que mataron a su gente o a
sospechosos de senderistas. Lo único que nos falta es encontrar una fosa. Yo no
sé por qué este señor [Ollanta Humala] continúa todavía libre y en su casa.
-¿Crees
que el país fue gobernado por un genocida?
Me parece que adelantar una conclusión
ahora sería ponerme más en riesgo de lo que estoy. Haber asumido la
responsabilidad de esta investigación tiene una serie de costos, porque,
obviamente, mi propia seguridad está en riesgo. Estamos hablando de gente que
mata a gente. No he pedido garantías porque solo sirven para saber quién te
mató. La verdad es que no sirven para nada. Después de la historia de Emerson
Fasabi y del propio sobrino de Ollanta Humala, el hijo de su hermana Ivoska,
quien también aparece muerto, estaríamos ante una organización que todo lo
resuelve desapareciendo gente, pruebas, documentos y todo. El exministro de
Defensa, Mariano González, dijo que si se comprueba que, efectivamente, un
presidente de la República, como jefe supremo de las Fuerzas Armadas, ha
borrado información militar, ha desaparecido de las planillas y registros a
todo un batallón, sería un delito gravísimo, porque lo está haciendo para tapar
sus delitos.
Han logrado silenciar a mucha gente
durante 25 años, de una manera sistemática, vía abogados que los propios
soldados conocían muy bien porque estos se comunicaban con ellos. Aunque ahora
digan que están sorprendidos. Vía dinero porque a muchos de ellos los mantuvo y
les mandaba plata con Amílcar o amedrentando, que es lo que están haciendo
ahora, porque en este momento ya en Madre Mía los soldados están en pánico.
Todos los soldados que fueron parte de esa patrulla no duermen, porque Amílcar
y Ollanta saben dónde viven, conocen a su familia y todos se sienten blancos
móviles. Lo que va a pasar en los próximos días es que habrá una especie de
desbandada y van a acogerse a la protección de testigos. Es la única manera de
salvar sus vidas. Porque ya está claro que esa patrulla se dedicó al asesinato
sistemático, con la desaparición de personas, a ejecuciones extrajudiciales, y
el tema es que al “capitán Carlos” le cabe no solo la responsabilidad de
matar o desaparecer sino que él ha inducido a un grupo bajo su poder a matar,
despedazar, desaparecer personas y muchos de ellos eran menores de edad. Es
como si un profesor de colegio obligara a sus alumnos a matar gente.
-¿La
responsabilidad de jueces y fiscales en el archivamiento de casos es muy
grande?
Es enorme. El archivamiento no resiste
el menor análisis, bajo ningún punto de vista. El archivamiento se hace usando
de pretexto que Ávila le dice que cobra un soborno y luego se retracta. Pero
este señor cuya hermana había sido asesinada no es el único denunciante. El
juez que archivó sabía perfectamente que lo hacía de manera incorrecta. Teresa
Ávila hace la misma denuncia. Entonces, ¿por qué esta denuncia es archivada?
Porque sobornan a uno y este duda y todo el proceso se va al agua, literalmente
al rio. Allí hay una voluntad expresa de querer tapar. Y allí también hay
responsabilidad del fiscal.
-¿De
qué manera podría asociarse este tema con la corrupción de Odebrecht?
Esa gente ha manejado mucho dinero.
Creo que tres millones de dólares para esta gente debe ser una propina. No
olvidemos los millones que le mandaba Chávez, los millones que llegaban por
valija diplomática. Los venezolanos y los cubanos que le traían plata en
efectivo. Este es un caso de corrupción y de crimen mayor que el de Vladimiro
Montesinos. Porque acá estamos ante un autor inmediato. Montesinos, que se
sepa, nunca degolló a nadie, no destripo gente, no la descabezó, no le metió
piedras en el vientre. En el caso de Ollanta Humala, desgraciadamente, cuenta con
la complicidad de mucha gente que se siente, en el fondo, culpable por haberlo
apoyado. No todos son “soberones” que dicen “sí sabíamos pero qué importa”.
-Hay
mucho silencio de parte de gente de izquierda que no dice esta boca es
mía.
Qué cosa
pueden decir. Ya las evidencias están en su cara y es una cosa alucinante que
el sector político que normalmente se conduele más, se indigna más y se
horroriza más ante los abusos en derechos humanos, en este caso haga una
excepción. Cuando hay un militar que tortura, asesina y desaparece personas la
izquierda sale a las calles, hace plantones, prende velas y este no. ¿Por qué?
De verdad es obsceno y vergonzoso comprobar que las personas que luchan
supuestamente por ideales los acomodan a las circunstancias y a quién es el
denunciado.
Yo no voy a
minimizar los delitos imputados al expresidente Alberto Fujimori y menos en
esta coyuntura en la cual está en debate nuevamente su libertad. Yo creo que lo
que se hizo en Barrios Altos y lo que se hizo en La Cantuta es igualmente
monstruoso, pero aquí la gran diferencia es que el presidente de la Republica
[Ollanta Humala] podría ser un asesino en serie. Eso es escalofriante. Que de
más de 30 millones de personas que somos, hayamos escogido como al mejor a un
criminal, a un destripador, a un descuartizador. Esa sería nuestra tragedia y
digo nuestra porque somos nosotros los responsables, los peruanos.
-¿Por
dónde pasa la figura de la ex primera dama en este tema?
Él
simplemente armó un tinglado perfectamente pensado. Él y Nadine Heredia, porque
ella ha sido la gran estratega de todo esto. Y allí están las agendas. Todas
las coordinaciones para tapar, para comprar, para sobornar, para arreglar
debajo de la mesa con jueces, con fiscales, han sido milimétricamente pensadas
por Nadine, y el registro está en las agendas. Entonces, no le demos todo el
crédito de esta catástrofe presidencial a Ollanta Humala porque han sido una
dupla en todo.
Caso Fujimori
y “torpezas” de PPK
-¿Cuál
es tu percepción sobre la situación carcelaria de Alberto Fujimori?
Ahí creo que
el presidente Pedro Pablo Kuczynski está cometiendo algunas torpezas que le van
a costar caro. Por ejemplo, haber invitado a Keiko Fujimori al homenaje a los
comandos Chavín de Huántar y luego no saludarla personalmente. El Presidente
llega y no se acerca a saludar al que ha invitado. Es como una suma de desaires
y desplantes que van llenando más la olla de presión. Yo creo que la relación
entre la mayoría fujimorista en el Congreso y el oficialismo, o exactamente el
Poder Ejecutivo, era tensa pero dialogante. Tensa pero mínimamente cordial,
como para que el Ejecutivo tuviese gobernabilidad. Y eso ahora está a punto de
romperse.
-¿Qué pasaría si Alberto Fujimori fallece en
la Diroes en un futuro cercano? ¿Cuál crees que sería el escenario para el
Presidente?
Keiko ganaría
las elecciones presidenciales con el 80 %. Sería una verdadera catástrofe para
Kuczynski porque se convertiría en el villano de la película. Se convertiría en
un anciano despiadado que no tiene piedad de otro anciano, porque los dos
tienen exactamente la misma edad. Si bien Fujimori está enfermo, camina bien,
pero si lo observas a PPK, parece más viejo que Fujimori porque PPK camina
arrastrando los pies. Yo creo que no hay nada más sintomático de que entraste a
los minutos de descuento que cuando empiezas a arrastrar los pies.
-¿El Congreso y el Gobierno estarían en
una suerte de colisión por el indulto a Fujimori?
Creo que el
Presidente tiene un problema de formas. Él no puede decir: “Estamos evaluando
el caso”, y al día siguiente: “Yo no estoy evaluando nada”. ¿A cuál de los dos
PPK le creemos? Mandan al congresista Carlos Bruce a decir: “Si por mí fuera,
yo lo liberaría”, y con los titulares el tema volvió sobre el tapete. O sea, si
lo mandas a Bruce a decir eso y luego
dices que lo estás evaluando, ¿para qué haces eso? Es una estrategia. Entonces,
el preso siempre quiere salir. Obviamente, cualquier persona privada de su
libertad siempre quiere salir y el
propio Fujimori dice: “Sáquenme de aquí”. Y el hijo más cercano, que es Kenji,
pide: “Saquen a mi padre de allí”. Y automáticamente el Gobierno dice: “No, no
estamos pensando en eso; quién ha hablado de indulto, yo no fui”. Ese juego
perverso que hace mucho daño, lo que va a lograr es que el ministro del
Interior, Carlos Basombrío, y el de Transportes, el vicepresidente Martín
Vizcarra, se vayan a su casa. Eso es lo que va a pasar. Entonces a Carlos Bruce le van a dar sus 120
días por más que trate de portarse bien y hacer la tarea. A Basombrío de todas
maneras lo van a censurar y a Vizcarra probablemente también. La malacrianza,
el gesto torero y la bacanería le cuesta muy caro a PPK. Si el ministro de
Defensa, Jorge Nieto, dice que le están haciendo seguimiento, él sale a decir:
“Ah, lo seguirán a él porque a mí no me sigue nadie, jajaja”. Desatinado y
absolutamente torpe. Parece que sus asesores están de vacaciones. Yo veo eso.
PPK ya debe estar buscando a qué ministro del Interior y a qué ministro de
Transportes pone, porque los interpelados se van. Está cantado que se van.
-¿El Perú está dividido ad portas del
Bicentenario de nuestra Independencia?
Siempre lo ha
estado. El problema son los fanatismos. Cada vez que se asoma la posibilidad de
sentarse a conversar, hay alguien que pone un petardo o patea la mesa. En el
propio Gobierno hay demasiadas corrientes submarinas. El Gobierno no tiene un
solo pensamiento, tiene diez. Si tienes en esa misma olla a gente de tantas
tendencias, nunca vas a armonizar. Si tienes a Gino Costa y Meche Aráoz junto a
Güido Lombardi, quienes se peleaban a muerte por el tema Bagua, nunca van a
pensar igual. Si tienes a Bruce con agenda propia y Sheput quien es más
moderado, a Heresi quien está más tirado a la derecha y es amigo de los
fujimoristas, el tema es complicado. Y en el Gabinete puedes ver lo mismo,
porque hay gente ‘caviar’ que marca la pauta y PPK les tiene mucho miedo. Y se
siente muy presionado. Quiere quedar bien y parece que pretende estar con Dios
y con el diablo. Esa inconsistencia, esa suerte de gobierno malagua, le hace
mucho daño al Perú.
Ideología de
género
-¿Por qué crees que el Congreso derogó
la Ley 1223 que castigaba con dureza los crímenes de odio?
Lo mismo que
con el sector de izquierda moderna que de algún modo tiene agarrado de las
pelotas al Gobierno, la Iglesia también lo tiene. Entonces, él tiene que
complacer a los ‘caviares’ y complacer a la Iglesia. Estar bien con Dios y con
el diablo. Es exactamente lo mismo con los derechos civiles,que a mí no me
gusta llamar tema de género porque no es un tema de género sino es un tema de
derechos civiles. PPK participó de una campaña que yo dirigí que se llamó
“Parejas imaginarias” que consistía en poner personas heterosexuales como si
fueran parejas gay. PPK posó de manera voluntaria haciendo pareja con
“Melcochita” en un aviso que estuvo en paneles en la avenida Javier Prado, en
octubre de 2013. Él aparece ahí dando un mensaje de tolerancia. Me dijo que le
parecía muy bien que todos somos iguales y bla bla bla. Y luego, en la campaña,
empezó a firmar pactos con los evangélicos. Empezó a besarle las manos al
cardenal Juan Luis Cipriani, empezó a besarle las manos a Verónika Mendoza,
empezó a besar las manos a Keiko Fujimori. Entonces, cuando uno besa tanto, ya
los besos se prostituyen, ya no son sinceros sino se vuelven besos de Judas. En
su desesperación electoral por sumar a todo el mundo se convirtió en rehén de
grupos con los que está en desacuerdo.
“KUCZYNSKI ESTÁ POSEÍDO POR ESPÍRITUS
AJENOS”
“En el fondo
de su cerebro, PPK está con los derechos civiles. Y él firmaría el matrimonio
igualitario ahorita. Pero él no es él. Nunca puede ser el mismo. Es una persona
que ha sido poseída por espíritus ajenos, por gente a la que le debe la
presidencia”, sostuvo Beto Ortiz.
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